Cadena de compromiso y oración, los corazones del mundo con el Papa: «¡Queremos que
estalle la paz!»
(RV).- (Con audio) En todo el mundo se
siguen multiplicando las expresiones de adhesión al Santo Padre Francisco, que ha
convocado para la víspera de la Natividad de María, Reina de la Paz, una jornada de
ayuno y de oración por la paz en Siria, en Oriente Medio y en el mundo entero. Una
vez más la Plaza de San Pedro abrazará los corazones y los anhelos de «la única gran
familia humana», como destacó el Obispo de Roma anunciando esta convocación y haciéndose
«intérprete del grito que, con creciente angustia, se levanta en todas las partes
de la tierra, en todos los pueblos, en cada corazón: ¡el grito de la paz! Es el grito
que dice con fuerza: «Queremos un mundo de paz, queremos ser hombres y mujeres de
paz»:
«Queremos que en nuestra sociedad, desgarrada por divisiones y conflictos,
estalle la paz; ¡nunca más la guerra! ¡Nunca más la guerra! La paz es un don demasiado
precioso, que tiene que ser promovido y tutelado».
La Vigilia de oración
por la paz dará comienzo a las siete de la tarde, con el saludo litúrgico del Papa
y con el Canto del Veni Creator, invocando al Espíritu del Señor Resucitado para que
anime y guíe la oración. La primera parte es el momento mariano, con la entronización
de la imagen de la Salus Populi Romani, invocando a María Reina de la Paz y con el
rezo del santo Rosario.
El Momento mariano culminará con la meditación del
Santo Padre y luego dará comienzo el momento eucarístico, con la oración ante Jesús
Eucaristía, Príncipe de la Paz y la exposición del Santísimo.
La Adoración
eucarística en cada uno de sus cinco tiempos contempla una lectura bíblica sobre el
tema de la paz, una oración de un Pontífice dedicada a invocar la paz, responsorios
con este fin, el canto y la oferta del incienso, que estará a cargo de 10 personas,
dos respectivamente en representación de Siria, Egipto, Tierra Santa, Estados Unidos
y Rusia. La lectura evangélica, dará paso a un prolongado momento de silencio orante,
antes de la Bendición eucarística que impartirá el Papa Francisco.
Y poniendo
de relieve que la Jornada de ayuno y oración tiene también un matiz penitencial, se
destaca que cincuenta confesores estarán disponibles a partir de las cinco y cuarenta
y cinco de la tarde y durante toda la Vigilia, en lugares dedicados al Sacramento
de la Penitencia, bajo la columnata de la Plaza de San Pedro.