2014-04-03 11:51:09

El Papa recibe a los obispos de Ruanda poco antes del vigésimo aniversario del genocidio en este país y reza por el perdón y una reconciliación auténtica


(RV).- El Santo Padre recibió este jueves a los 8 obispos de la Conferencia Episcopal de Rwanda en Visita ad limina Apostolorum.En el discurso que les entregó, el Papa recordó que “Rwanda conmemorará dentro de pocos días el vigésimo aniversario del inicio del terrible genocidio”, que causó más de un millón de muertos y “tanto sufrimiento” en este país centroafricano, cuyas heridas aún están lejos de cerrarse. “Me uno -escribe el Papa- con todo mi corazón al luto nacional y aseguro mis oraciones a sus comunidades, a menudo desgarradas por tantas víctimas, y a todas las familias ruandeses, independientemente de su religión, opción étnica o política.
“Veinte años después de estos trágicos acontecimientos, la reconciliación y la curación de las heridas sin duda siguen siendo la prioridad de la Iglesia en Ruanda”. “Les animo a perseverar en este compromiso”, afirma Francisco. El perdón de los pecados y la reconciliación, que podrían parecer imposibles después de tanto sufrimiento, sin embargo son un don que es posible recibir de Cristo, a través de la vida de fe y oración y, aunque el camino sea largo, requiere paciencia, diálogo y respeto mutuo.

El Santo Padre subrayó que la Iglesia tiene un lugar primordial, ahora, en la reconstrucción de una sociedad ruandesa reconciliada: “Así pues, adelante con vigor, con toda la fuerza de su fe y la esperanza cristiana, dando constantemente testimonio de la verdad”. Es importante que, más allá de los prejuicios y las divisiones étnicas, la Iglesia de Rwanda hable con una sola voz, manifieste su unidad y reafirme su comunión con la Iglesia universal y con el Sucesor de Pedro.

En este contexto de reconciliación nacional, el Papa ha hecho hincapié en el fortalecimiento de las relaciones entre la Iglesia y el Estado. La celebración, el 6 de junio, del quincuagésimo aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre Ruanda y la Santa Sede, puede ser una oportunidad para recordar los frutos benéficos de tales relaciones para el pueblo de Ruanda. Un diálogo constructivo y genuino sólo puede fomentar la reconciliación de la sociedad sobre los valores de la dignidad humana, la justicia y la paz.

“No tengan miedo de poner de relieve -dice el Papa- la valiosa contribución de la Iglesia al bien común, en particular en las áreas de educación y salud”. No olvidó tampoco Francisco la educación de los jóvenes que “es la clave para el futuro en un país donde la población se renueva rápidamente. "Esta juventud es un don de Dios y un tesoro que toda la Iglesia ha de amar y respetar. Por lo tanto, es deber de la Iglesia enseñar a los niños y jóvenes los valores del Evangelio”.

Finalmente el Papa insistió en la tarea de la evangelización y la catequesis, donde los laicos están muy involucrados en la vida de las comunidades eclesiales de base, movimientos, escuelas, organizaciones de beneficencia, y en diversas áreas de la vida social. Vigilancia particular a las familias y proximidad con los sacerdotes y seminaristas, fueron los últimos consejos del Papa a los obispos de Rwanda.

ER - RV







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