Entusiasmo y emoción en la visita que el Papa Francisco realizó a la Parroquia romana
de Santo Tomás Apóstol
(RV).- (Con audio y video) “Inspirar la relación
con el prójimo en la verdad y la sinceridad”. Son algunos de los conceptos que el
Papa Francisco expresó ayer por la tarde en la homilía de la misa que presidió en
la Parroquia romana de Santo Tomás Apóstol, en el barrio de Infernetto, en la zona
sur de la diócesis del Obispo de Roma.
Muy calurosas fueron las expresiones
de afecto que dirigieron al Santo Padre, quien se encontró con todas las realidades
sociales de esta Parroquia. Acogió al Pontífice el Cardenal Vicario Agostino Vallini,
junto al Obispo Auxiliar de esa zona, Mons. Paolino Schiavon y el Párroco, Antonio
D'Errico.
El primer saludo del Papa fue a los niños de Santo Tomás Apóstol.
A los pequeños parroquianos el Papa Francisco les confió una receta infalible para
iniciar un camino de fe fecundo:
“Les diré un secreto para amar a Jesús.
Escuchen bien: para amar a Jesús es necesario dejarse amar por Él. ¿Han entendido?
Es Él quien hace el trabajo, ¡no nosotros! ¡Primeo nos ama Él!”.
Y los
pequeños, dando afectuosa y simpáticamente la mano al Papa le dijeron: “¡Eres nuestro
amigo, choquemos los cinco!”
Después el Papa se encontró con los bautizados
en los últimos meses y con sus padres, los ancianos, los enfermos, los sacerdotes
y las Asociaciones de las familias con hijos minusválidos. Y antes de celebrar la
Santa Misa, confesó a algunos penitentes.
En un clima de intenso recogimiento
durante la celebración Eucarística, en su homilía, inspirada por el Evangelio dominical
de Mateo, el Papa Francisco evidenció que las relaciones interpersonales, sobre todo
en el ambiente del barrio, deben basarse en el criterio de la sinceridad y de la verdad,
una verdad que proviene directamente de nuestro corazón:
“Credo que nos
hará bien, hoy, pensar no si mi alma está limpia o sucia, sino pensar qué hay en mi
corazón, qué tengo dentro. Y decirnos la verdad a nosotros mismos”.
Pero
esto no es suficiente, subrayó el Papa, hay que ir en profundidad y preguntar al propio
corazón para descubrir los sentimientos reales:
“¿Hay amor... ¿Hay odio?...
¿Hay una actitud de perdón para los que me han ofendido, o hay una actitud de venganza?
Debemos preguntarnos qué hay dentro, porque lo que hay dentro sale y produce el mal,
si es malo; y si es bueno, sale y produce el bien”.
No es un recorrido
fácil, dijo también el Santo Padre, por lo cual se necesita la oración y la intervención
del Señor.
“Pedir siempre esta gracia: conocer lo que sucede en mi corazón,
para hacer siempre la elección correcta, la elección del bien. Recordando que lo que
ensucia nuestra vida es lo que hay de malo que sale de nuestro corazón. Y que el Señor
nos ayude”.
Al término de la Misa, el Papa Francisco saludó y agradeció
la labor que realiza el Párroco de Santo Tomás Apóstol, Antonio d’Errico, en esta
cuarta visita a una de las parroquias de su diócesis en estos meses de su pontificado.
Se trata de una realidad que nació hace cincuenta años que cuenta con una población
de 25 mil personas. Hace apenas un año se procedió a la dedicación del nuevo edificio
parroquial, punto de referencia de un barrio que tiene un nombre curioso: Infernetto,
porque antes de la urbanización funcionaban en la zona diversas fábricas de carbón.
Al término del encuentro con el Papa, en los ojos de todos podía verse la emoción
y el ánimo para seguir meditando y construyendo la propia vida cristiana.
