2014-03-06 15:26:45

El diablo se disfraza de monje


REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz

(RV).- (Con audio) RealAudioMP3 En la tapa del librito de la liturgia que celebró Francisco en la Basílica de Santa Sabina, el Miércoles de Ceniza que dio inicio a la Cuaresma 2014, se ve un fresco de “Las tentaciones de Cristo”, de Sandro Boticelli, en la Capilla Sixtina.

En esta pintura el diablo aparece disfrazado de monje pero con patas de ave de rapiña y unas pequeñas alas de murciélago que lo delatan a nosotros. Aunque por su rostro no parece anciano, se sostiene en un bastón con la izquierda y con la mano derecha indica a Jesús unas grandes piedras grises, como refiere el Evangelio en la primera tentación: “si sos el Hijo de Dios hace que estas piedras se conviertan en panes”.

San Ignacio de Loyola explica en las reglas de discernimiento de su libro de “ejercicios espirituales”, que el mal espíritu tienta también “bajo especie de bien”.

El discernimiento espiritual de Jesús en el desierto, no es entre el bien y el mal solamente, sino entre lo bueno y lo mejor, por eso la tentación se presenta “bajo especie de bien”.

En el fresco de Botticelli, Satanás viene de las sombras de la noche; de una arboleda oscura. Mientras que Jesús, representado vencedor, con túnica roja y manto azul con bordes dorados, es el sol en la noche, con su aureola redonda en la cabeza luminosa y pequeños rayos de luz que brillan en su espalda.

Frente a la luz de la verdad de Dios la oscuridad aparenta suavizarse en el disfraz de monje del maligno, que no puede esconder del todo sus garras y costumbres sombrías. Pero Jesús conjura también esta sombra del mal atenuada “bajo apariencia de bien”, con la luz de los escritos sagrados: “No solo de pan vive el hombre sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios”. Y él es la Palabra de Dios.

Por lo tanto, para el cristiano es esencial atender a las distintas voces que resuenan en el alma. Y aprender a distinguir también entre el bien mayor; entre la Palabra de Dios y la “cola serpentina” que no puede esconder el demonio, aún “bajo especie de bien”.







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