Estamos en el tiempo del testimonio y la perseverancia
El Papa en la semana
(RV).- (Con audio) La acostumbrada muchedumbre
de fieles y peregrinos acogió al Papa Francisco en la Plaza de San Pedro para rezar
con él el Ángelus del domingo 17 de noviembre, a una semana de la conclusión del Año
de la fe, que se clausura el 24 de noviembre, con una solemne celebración Eucarística
presidida por el Santo Padre en la misma Plaza de San Pedro. El Obispo de Roma, antes
de la oración mariana, se detuvo a comentar el Evangelio del día, un pasaje de Lucas
que relata lo que Jesús dijo sobre los últimos tiempos. El Señor pone en guardia ante
el engaño de los falsos profetas y ante el miedo, e invita a vivir el tiempo de la
espera como el tiempo del testimonio y de la perseverancia.
Jesús preanuncia
pruebas dolorosas y persecuciones que sus discípulos deberán padecer, por su causa.
Sin embargo asegura: “Pero no perecerá ni un cabello de su cabeza” (v. 18). ¡Nos recuerda
que estamos totalmente en las manos de Dios! Las adversidades que encontramos por
nuestra fe y nuestra adhesión al Evangelio son ocasiones de testimonio; no deben alejarnos
del Señor, sino impulsarnos a abandonarnos aún más en Él, en la fuerza de su Espíritu
y de su gracia.
En este momento pienso, y pensamos todos, eh, hagámonos juntos,
pensemos en tantos hermanos cristianos que sufren persecuciones a causa de su fe.
¡Hay tantos! Quizá más que en los primeros siglos. Jesús está con ellos. También nosotros
estamos unidos a ellos con nuestra oración y nuestro afecto. También sentimos admiración
por su coraje y su testimonio. Son nuestros hermanos y hermanas que en tantas partes
del mundo sufren a causa de ser fieles a Jesucristo. Los saludamos de corazón y con
afecto.
“También el Papa se confiesa cada quince días, ¡porque también el
Papa es un pecador! Y el confesor escucha las cosas que yo le dido, me aconseja y
me perdona, porque todos tenemos necesidad de este perdón”. Con estas palabras Francisco
explicó la importancia del sacramento de la Reconciliación y el servicio sacerdotal
de la remisión de los pecados en el curso de la catequesis de la audiencia general
del miércoles 20 de noviembre, celebrada en la Plaza de San Pedro, ante más de cincuenta
mil fieles y peregrinos. El Obispo de Roma recordó que el Espíritu Santo nos da el
perdón de Dios, “pasando a través” de las llagas de Jesús. Y dijo que Dios perdona
a todo hombre en su soberana misericordia, si bien ha querido que los cristianos “reciban
el perdón mediante los ministros de la comunidad; porque es el poder de las llaves,
símbolo bíblico de la misión que Jesús ha dado a los Apóstoles. Yo voy al hermano
sacerdote y estoy seguro de que Dios me ha perdonado.
Nosotros no debemos
cansarnos de ir a pedir perdón. “Pero, padre, a mí me da vergüenza ir a decir mis
pecados…”. “Pero, mira, nuestras mamás, nuestras mujeres, decían que es mejor volverse
una vez rojo y no mil veces amarillo, ¡eh!” Eh, tú te vuelves rojo una vez, te perdona
los pecados y adelante… Por esto “el servicio que el sacerdote presta como ministro,
por parte de Dios, para perdonar los pecados es muy delicado, y exige que su corazón
esté en paz; que no maltrate a los fieles, sino que sea manso, benévolo y misericordioso”.
El sacerdote que no tenga esta disposición de espíritu es mejor que, hasta que nos
se corrija, no administre este Sacramento.
Producción de María Fernanda Bernasconi.
(hispano@vatiradio.va)
El espacio “El Papa en la semana”, se transmite los
sábados en las emisiones informativas de las 17,30; 01,45 y 03,20 UTC.