Nuestra
colega Benedetta Capelli recogió las voces de algunos de los fieles de esta Parroquia
de Santo Tomás Apóstol que tuvieron la posibilidad de hablar con el Papa Francisco:
Fue emocionante… Le pedí la bendición para mis dos hijas y para el tercer
niño que lleco en mi seno. Al preguntarme cómo se llamará, le dije: “Bueno, si es
un varón lo llamaremos Francisco”. Después él me preguntó: “¿Cuándo debería nacer?”.
Y yo le dije: “Alrededor del 12 de agosto”. Y él me respondió: “Entonces, si es una
niña, la llamarás Clara”. Y yo le dije: “De acuerdo, sin lugar a dudas, la llamaremos
Clara, si es una niña”.
Otra persona que habló con Francisco nos dijo:
Sí,
saludé al Papa que se había detenido también para saludar a mi hija Julia. Nos dio
la mano. Verdaderamente fue algo muy emocionante.
Otra persona nos dijo:
Sí,
lo he seguido tantas veces por televisión, pero es la primera vez que los aludo personalmente.
¿Estás
contenta de que haya venido precisamente aquí, a tu casa, digamos?
“Sí, mucho.
Es una bellísima experiencia para nosotros de Infernetto tenerlo aquí entre nosotros”.
El
Santo Padre también se dirigió al Consejo pastoral de la Parroquia de Santo Tomás
Apóstol, para agradecerles su trabajo, porque el Consejo es importante. Y les recordó
que el Código de Derecho Canónico se refiere a dos Consejos: el de los asuntos económicos
y el pastoral. Y el párroco debe tener ambos. Debe, dijo el Papa, porque lo ayudan
a él a llevar adelante la parroquia.
Y explicó que del Consejo económico se
comprende que debe resolver tantas cuestiones, los impuestos, los sueldos de los empleados,
etc. Mientras el Consejo pastoral es necesario para que el párroco conozca la parroquia
con la ayuda de la gente que conoce tantas cosas que el párroco no conoce, y le da
tantas ideas para llevar adelante el apostolado. Por eso, dijo Francisco, es muy importante
esta ayuda que se le da al párroco.
Un párroco sin Consejo pastoral corre
el riesgo de llevar la parroquia adelante con un estilo clerical, y debemos extirpar
el clericalismo de la Iglesia. El clericalismo hace mal, no deja crecer a la parroquia,
no deja crecer a los laicos. El clericalismo confunde la figura del párroco, porque
no se sabe si es un cura, un sacerdote o un patrón de empresa, ¿no? En cambio, cuando
el párroco cuenta con la ayuda de los Consejos, él es el sacerdote. Decide, ciertamente,
porque él tiene el poder de decidir; pero decide escuchando, se hace aconsejar, siente,
dialoga… Y ésta es su tarea. ¿Ésta no es democracia, eh? Está claro: porque nosotros
terminaremos al contrario, ¿no?, es un poco una anarquía, ¿no? No, no: no es democracia,
el Consejo pastoral. Pero es una ayuda grande para el párroco para que pueda llevar
adelante el apostolado en la parroquia. Y ésta es su tarea. Den gracias al Señor porque
tienen un Consejo pastoral en esta parroquia. Las parroquias sin Consejo pastoral
van hasta aquí, y después se detienen allí y terminan en una actitud clerical que
no ayuda a nadie. Les agradezco tanto.
Antes de darles la bendición
apostólica el Papa Francisco les pidió que sean un Consejo pastoral unido para ayudar
al párroco a fin de que la parroquia vaya adelante bien. Y volvió a darles las gracias
por el trabajo que desempeñan de ayuda al párroco… mientras al darles la bendición
invocó a la Virgen para que nos ayude a todos, dijo, porque la Virgen jamás cayó en
chismes diciendo: ah, mira qué guarda lindo modelo, ¿eh? Jamás, jamás. Pensemos esto,
Ave María…
Y por favor, recen por mí. Y muchas gracias, ¡eh!, porque
he encontrado una parroquia viva: ¡muchas gracias!