(RV).- (Con audio) El Papa Francisco
dirigió el pasado 22 de enero un llamamiento por la paz en Siria durante la Audiencia
general de ese miércoles y ante la conferencia que iniciaba ese día en Suiza.
Ruego
al Señor que toque los corazones de todos para que, buscando únicamente el mayor
bien del pueblo sirio, tan sufrido, no escatimen ningún esfuerzo para llegar con urgencia
a la cesación de la violencia y a poner fin al conflicto, que ha causado ya demasiados
sufrimientos. Deseo a la querida nación Siria un camino decidido de reconciliación,
de concordia y de reconstrucción, con la participación de todos los ciudadanos, donde
cada uno pueda encontrar en el otro no un enemigo, no un contendiente, sino un hermano
para acoger y para abrazar.
Precisamente ese 22 de enero, el arzobispo Silvano
Tomasi, Observador Permanente de la Santa Sede ante la Oficina de las Naciones Unidas
en Ginebra, intervino en la Conferencia Internacional sobre Siria que se celebró en
Montreux, Suiza.
El prelado afirmó que “ante el sufrimiento indescriptible
del pueblo sirio, un sentido de solidaridad y responsabilidad común nos empuja a comprometernos
en un diálogo basado en la honestidad, la confianza mutua y medidas prácticas” y destacó
el diálogo cómo única manera de seguir adelante.
“No hay una solución militar
a la crisis siria – dijo –. La Santa Sede está convencida de que la violencia no conduce
a nada, excepto a la muerte, la destrucción y la falta de futuro... y renueva su llamamiento
urgente a las partes involucradas a que respeten plena y absolutamente el derecho
humanitario”.
De esta manera presentó varias propuestas destacando “el alto
el fuego inmediato e incondicional y el fin de la violencia de cualquier tipo como
prioridad y objetivo urgente de estas negociaciones”, a las que incluyó la necesidad
de que todas las armas sean entregadas y de dirigir el dinero que se invierte en ellas
hacia la asistencia humanitaria.
Asimismo reiteró que el cese de las hostilidades
debe ir acompañado de una mayor asistencia humanitaria y del inicio inmediato de la
reconstrucción, que “debe comenzar ya con las negociaciones y ser sostenida por la
generosa solidaridad de la comunidad internacional”. También “se debe prestar una
atención preferente a los jóvenes, para que, a través de su compromiso y su trabajo,
puedan convertirse en los protagonistas de un futuro pacífico y creativo de su país”.
Para
la reconstrucción de la comunidad, es necesario el diálogo y la reconciliación “sostenidos
por una dimensión espiritual”. En ese sentido, “la Santa Sede alienta encarecidamente
a todas las confesiones y las comunidades religiosas en Siria a conocerse mejor, a
una mejor comprensión y al restablecimiento de la confianza”.
“Es importante
– continuó – que las potencias regionales e internacionales propicien el diálogo
constante y que afronten los problemas regionales. La paz en Siria podría convertirse
en un catalizador de la paz en otras partes de la región, y en un modelo de esa paz
que se necesita con tanta urgencia”.
“Más allá de la tragedia de la crisis
actual, puede haber nuevas oportunidades y soluciones originales para Siria y sus
vecinos... sin que nadie esté obligado a dejar su país a causa de la intolerancia
y la incapacidad para aceptar las diferencias. De hecho, la igualdad garantizada por
la ciudadanía común puede permitir que el ser humano exprese, solo y en comunidad
con otros, los valores fundamentales que todas las personas consideran indispensables
para mantener su identidad interior”.
El arzobispo concluyó recordando cómo
desde el inicio de la crisis de Siria la Santa Sede ha seguido los acontecimientos
con gran preocupación y ha pedido insistentemente a todas las partes que se comprometan
a prevenir la violencia y a prestar asistencia humanitaria a las víctimas.
El
Observador de la Santa Sede se refirió asimismo a las numerosas ocasiones en las que
el Santo Padre ha alzado su voz contra “la futilidad de la violencia, invitando a
una solución negociada de los problemas y manifestando el deseo de una participación
justa y equitativa en la vida social” y ha citado la convocación de la jornada de
oración y ayuno por la paz en Siria y el Oriente Medio, que recibió por parte de todo
el mundo una respuesta extraordinaria. “La cultura del encuentro, la cultura del diálogo,
finalizó, son el único camino para la paz”.
Producción de María Fernanda
Bernasconi. (hispano@vatiradio.va)
El espacio “Actividades de la Santa
Sede”, se transmite los martes en las emisiones informativas de las 17,30; 01,45 y
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