El trabajo es un bien de todos, que debe estar al alcance de todos: el Papa a los
obreros del Complejo siderúrgico de Terni
(RV).- (Audio actualizado con video) El Santo Padre Francisco
recibió en audiencia esta mañana en el Aula Pablo VI del Vaticano a más de 7 mil dirigentes
y obreros del Complejo siderúrgico de Terni con sus familias y junto a los fieles
de la diócesis italiana de Terni-Narni-Amelia, con ocasión del 130 aniversario de
la fundación de este complejo industrial del sur de Italia. Un encuentro que ofreció
al Papa la oportunidad de hablar del derecho al trabajo en este territorio y en general
en el mundo entero, en momentos que está viviendo las consecuencias de una grave crisis
económica y laboral. “Ante el desarrollo actual de la economía -dij el Santo Padre-
es necesario reafirmar que el trabajo es realmente esencial para la sociedad, para
las familias y para los individuos. El trabajo, de hecho, tiene que ver directamente
con la persona y su dignidad, su vida, su libertad y su felicidad. El principal valor
del trabajo es el bien de la persona humana, porque la realiza como tal, con sus actitudes
y su capacidad intelectual, creativa y manual. Es por ello que el trabajo no sólo
tiene una finalidad económica y ganancias, sino también un objetivo que afecta al
hombre y a su dignidad. ¡Y si falta el trabajo esta dignidad queda herida! Cualquier
persona desempleada o subempleada queda, de hecho, situada en los márgenes de la sociedad,
convirtiéndose en una víctima de la exclusión social. Muchas veces sucede que personas
sin trabajo - especialmente numerosos jóvenes - caigan en el desánimo o peor aún en
la apatía crónica.
¿Qué podemos decir, se ha preguntado Francisco, ante el
gravísimo problema del desempleo que está afectando a tantos países europeos?
“¡Que
es la consecuencia de un sistema económico que ya no es capaz de crear puestos de
trabajo, porque ha puesto en el centro a un ídolo, que se llama dinero! Por lo tanto,
los diferentes representantes políticos, sociales y económicos están llamados a promover
un enfoque diferente, basado en la justicia y la solidaridad, para garantizar a todos
la posibilidad de desarrollar una actividad laboral con dignidad. El trabajo es un
bien de todos, que debe estar al alcance de todos. Esta fase de graves dificultades
y de desempleo debe ser afrontada con las herramientas de la “creatividad” y la “solidaridad”.
La creatividad de empresarios y artesanos valientes, que miren hacia el futuro con
confianza y esperanza. Y la solidaridad entre todos los miembros de la sociedad, que
renunciando un poco cada uno, y adoptando un estilo de vida más sobrio, puedan ayudar
a los que están en condiciones de necesidad”.
Este desafío dijo el Papa Francisco
interpela a toda la comunidad cristiana. “Y por esta razón la historia contemporánea
de vuestra Iglesia está inseparablemente vinculada a la visita del Beato Juan Pablo
II al Complejo siderúrgico de Terni”. Toda la Iglesia está comprometida en una conversión
pastoral y misionera, como ha señalado su obispo. En este sentido, dijo el Papa,
el principal compromiso es siempre el de revivir las raíces de la fe en Jesucristo.
“Una fe vivida con alegría, vivida plenamente y con generosidad puede dar a la sociedad
una fuerza humanizadora”. “Queridos hermanos y hermanas, nunca pierdan la esperanza
de un futuro mejor. No se dejen atrapar por el vórtice de pesimismo!”