(RV).- (Con Audio) El padre Antonio Grande,
de la diócesis de Rafaela, en la Argentina, que actualmente realiza el servicio de
rector del Colegio Sacerdotal y de la Iglesia Argentina en Roma, nos sigue hablando
de la nueva Evangelización.
Recorrer juntos caminos de reconciliación
y solidaridad, un espíritu que debe animar el servicio evangelizador y
sus comunidades.
Los obispos latinoamericanos y caribeños, en la parte
final del documento de Aparecida, convocan al Pueblo de Dios y a sus instituciones,
a continuar su aporte para que nuestros pueblos, en medio de sus búsquedas
y frustraciones, puedan seguir cultivando la esperanza que arde en los corazones de
sus integrantes.
“En el corazón y la vida de nuestros pueblos late un fuerte
sentido de esperanza, no obstante las condiciones de vida que parecen ofuscar toda
esperanza. Ella se experimenta y alimenta en el presente, gracias a los dones y signos
de vida nueva que se comparte; compromete en la construcción de un futuro de mayor
dignidad y justicia, y ansía los cielos nuevos y la tierra nueva que Dios nos
ha prometido en su morada eterna” (A 536).
Esta enseñanza expresa valores
evangélicos y eclesiales que, como otros, para ser asimilados, necesitan de un proceso
de conversión personal y comunitario desplegado en el tiempo. El esfuerzo de precisar
su validez y establecerlo como un objetivo común a realizar fortalece las motivaciones
para ir caminando hacia él, y poder expresarlo en estructuras de comunión y solidaridad.
Todos
en la Iglesia debemos acrecentar nuestra conciencia creyente que nos mueve a la adoración
del Dios de Jesucristo y al servicio responsable en la educación de valores, a veces
no tan tenidos en cuenta socialmente, o, de los que se habla pero no llegan a ser
movilizadores de actitudes que se expresen en emprendimientos concretos.
“Es
necesario educar y favorecer en nuestros pueblos todos los gestos, obras y
caminos de reconciliación y amistad social, de cooperación e integración. La comunión
alcanzada en la sangre reconciliadora de Cristo nos da la fuerza para ser constructores
de puentes, anunciadores de verdad, bálsamo para las heridas. La reconciliación está
en el corazón de la vida cristiana. Es iniciativa propia de Dios en busca de nuestra
amistad, que comporta consigo la necesaria reconciliación con el hermano” (A 535).
Gerardo
Farrell, sabio pastoralista, proponía hace más de veinte años, que los laicos deberían
aportar a la tarea de pensar un proyecto de país. Pensar la Argentina como proyecto
de país, conforme a su tradición cultural y en diálogo con la cultura moderna.
Es una expresión universal que puede iluminar la tarea de los cristianos en cada uno
de nuestros pueblos.
“Es necesario pensar la patria desde la cultura de
nuestro pueblo, entendiendo por cultura de nuestro pueblo tanto las expresiones
espontáneas como las de nuestros autores literarios y ensayistas. La Argentina es
una cultura por descubrir, por rastrear, por formular ilustradamente y por evangelizar
permanentemente”.
Aparecida orienta en esta dirección:
“Los discípulos
y misioneros de Cristo deben iluminar con la luz del Evangelio todos los ámbitos de
la vida social. La opción preferencial por los pobres, de raíz evangélica, exige una
atención pastoral atenta a los constructores de la sociedad. Si muchas de las estructuras
actuales, generan pobreza, en parte se ha debido a la falta de fidelidad a sus compromisos
evangélicos de muchos cristianos con especiales responsabilidades políticas, económicas
y culturales” (A 501).
_____________________ FARRELL, Argentina
como cultura, 57; “La evangelización en el conurbano”, Criterio 1978/79
(1986) 717.