(RV).- (Audio) El padre Antonio Grande,
de la diócesis de Rafaela, en la Argentina, que actualmente realiza el servicio de
rector del Colegio Sacerdotal y de la Iglesia Argentina en Roma, nos sigue hablando
de la nueva Evangelización.
Asumir la gran aventura de proclamar el Evangelio
en el espacio cibernético
Es una amplia oportunidad para toda la humanidad
el espacio de comunicación que se viene generando por el desarrollo de las nuevas
tecnologías y las posibilidades cibernéticas que se ofrecen, y cada vez son más usadas
por muchas personas en los diversos países y latitudes. Frente a la inquietud de algunos,
la cuestión no es contraponer el uso de los dones que el Creador entregó a los hombres
y su proyecto de amor por ellos, sino, más bien, explorar en las oportunidades
que los medios de comunicación ofrecen, y considerar y responder a algunos peligros
deshumanizadores que ellos entrañan.
Su utilización es un desafío al ingenio
y la creatividad de las personas para transmitir los valores del Evangelio.
“La
Internet, vista dentro del panorama de la comunicación social, debe ser entendida,
en la línea ya proclamada en el Concilio Vaticano II, como una de las maravillosas
invenciones de la técnica. Para la Iglesia, el nuevo mundo del espacio cibernético
es una exhortación a la gran aventura de la utilización de su potencial para proclamar
el mensaje evangélico. Este desafío está en el centro de lo que significa, al inicio
del nuevo milenio, seguir el mandato del Señor, de avanzar (Lc 5,4)” (A 487).
Conviene
señalar el peligro de manipulación de la información que estos medios transmiten,
o, dicho de otro modo, siempre es necesario estar atentos a la intencionalidad
de lo que se difunde, a los contenidos que se presentan, y, al modo como estos son
comunicados. En esta actividad tienen una gran responsabilidad social los dueños de
estas empresas, y quienes en ellas son comunicadores en los diversos modos que ofrece
el diversificado mercado de tecnología e información.
Me parece muy expresivo
y sugerente el comentario que realizó el Papa Francisco en una entrevista televisiva
a un canal de Río de Janeiro, días pasados. Expresó la importancia que el acto de
comunicar integre los diversos aspectos de la realidad actual, no calle algunos
de ellos por un interés mezquino, y que abra a la solidaridad con los más débiles:
“Denunció que hay chicos que mueren de hambre, hombres que mueren de frío en las calles
en invierno, y eso no es noticia. Pero bajan tres o cuatro puntos de las bolsas de
algunos países y se lo considera una catástrofe. Es "el drama de este humanismo deshumano
que estamos viviendo", expresó, al tiempo que animó a "no caer en la globalización
de la indiferencia".
Este juicio interpretativo del Papa nos abre a reflexionar
que todos tenemos la responsabilidad importante de ejercitar nuestra capacidad de
comprensión crítica frente a lo que recibimos de esos medios. Es bueno que nos preguntemos
¿qué puedo, qué podemos aportar? para que la formación cristiana y el amor solidario
sean fuente de intercambio de iniciativas de reflexión y de inspiración de gestos
a favor de las necesidades de los pobres y marginados.
“Los medios de comunicación,
en general, no sustituyen las relaciones personales ni la vida comunitaria local.
Sin embargo, los sitios pueden reforzar y estimular el intercambio de experiencias
y de informaciones que intensifiquen la práctica religiosa a través de acompañamientos
y orientaciones” (A 489).
______________________________________ J.
Roullion, “Declaraciones del Papa Francisco a la televisión brasileña”, en AICA digital,
Buenos Aires, 30/7/2013.