2014-01-21 17:09:18

República Dominicana de la mano con Nuestra Señora de Altagracia


(RV).- (Audio) RealAudioMP3 República Dominicana celebra el 21 de enero la festividad de Nuestra Señora de Altagracia, madre Protectora y Espiritual del país. Más de 20.000 personas peregrinan cada año para rezarla en su día, en el Santuario Nacional de la Basílica de Nuestra Señora de Altagracia.

Existen documentos históricos que prueban que en el año de 1502, en la Isla de Santo Domingo, ya se daba culto a la Virgen Santísima bajo la advocación de Nuestra Señora de la Altagracia, cuyo cuadro pintado al óleo fue traído de España. Según la tradición, Nuestra Señora de Altagracia, fue vista en sueños por una joven en Higüey, Santo Domingo (así lo narra monseñor Juan Pepen en su libro "Dónde floreció el naranjo"). Esta tradición dice que la devota hija de un rico mercader pidió a éste que le trajese de Santo Domingo un cuadro de Nuestra Señora de la Altagracia. El padre trató inútilmente de conseguirlo por todas partes, pero nadie conocía esta advocación. Ya de vuelta a Higüey, el comerciante conoció a un hombre de edad avanzada quien sacó de su alforja un pequeño lienzo enrollado y le dijo: «Esto es lo que usted busca». Era la Virgen de la Altagracia. Al poco tiempo el anciano había desaparecido envuelto en el misterio. Cuenta la tradición que, el 21 de enero la hija del mercader acompañada de varias personas, recibió a su padre en el mismo lugar donde hoy se encuentra el Santuario de Higüey, y que, lleno de alborozo en sus salutaciones, entregó aquél a su hija el tan esperado regalo. Desde ese momento, quedó establecido el venerado culto de la Virgen de Altagracia.


La imagen se representa en una delgada tela, donde aparece pintada la escena del nacimiento de Jesús; la Virgen, hermosa y serena ocupa el centro del cuadro y su mirada llena de dulzura se dirige al niño casi desnudo que descansa sobre las pajas del pesebre. La cubre un manto azul salpicado de estrellas y un blanco escapulario cierra por delante sus vestidos. María de la Altagracia lleva los colores de la bandera dominicana anticipando así la identidad nacional. Su cabeza, enmarcada por un resplandor y por doce estrellas, sostiene una corona dorada colocada delicadamente, añadida a la pintura original. Un poco retirado haca atrás, San José observa humildemente, mirando por encima del hombro derecho de su esposa; y al otro lado la estrella de Belén brilla tímida y discretamente. (MZ-RV









All the contents on this site are copyrighted ©.