Salvar la destrucción, reparar y construir un mundo mejor: Di Segni, rabino de Roma
(RV).- (audio) En su saludo, Riccardo
di Segni, el rabino jefe de la Comunidad Judía de Roma, agradeció al Papa que les
hubiera concedido este encuentro que han deseado “como signo de continuidad y de novedad”.
Continuidad porque en esta ciudad, existe “una relación entre las dos comunidades
de fe, excepcional por su antigüedad, de casi dos milenios, con dramáticos momentos
de dificultad en la historia, pero con un valor simbólico en la relación judío-cristiana,
que es como un laboratorio de intercambio”. “No podemos ignorar -dijo el rabino- esta
larga historia local, pero de significado universal, para reflexionar sobre sus enseñanzas,
corregir los errores, sanar las heridas, y construir”. Riccardo di Segni recordó
que lo que le sucedió al pueblo judío en el siglo pasado -el Holocausto y la fundación
del Estado de Israel- ha influido profundamente no sólo en el judaísmo, sino en todo
el mundo y en la misma Iglesia, orientándola hacia un nuevo camino. Y que los tres
Papas que conoció en el curso de los últimos diez años, han dado, cada uno con su
estilo y personalidad, una importante contribución a este proceso. Y en este sentido
afirmó “que aquí la palabra innovación es de casa”. En referencia a los problemas
en la relación entre judíos y católicos, el rabino jefe de Roma sostuvo que, “mirando
atrás, está claro qué se ha hecho bien”. “Pero que a menudo la solución de un problema
abre muchos otros y nunca se debe pretender haberlo resuelto todo. Es necesario trabajar
para aclarar una vez más, para entender la sensibilidad y los puntos críticos, para
que se difundan los mensajes positivos, la amistad y la confianza crezcan y el respeto
mutuo sea real”, apuntó el rabino. Finalmente Riccardo di Segni hablando de la
responsabilidad pública de las religiones recordó la historia de Noé y el Diluvio.
“Lo que nos atormenta de aquella historia, dijo, es que, de toda la humanidad, sólo
sobreviviera una familia encerrada en un barca. En estos días vemos, paradójicamente,
por el contrario, que se muere en una barca mientras alrededor sobrevive la humanidad
indefensa y en parte indiferente”. “Nuestra historia y nuestra fe se rebelan contra
todo esto, y Usted (dijo el rabino de Roma, refiriéndose al Papa) demostró que con
el poder de su presencia, comparte esta rebelión y que tenemos valores comunes que
han de transmitirse a la humanidad. Salvar la destrucción, reparar y construir un
mundo mejor en el que cada uno tenga su lugar: éste es un deber que permanece en el
tiempo. ER RV