REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz sj
(RV).- (Con audio)
Que Dios no se cansa
de perdonar lo dijo Francisco Papa en la reflexión del primer Ángelus que rezó en
la plaza de San Pedro, después de su elección como obispo de Roma. Aquel domingo,
último de la cuaresma de 2013, el Sucesor de Pedro, refirió lo que había escuchado
en un hospital a una señora enferma: “Dios no se cansa de perdonar, somos nosotros
lo que nos cansamos de pedir perdón”. Francisco escuchó la frase de alguien del pueblo
y la devolvió al pueblo como Vicario de Cristo en san Pedro.
Durante la semana
siguiente a pocas cuadras del Santuario de Pedro, caminando en el barrio pase junto
a dos hombres mayores que repetían la misma frase sin cambiar una sola palabra: “Dios
no se cansa de perdonar, somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón.” La
habían escuchado ellos mismos o repetida por otros, pero el mensaje de misericordia
circulaba claro y preciso por todos lados.
Desde que Francisco inició su pontificado,
los confesores tenemos en el confesionario la experiencia directa de los frutos de
su predicación sobre el abrazo misericordioso del Padre Dios, como aparece en la parábola
del hijo pródigo, porque mucha gente inicia comentando: “Vengo a confesarme por Francisco”,
“Lo que dijo Francisco me ayudó a venir al confesionario”, expresan los penitentes.
Y a los sacerdotes Francisco nos pide que el confesionario no resulte una sala de
torturas.
En su catequesis sobre el sacramento de la reconciliación, el 19
de febrero de 2014, el obispo de Roma insistió sobre el tema: “Cuando voy a confesarme
es para sanarme” dijo también que “es saludable tener un poco de vergüenza, porque
si no somos ‘sin vergüenza’ como se dice en Argentina”. “No tengan miedo de la confesión”
animó. “Cuando sentimos el perdón de Jesús quedamos con una paz tan bella que solamente
Jesús nos puede dar”. Y explicó que como “estamos sometidos a la tentación, al sufrimiento,
a la muerte a causa del pecado, podemos perder la vida nueva, por eso Jesús ha querido
que la Iglesia continúe su obra de salvación, en particular con el sacramento de la
reconciliación…”. La invitación de Francisco Papa es, de todos modos, a gustar el
perdón de Dios en el confesionario porque “Dios es todavía más bueno que los curas”.