2013-11-10 09:51:42

Defendiendo la familia y el matrimonio, ganamos todos: obispos Uruguay


(RV).- El Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal del Uruguay manifiesta su preocupación ante la inminente aprobación de la ley llamada de “matrimonio igualitario”. Los obispos no cuestionan la buena voluntad e intento de búsqueda de una mayor justicia por parte de los legisladores, pero insisten en la gravedad y consecuencias de lo que está en juego. Igual que hace unos meses respecto a la aprobación de la ley de “interrupción voluntaria del embarazo”, entienden que es un nuevo retroceso para el ordenamiento jurídico, que funda su existencia en el respeto y la defensa de la institución familiar.


Quedó claro desde el comienzo, explican los pastores uruguayos, que el objetivo perseguido no era la protección efectiva de los derechos de parejas homosexuales, ya regulada por ley, con la existencia de proyectos alternativos de “uniones civiles” o similares, sino el asimilar estas situaciones de hecho al matrimonio. Llamar de manera igual a realidades desiguales, so pretexto de igualdad, sin tomar en cuenta la realidad y los principios éticos y morales que la rigen, es equivalente a masificar y despersonalizar.


Los prelados constatan que, a los ojos de la razón, y con el loable propósito de igualdad, se legisla siguiendo modelos provenientes del extranjero sin el debido análisis antropológico y sin profundizar las consecuencias que las alteraciones legales conllevan para el conjunto de la sociedad uruguaya en el tema de la familia. Consideran que esta ley pone en riesgo derechos tan fundamentales como los del niño, que corre el riesgo de convertirse en un objeto, especialmente cuando se plantea la adopción plena como un derecho de todo tipo de matrimonios.


Los obispos uruguayos terminan con las palabras que el actual Papa Francisco escribía cuando todavía era arzobispo de Buenos Aires, poco tiempo antes de la aprobación de una ley similar en el vecino país: “aquí está en juego la identidad y la supervivencia de la familia: papá, mamá e hijos. Está en juego la vida de tantos niños que serán discriminados de antemano privándolos de la maduración humana que Dios quiso se diera con un padre y una madre. Está en juego un rechazo frontal a la ley de Dios, grabada en nuestros corazones.”

ER RV








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