2013-09-12 14:55:51

En el Espíritu de Aparecida


P. Antonio Grande

(RV).- (Audio) RealAudioMP3 El padre Antonio Grande, de la diócesis de Rafaela, en la Argentina, que actualmente realiza el servicio de rector del Colegio Sacerdotal y de la Iglesia Argentina en Roma, nos sigue hablando de la nueva Evangelización.

Jesús sigue guiando a toda la Iglesia y a los jóvenes a anunciar el Evangelio a los hombres

A partir del encuentro con Jesús el hombre por la fe se renueva, vive un nuevo nacimiento, va experimentando la alegría de ser discípulos misioneros para anunciar el evangelio de Jesucristo, que es fuente de vida plena y dignificación de los hombres. En palabras de Aparecida:

“Los discípulos de Jesús reconocemos que Él es el primer y más grande evangelizador enviado por Dios (cf. Lc 4,44) y, al mismo tiempo, El Evangelio de Dios (cf. Rm 1,3). Creemos y anunciamos `la buena noticia de Jesús, Mesías, Hijo de Dios´ (Mc 1,1). Como hijos obedientes a la voz del Padre, queremos escuchar a Jesús (cf. Lc 9,35) porque Èl es el único Maestro (cf. Mt 23,8). Como discípulos suyos sabemos que sus palabras son Espíritu y Vida (cf. Jn 6,63.68)” (A 103).

El Papa Francisco hizo memoria de la necesidad de continuar con el itinerario de renovación interna de la Iglesia. Es un proceso de conversión personal en la fe al Señor, que debe hacerse presente en los vínculos comunitarios y en las estructuras pastorales.

“Aparecida ha propuesto como necesaria la Conversión Pastoral. Esta conversión implica creer en la Buena Nueva, creer en Jesucristo portador del Reino de Dios, en su irrupción en el mundo, en su presencia victoriosa sobre el mal; creer en la asistencia y conducción del Espíritu Santo; creer en la Iglesia, Cuerpo de Cristo y prolongadora del dinamismo de la Encarnación”.

Aparecida orientó a las diversas comunidades a acompañar a los jóvenes en su camino de fe para que maduren su opción vocacional. “Proponer a los jóvenes el encuentro con Jesucristo vivo y su seguimiento en la Iglesia, a la luz del Plan de Dios, que les garantiza la realización plena de su dignidad de ser humano, les impulsa a formar su personalidad y les propone una opción vocacional específica: el sacerdocio, la vida consagrada o el matrimonio” (A 446 c).

Jesús sigue llamando a toda la Iglesia, y particularmente a los jóvenes, a hacer la experiencia de creer en Él, ser sus amigos y construir la vida como discípulo misionero.
Y, sigue enviando a compartir la misión de evangelizar a los hombres de nuestro tiempo. En la misa de la Jornada Mundial de la Juventud, el Papa Francisco enfatizó que Jesús envía, acompaña y sostiene a sus misioneros en el servicio a sus hermanos.

“La fe es una llama que se hace más viva cuanto más se comparte, se transmite, para que todos conozcan, amen y profesen a Jesucristo, que es el Señor de la vida y de la historia (cf. Rm 10,9). Pero ¡cuidado! Jesús no ha dicho: si quieren, si tienen tiempo, sino: «Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos». Compartir la experiencia de la fe, dar testimonio de la fe, anunciar el evangelio es el mandato que el Señor confía a toda la Iglesia, también a ti; es un mandato que no nace de la voluntad de dominio o de poder, sino de la fuerza del amor, del hecho que Jesús ha venido antes a nosotros y nos ha dado, no algo de sí, sino todo él, ha dado su vida para salvarnos y mostrarnos el amor y la misericordia de Dios. Jesús no nos trata como a esclavos, sino como a hombres libres, amigos, hermanos; y no sólo nos envía, sino que nos acompaña, está siempre a nuestro lado en esta misión de amor”.









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