Papa, Lampedusa: ¡Es una vergüenza! Nunca más símiles tragedias
(RV).- (audio) Ante las numerosas
víctimas del enésimo trágico naufragio ocurrido hoy en las costas de Lampedusa, me
viene la palabra vergüenza, es una vergüenza. Así se expresó este mediodía el Santo
Padre recibiendo a los participantes a las jornadas de celebración del 50 aniversario
de la Encíclica Pacem in Terris promulgada por Juan XXIII en abril de 1963. Estas
son las palabras de Francisco al final de su discurso:
“No puedo dejar de recordar
con gran dolor a las numerosas víctimas del enésimo trágico naufragio ocurrido hoy
en las costas de Lampedusa, me viene la palabra vergüenza, es una vergüenza. Recemos
juntos a Dios por quienes han perdido la vida, hombres, mujeres y niños, por los familiares
y por todos los prófugos ¡Unamos nuestros esfuerzos para que nunca más se vuelvan
a repetir semejantes tragedias! ¡Sólo una decidida colaboración de todos puede ayudar
a prevenirlas!”
Ante las numerosas víctimas del enésimo trágico naufragio ocurrido
hoy en las costas de Lampedusa, me viene la palabra vergüenza, es una vergüenza. Así
se expresó este mediodía el Santo Padre recibiendo a los participantes a las jornadas
de celebración del 50 aniversario de la Encíclica Pacem in Terris promulgada por Juan
XXIII en abril de 1963.
“Las jornadas de celebración del 50 aniversario de
la Encíclica Pacem in Terris, ha dicho el Papa Francisco, se producen poco después
del anuncio de la canonización del beato Roncalli, el próximo 27 abril. La Pacem in
Terris surgió al ápice de la “guerra fría”, en un momento que la humanidad estaba
al borde de un conflicto atómico mundial”.
“El Papa lanzó un dramático y sentido
llamamiento por la paz, dirigiéndose de esta manera a todos aquellos que tenían la
responsabilidad de poder: "Con la mano en la conciencia, que escuchen el grito de
angustia que desde todos los rincones de la tierra, de los niños inocentes a los ancianos,
de las personas a las comunidades, sube hacia el cielo: Paz, paz! "(Radio Mensaje,
25 de octubre, 1962). Era un grito a los hombres, pero también era una súplica dirigida
al Cielo. El diálogo que entonces inició trabajosamente entre los principales bloques
llevó, durante el pontificado de otro beato, Juan Pablo II, a la superación de aquella
fase y a la apertura de espacios de libertad y de diálogo. Las semillas de la paz
lanzadas por el beato Juan XXIII, han dado sus frutos. Sin embargo, a pesar de que
hayan caído muros y barreras, el mundo sigue necesitando la paz y la llamada de la
Pacem in Terris sigue muy presente”.
El Santo Padre Francisco ha dicho que
“el origen divino del hombre es el fundamento de la construcción de la paz”.
“Es
entonces tarea de todos los hombres construir la paz, siguiendo el ejemplo de Jesucristo,
a través de estos dos caminos: promover y practicar la justicia, con verdad y amor;
y contribuir, cada cual según su capacidad, al desarrollo humano integral, de acuerdo
con la lógica de la solidaridad.
En cuanto a nuestra realidad actual, me pregunto
si hemos aprendido esta lección de la Pacem in Terris. Me pregunto si las palabras
“justicia” y “solidaridad” están sólo en nuestro diccionario o todos trabajamos para
que se conviertan en una realidad. La encíclica del beato Juan XXIII nos recuerda
claramente que no puede haber una verdadera paz y armonía si no trabajamos por un
mundo más justo y solidario, si no superamos egoísmos, individualismos, intereses
de grupo, y esto a todos los niveles”.
El Santo Padre ha señalado que la
encíclica del Papa Juan XXIII focaliza una consecuencia de base: el valor de la persona,
la dignidad de cada ser humano, que siempre hay que promover, respetar y proteger.
Y no sólo los principales derechos civiles y políticos deben ser garantizados -afirmó
el Beato Juan XXIII - sino también ofrecer a todos la oportunidad de tener acceso
realmente a los medios básicos de subsistencia, alimentación, agua, casa, salud, educación
y la oportunidad de formar y mantener una familia.
“Los principios básicos
de la Pacem in Terris les pueden conducir con resultado fructuoso a la discusión sobre
las "res novae" que interesan al estudio de su conferencia: la emergencia educativa,
la influencia de los medios de comunicación sobre las conciencias, el acceso a los
recursos de la tierra, el bueno o mal uso de los resultados de la investigación biológica,
la carrera de armamentos y las medidas de seguridad nacionales e internacionales.
La crisis económica mundial, que es un síntoma grave de la falta de respeto por el
hombre y por la verdad con la que se han tomado decisiones por parte de gobiernos
y de ciudadanos, nos lo dicen con claridad. La Pacem in Terris traza una línea que
va de la paz que se construye en los corazones de los hombres a un replanteamiento
de nuestro modelo de desarrollo y de acción a todos los niveles, para que nuestro
mundo sea un mundo de paz”. (ER - RV)