2013-07-05 16:22:20

Misericordia y no sacrificios. El Papa el viernes en Santa Marta


(RV).- (Audio y video) RealAudioMP3 El corazón del mensaje de Dios es la misericordia: lo afirmó hoy el Papa Francisco en la Misa en la Casa de Santa Marta comentando el Evangelio de la llamada de Mateo. Estaba presente un grupo de empleados del Governatorato. Concelebró con el Papa el cardenal Jorge Liberato Urosa Savino, arzobispo de Caracas, en el día de la fiesta nacional de Venezuela.


“Quiero misericordia y no sacrificios”, el Papa repitió las palabras de Jesús a los fariseos que critican al Señor que comió con los pecadores. Y los publicanos – explicó - “eran doblemente pecadores, porque eran apegados al dinero y también traidores a la patria” porque cobraban los impuestos a su pueblo por cuenta de los romanos. Jesús, entonces, ve a Mateo, el publicano, y lo mira con misericordia:


“Y aquel hombre sentado a la mesa de recaudación de impuestos. En un primer momento Jesús lo ve y este hombre siente algo de nuevo, algo que no conocía - aquella mirada de Jesús sobre él - siente un estupor dentro, siente la invitación de Jesús: ‘¡Sígueme! ¡Sígueme!’. En aquel momento, este hombre está lleno de gozo, pero también duda un poco, porque es muy apegado al dinero. Sólo bastó un momento – que nosotros conocemos en la expresión del pintor Caravaggio: aquel hombre que miraba, pero que también con las manos, recogía el dinero - sólo un momento en el que Mateo dice si, deja todo y va con el Señor. Es el momento de la misericordia recibida y aceptada: ‘¡Sí, vengo contigo!’. Es el primer momento del encuentro, una experiencia espiritual profunda”.


“Luego viene un segundo momento: la fiesta”, “el Señor festeja con los pecadores”: se festeja la misericordia de Dios que “cambia la vida”. Después de estos dos momentos, el estupor del encuentro y la fiesta, viene “el trabajo cotidiano”, anunciar el Evangelio:


“Se debe alimentar este trabajo con la memoria de aquel primer encuentro, de aquella fiesta". Y esto no es un momento, esto es un tiempo: hasta el final de la vida . La memoria. ¿Memoria de qué? ¡De aquellos hechos! ¡De aquel encuentro con Jesús que me ha cambiado la vida! ¡Que tuvo misericordia! Que ha sido tan bueno conmigo y que también me ha dicho: ‘¡Invita a tus amigos pecadores, para que hagan fiesta!’. Aquella memoria da fuerza a Mateo y a los demás para ir adelante. ‘¡El Señor me ha cambiado la vida! ¡He encontrado al Señor!’. Recuerden siempre. "Es como soplar sobre las brasas de aquella memoria, ¿no? Soplar para mantener el fuego, siempre”.


En las parábolas evangélicas se habla del rechazo de muchos invitados a la fiesta del Señor. Y Jesús fue a “buscar a los pobres, a los enfermos e hizo fiesta con ellos”:


“'Y Jesús, continuando con esta costumbre, hace fiesta con los pecadores y les ofrece la gracia. Quiero misericordia y no sacrificios. De hecho yo he venido no para llamar a los justos, sino a los pecadores. Quien se cree justo, ¡que se las arregle! Él ha venido por nosotros pecadores y esto es bello. ¡Dejémonos mirar por la misericordia de Jesús, hagamos fiesta y hagamos memoria de esta salvación!”. (MZ,RC-RV)








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