Todo está perdido con la guerra, con la paz todo se puede obtener
(RV).- (audio) La violencia, una vez
más está produciendo en el mundo cientos de miles de personas desplazadas por la fuerza.
El representante permanente de la Santa Sede ante Naciones Unidas, el arzobispo Silvano
Tomassi, interviniendo en Ginebra al frente de la delegación vaticana en la 57 reunión
del Alto Comisionado de la ONIU para los Refugiados ACNUR, observa con pesar que el
número de personas afectadas ha aumentado en los últimos doce meses.
En casi
todos los casos este incremento -señala el prelado- es debido al aumento y a la persistencia
de los conflictos armados, mientras que, en la actualidad, los Estados interesados,
las estructuras regionales y la comunidad internacional en su conjunto, carecen de
la voluntad de diálogo y de llegar a soluciones políticas pacíficas.
Las armas
-dice Mons. Tomasi- no ayudarán a equilibrar la lucha contra los grupos de influencia
y el resultado llevará a más victimas civiles y a más familias desarraigadas. Esta
trágica evidencia confirma que “todo está perdido con la guerra, con la paz todo se
puede obtener”.
El representante vaticano se congratula que el Alto Comisionado
haya iniciado esfuerzos para explorar el papel que las comunidades de fe puedan aportar
en la protección de civiles afectados por los conflictos bélicos, dando prioridad
a la solidaridad y al diálogo respetuoso como el método adecuado para responder a
la difícil situación de los refugiados.
Según Informes de primera mano llegados
de las zonas de conflicto muestran como, por ejemplo en Siria, una organización católica
internacional está trabajando a través de más de 20 comunidades de fe, católicos,
ortodoxos, protestantes y musulmanes, para proporcionar alimentos, medicinas, refugio
y apoyo psicosocial a más de 100.000 personas en Damasco, Homs, Alepo y las zonas
rurales circundantes.
Los destinatarios de estos beneficios son en su mayoría
musulmanes, al igual que la población de Siria. Los beneficios no se distribuyen de
acuerdo al credo, sino de acuerdo a las necesidades funcionales. En opinión del delegado
de la Santa Sede es vital que los enlaces ya disponibles entre los grupos y el ACNUR
se fortalezcan.
Mons. Tomasi pone de relieve los generosos esfuerzos de
Jordania, Líbano, Turquía e Irak en la recepción de refugiados provenientes de Siria.
La respuesta de la comunidad internacional a esta emergencia es realmente alentadora.
Mucho se ha hecho, pero más aún es necesario. Al mismo tiempo, se pide que el caso
de ayudas a Siria no descuide otras emergencias, en África y en otras partes del mundo
necesitadas de protección y medicamentos.