(RV).- El Papa Pío XII es el Papa que ha dedicado a María más cartas encíclicas: 8
cartas. Papa Pacelli fue el primer Pontífice que consagró el mundo al Corazón Inmaculado
de María, el 31 de octubre de 1942, después de repetidos pedidos de la misma Virgen,
que se aparecía varias veces en Fátima, en Portugal, desde el 13 de mayo de 1917.
“A usted, al Vuestro Corazón Inmaculado, yo como padre común de la gran familia
cristiana, como Vicario de aquellos a quien le fue dado todo el poder en el cielo
y en la tierra – estas son las palabras de Pío XII- en estas horas trágicas de la
historia humana, confiamos, consignamos, consagramos no sólo la Santa Iglesia… también
el mundo entero, lacerado por las discordias, quemado por incendios de odio, víctima
de su misma iniquidad”. Se debe a Pío XI, en 1930, el reconocimiento oficial
de la aparición en la ciudad portuguesa y el culto a la Virgen de Fátima. La devoción
a María de Juan XXIII se revela en el “Diario del alma”, el diario personal di Angelo
Roncalli- que durante cuatro decenios anotaba los pensamientos y reflexiones espirituales
en su propio cuaderno- donde emerge la constante confianza a la Virgen. También la
protección de María, Juan XXIII ha confiado el Concilio Vaticano II, en el día de
la inauguración, el 11 octubre 1962, en la fiesta de María Madre de Dios -hoy trasladada
al 1 de enero- en recuerdo del día de la proclamación del dogma de la Divina Maternidad
de la Virgen, en 431, de parte del Concilio de Éfeso. Promulgado la Constitución Dogmática
Lumen Gentium el 21 noviembre de 1964, Pablo VI ha declarado la Virgen María “Madre
de la Iglesia” y el 2 de febrero de 1974 ha firmado la exhortación apostólica Marialis
Cultus, sobre la relación entre la sagrada liturgia y el culto a la Virgen con consideraciones
y directivas para favorecer el desarrollo. Para recordar la devoción de Juan Pablo
II a la Virgen basta citar el motu apostólico: Totus Tuus, además en los 27 años de
pontificado, mostró esta devoción con gestos, palabras y documentos oficiales, entre
los cuales la Carta Encíclica Redemptoris Mater del 25 de marzo 1987, sobre la Beata
Virgen María en la vida de la Iglesia en camino, y la carta apostólica sobre el Rosario
del 16 octubre 2002. En continuidad con su predecesor, Benedicto XVI en cada audiencia,
discurso y homilía ha siempre confiado los fieles a María, y en diversos viajes apostólicos
ha hecho visita a los Santuarios Marianos. El 24 de julio de este año en Brasil, en
Aparecida, Papa Francisco ha consagrado a María su Pontificado y el pasado 22 septiembre
así ha orado en Cagliari a la Virgen de Bonaria: “Tenemos necesidad de su mirada
de ternura, de su mirada materna que nos conoce mejor que cualquier otro, de su mirada
llena de compasión y de cuidado. María, hoy queremos decirte: ¡Madre, danos tu mirada!
Tu mirada nos lleva a Dios, tu mirada es un don del Padre bueno, que nos espera en
cada encrucijada de nuestro camino.” (Luz Erika Limachi - RV)