Con la gracia de Cristo, esposo y esposa son espejo vivo y creíble de Dios y de su
amor, destaca el Papa
(RV).- (Se actualizó con voz del Papa). Recemos ‘en’, ‘con’ y ‘por’ la familia, en
particular por las que viven dificultades, invitó el Papa Francisco, que centró su
catequesis de esta mañana en el matrimonio. Concluyendo el ciclo dedicado a los Sacramentos,
destacó que el matrimonio es el «corazón del designio de Dios». Dios que, es «comunión»,
«se refleja» en el hombre y la mujer que celebran el sacramento del matrimonio, reiteró
el Obispo de Roma, invitando a los esposos a tomar conciencia de que «el verdadero
regalo de bodas es el del Señor». Y subrayando que, «con la gracia de Cristo», son
«iconos vivos y creíbles de Dios y de su amor», el Papa Bergoglio hizo hincapié asimismo
en que el «matrimonio responde a una vocación específica y debe considerarse como
una consagración». Y puso de relieve la importancia de la oración y de la Eucaristía,
en especial, para superar las dificultades debidas a la fragilidad de la condición
humana, alentando a rezar para que el Señor les regale abundantemente su misericordia
y los sostenga en las pruebas . También este miércoles miles de fieles romanos y de
peregrinos – se calcula unos 45 mil - de tantas partes del mundo acudieron a la Plaza
de San Pedro para escuchar las palabras del Santo Padre y recibir su bendición.
(CdM
- RV)
Resumen de la catequesis del Papa en español:
Queridos hermanos
y hermanas:
La catequesis de hoy está centrada en el matrimonio. Este sacramento
nos introduce en el designio de Dios, que creó al hombre a su imagen, capaz de amar;
“hombre y mujer los creó”. Por eso dice la Biblia que el hombre dejará su casa y se
unirá a la mujer, y los dos serán una sola carne.
Los esposos son una sola
cosa, una sola carne en el amor. Además, el sacramento les confiere una misión: manifestar
en las cosas simples y cotidianas el amor de Cristo a su Iglesia, entregándose en
la fidelidad y en el servicio.
Siempre hay problemas en la vida matrimonial.
La oración mantiene la unión matrimonial. El esposo debe rezar por la esposa, y la
esposa por el esposo. Y nunca terminar el día en que se haya dado alguna discusión
entre ambos sin hacer las paces.
Saludo a los peregrinos de lengua española,
en particular a los grupos venidos de España, Ecuador, México, Argentina y otros
países latinoamericanos.
Invito a todos a dar gracias a Dios por tantas familias
que animan nuestras comunidades cristinas, ofreciendo un hermoso testimonio de fe.
Recemos también por los matrimonios en dificultad, para que el Señor les regale
abundantemente su misericordia y los sostenga en medio de las pruebas. Muchas gracias.