Los Papas y la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos
Actividades de la Santa Sede
(RV).- (Con audio) Del 18 al 25 de
enero la Iglesia en numerosos países celebró la Semana de Oración por la Unidad de
los Cristianos, con el central de basada en la cita de Corintios “¿Acaso Cristo está
dividido?”.
Estas fechas fueron propuestas en 1908 por Paul Watson para cubrir
el período entre la fiesta de San Pedro y la de San Pablo, que tienen un significado
simbólico. Mientras en el hemisferio sur, donde el mes de enero es tiempo de vacaciones
de verano, las Iglesias frecuentemente adoptan otra fecha para celebrar esta tradicional
Semana de Oración, como por ejemplo, en torno a Pentecostés - sugerido por el movimiento
Fe y Constitución en 1926 - que representa también otra fecha simbólica para la unidad
de la Iglesia.
Teniendo en cuenta esta necesidad de flexibilidad, el Consejo
Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos invita a utilizar los
textos que se proporcionan a lo largo de todo el año para expresar el grado de comunión
que las Iglesias ya han alcanzado y para orar juntos para llegar a la plena unidad
querida por Cristo.
Desde 1968, los temas se elaboran conjuntamente entre
la Comisión “Fe y Constitución” del Consejo Ecuménico de las Iglesias y el Consejo
Pontificio para la Unidad de los Cristianos.
El trabajo inicial sobre el tema
del material puesto a disposición para la Semana de Oración de este año lo realizó
en esta ocasión un grupo de representantes de varias partes de Canadá, reunido por
invitación del Centro Canadiense para el Ecumenismo y del Centro para el Ecumenismo
La Prairie.
Durante estos primeros meses de su Pontificado el Papa Francisco
ha insistido en diversas ocasiones sobre el camino a seguir para el ecumenismo y sobre
la importancia de esta cuestión.
“Por mi parte, deseo asegurar, en la estela
de mis predecesores, mi firme voluntad de proseguir el camino del diálogo ecuménico
y doy ya las gracias al Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos,
por la ayuda que seguirá ofreciendo, en mi nombre, por esta noble causa. Y les pido
que lleven mi cordial saludo y la seguridad de mi recuerdo en el Señor Jesús a las
Iglesias y comunidades cristianas que representan aquí, y que recen por mí para que
pueda ser un Pastor según el corazón de Cristo”. Con estas palabras el Papa Bergoglio
se dirigía a los delegados fraternales de Iglesias, Comunidades Eclesiales y Organismos
Ecuménicos Internacionales, Representantes del pueblo judío y de religiones no cristianas,
que viajaron a Roma para la celebración del inicio oficial de su ministerio de Obispo
de Roma y Sucesor de Apóstol Pedro.
De la misma manera, cabe recordar que en
el Mensaje a la Asamblea Ecuménica Internacional que se celebró en Corea del 30 de
octubre al 8 de noviembre del año pasado, se expresó el deseo “de que esta Asamblea
contribuya a un nuevo impulso de vitalidad y visión por parte de todos los comprometidos
con la causa sagrada de la unidad cristiana, en la fidelidad a la voluntad del Señor
para su Iglesia y en la apertura a las inspiraciones del Espíritu Santo”.
También
el Papa Francisco reiteró esta idea en diversos encuentros celebrados durante estos
meses.
Así por ejemplo, el pasado 21 de octubre, el Papa se reunió con una
Delegación de la Federación Luterana Mundial y con los miembros de la Comisión Luterano-Católica
por la Unidad. En este encuentro, Francisco señaló textualmente: “Me parece realmente
importante para todos el esfuerzo de encontrarse en diálogo sobre la realidad histórica
de la Reforma, sobre las consecuencias y sobre las respuestas que se dieron a la misma”.
Y destacó que “católicos y luteranos pueden pedir perdón por el mal causado los unos
a los otros y por las culpas cometidas ante Dios, y juntos regocijarse por la nostalgia
de unidad que el Señor ha despertado en nuestros corazones, y que nos hace mirar hacia
adelante con una mirada de esperanza”.
En su encuentro con Tawadros II, Papa
de Alejandría y Patriarca copto de la sede de San Marcos, que tuvo lugar en mayo de
2013, el Papa afirmaba: “Será la oración, el diálogo y la voluntad de construir una
relación, los elementos que permitirán dar los pasos necesarios hacia la plena unidad”.
En
cambio, durante su encuentro con el Comité Católico para la Colaboración Cultural
con las Iglesias Ortodoxas y las Iglesias Ortodoxas Orientales, con ocasión del 50ª
aniversario de su institución, el Santo Padre explicó que “el camino de reconciliación
y de renovada fraternidad entre las Iglesias, admirablemente marcado desde el primer
histórico encuentro entre el Papa Pablo VI y el Patriarca ecuménico Atenágoras, necesitaba
también de experiencias de amistad y de compartir que nacieran del conocimiento recíproco
entre exponentes de las diferentes Iglesias, y en particular entre jóvenes iniciados
al ministerio sagrado”.
Al igual que el Papa Bergoglio, sus Predecesores también
trabajaron y destacaron la importancia de la unidad de los cristianos. Tal y como
el mismo Francisco lo recordó, Benedicto XVI afirmó que “la unidad no es principalmente
fruto de nuestro esfuerzo, sino de la acción del Espíritu Santo que debe abrir nuestros
corazones con confianza para que nos conduzca por los caminos de la reconciliación
y de la comunión”. Mientras el beato Juan Pablo II se preguntaba “¿cómo anunciar el
Evangelio de la reconciliación, sin comprometerse al mismo tiempo a trabajar por la
reconciliación de los cristianos?”.
Producción de María Fernanda Bernasconi.
(hispano@vatiradio.va)
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