2013-07-28 14:09:39

“Playa fidei”: Oración, sacramento y ayuda a los demás


(RV).- (Audio) RealAudioMP3 Exactamente dos minutos después de mediodía comenzó en Copacabana el espectáculo de entretenimiento llamado “Show del Futuro Brasil', con la participación de diversas estrellas del ámbito religioso, como el sacerdote italiano Marcelo Rossi, quien en el año 2007 superó con su CD de canciones católicas las ventas de los artistas más consagrados de esta nación, y con cuyas ganancias fue posible, entre otras cosas, construir en San Pablo la enorme iglesia intitulada a la Madre de Dios, capaz de contener a cien mil personas.

O el compositor y cantante nicaragüense radicado en EEUU, Tony Meléndez, célebre por su habilidad de tocar la guitarra con los pies, puesto que no tiene brazos, y quien se exhibió ante seis mil jóvenes en Los Ángeles, en 1987, junto al beato Juan Pablo II. Tras aquella interpretación, el Papa Wojtyla había subido al escenario para besarlo y felicitarlo diciéndole: “Tony, eres verdaderamente un joven muy valiente. Nos estás dando esperanza a todos nosotros. Mi deseo para ti, es que sigas dando esperanza a toda la gente”.

Sin entrar en las polémicas de tono político que dicen que el fracaso de Campus Fidei se debe a que desde el inicio fue un error construir el palco - ahora inutilizado porque inundado - en Guaratiba, en la zona oeste de Río, un sacerdote muy contento comentó “fue Dios quien ha querido que esta vigilia se desarrollara aquí, en Copacabana''.

Y en efecto el Papa, al tomar la palabra en esta vigilia aludiendo al cambio de programa manifestó que probablemente el Señor quería decirnos que “el verdadero campo de la fe” no es un lugar geográfico, sino que somos nosotros. Cada uno de nosotros…

Francisco, que ofreció una verdadera catequesis juvenil, propuso tres imágenes para comprender mejor lo que significa ser discípulo misionero: el campo como lugar donde se siembra, el campo como lugar de entrenamiento y el campo como obra de construcción.

También recomendó “jugar en el equipo de Jesús”, para lo cual hay que entrenarse, porque Jesús “nos ofrece algo más grande que la copa del mundo”: nos ofrece la posibilidad de una vida fecunda y feliz. Pagando como precio de entrada el entrenamiento, es decir el diálogo con él, o sea, la oración.

En espera del Papa Francisco, con más de siete horas de anticipación, desde muy lejos resonaban en los diversos rincones de esta ciudad los cantos de los más de dos millones de jóvenes que “contagiaron” a no pocos obispos y prelados quienes participaron animadamente en la coreografía, girando sobre sí mismos y aplaudiendo al ritmo de sus canciones…

Como el cardenal Arzobispo de Viena, Christopher Schönborn, a quien hemos visto en el palco de la JMJ luciendo una camiseta amarilla sobre su sotana fileteada y con el solideo en su cabeza.

Se trata del purpurado, recordamos, que los jóvenes aprecian mucho por su sencilla forma de ser, y quien organizó el "Youcat", el catecismo para los jóvenes de la JMJ, regalo de Benedicto XVI en la pasada edición de Madrid 2011, y cuya camiseta amarilla publicitaba, precisamente, este pequeño volumen de menos de 300 páginas.

Y aunque el tiempo había mejorado, la prefectura desaconsejaba entrar en el mar. De hecho, informó que 106 chicos fueron salvados de morir ahogados gracias a los socorristas…

Entre los gestos del Papa: “Jesús mirá lo que hice”, llevándose la mano a la frente, como cuando se toma conciencia de un gran error.

Entre las palabras que resuenan del Papa: “Que no sean otros los protagonistas del cambio”, sino los jóvenes, que son el futuro.

Y entre los “silencios” del Papa: el momento de la adoración Eucarística, roto sólo por el rumor de las olas del Atlántico.


Desde Río de Janeiro, María Fernanda Bernasconi, RV.








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