La trata de personas es una vil actividad, una vergüenza para la sociedad
Pensamiento del Papa
(RV).- (Con audio) Explotadores y clientes
deberían hacer un serio examen de conciencia ante sí mismos y ante Dios. En ocasión
de la vigésima Sesión Plenaria del Pontificio Consejo de la Pastoral para los Migrantes
e Itinerantes, el Santo Padre recibía el pasado 24 de mayo a los participantes, acompañados
por el presidente del dicasterio cardenal Antonio María Veglió.
En esa ocasión
Francisco reflexionó sobre el tema de la Plenaria que llevaba por título: “La solicitud
pastoral de la Iglesia en el contexto de las migraciones forzadas”, llamando la atención
sobre los millones de refugiados y desplazados en el mundo, y la plaga del tráfico
de seres humanos que cada vez más afecta a niños, involucrados en las peores formas
de explotación.
¡La “trata de personas” es una vil actividad, una vergüenza
para nuestras sociedades que se llaman civilizadas! ¡Explotadores y clientes, a todos
los niveles, deberían hacer un serio examen de concienci6a ante sí mismos y ante Dios!
La Iglesia renueva hoy su firme llamamiento para que siempre sean tuteladas la dignidad
y la centralidad de cada persona, en el respeto de los derechos fundamentales, como
subraya su Doctrina Social, que aboga para que los derechos se amplíen allí donde
no son reconocidos a millones de hombres y mujeres en todos los continentes. ¡En un
mundo en el que se habla tanto de los derechos, cuántas veces, de hecho, viene pisoteada
la dignidad humana! ¡En un mundo en que se habla tanto de los derechos, parece que
el único que tiene derechos es el dinero! Queridos hermanos y hermanas, vivimos en
un mundo en el que manda el dinero. Vivimos en un mundo, en una cultura donde reina
el fetichismo del dinero.
Por ello, subrayó el Pontífice “la familia de
las naciones está llamada a intervenir en un espíritu de solidaridad fraterna: para
la Iglesia Católica nadie es un extraño, nadie está excluido, nadie está lejos. Todos
somos una sola familia humana”. “Y la atención materna de la Iglesia se manifiesta
con especial ternura hacia los que están obligados a huir.
En este campo ustedes
llevan a cabo una tarea importante haciendo que las Comunidades cristianas sean más
sensibles ante tantos hermanos afrentados por heridas que marcan su existencia: la
violencia, el abuso, la lejanía de los afectos familiares, eventos traumáticos, la
fuga de casa, la incertidumbre sobre el futuro en los campos de refugiados. Todos
éstos son elementos que deshumanizan y tienen que empujar a todo cristiano y toda
la comunidad a una atención concreta.
Francisco invitó a acoger a todas las
personas forzadamente desarraigadas “a la luz de la esperanza”.
“Esperanza
que se expresa en las expectativas para el futuro, en el deseo de relaciones de amistad,
en las ganas de participar en la sociedad que los acoge, también mediante el aprendizaje
de la lengua, el acceso al empleo y a la educación para los niños. Admiro la valentía
de los que esperan reanudar paulatinamente la vida normal, esperando que la alegría
y el amor vuelvan a alegrar su existencia. ¡Todos podemos y debemos alimentar esa
esperanza!”
El Santo Padre hizo un llamamiento para que la Comunidad Internacional
intervenga “con iniciativas eficaces y nuevos enfoques”.
Producción de María
Fernanda Bernasconi (hispano@vatiradio.va).
El espacio “Pensamiento del Papa”,
se transmite los lunes en las emisiones informativas de las 17,30; 01,45 y 03,20
UTC.