(RV).- (Con audio) La Comisión Ejecutiva
de la Conferencia Episcopal Argentina hizo pública el 14 de junio una reflexión ante
la sanción de la “Ley de acceso integral a la reproducción médicamente asistida”,
en la que se lee:
Como Iglesia, nos hemos pronunciado en diversas ocasiones
sobre las técnicas de procreación artificial, buscando llevar esperanza a las personas
involucradas en situaciones de infertilidad y esterilidad, pero también señalando
que no todo lo técnicamente posible es ética y jurídicamente aceptable.
El
27 de abril de 2012 recordábamos que “en caso que se llevase adelante la fecundación
extracorpórea, el ser humano concebido de esta manera tiene el mismo estatuto, dignidad
y derechos que cualquier otro”. La trasmisión de la vida humana goza de tal dignidad
que no puede estar sometida a parámetros técnicos. Entre los bienes afectados está
el derecho a la identidad de los niños concebidos. Además, la recientemente sancionada
ley de “acceso integral a la reproducción médicamente asistida” genera preocupación
por la legalización de nuevas formas de manipulación de vidas humanas en etapa embrionaria.
La
ley en su artículo 2 dispone que estas técnicas se apliquen para conseguir un embarazo.
Más allá de las consideraciones bioéticas de fondo, entendemos que ello refleja una
finalidad claramente reproductiva en el espíritu de la ley que excluiría cualquier
posibilidad de destruir embriones. Luego de la sanción de la ley, para limitar
daños y contribuir al bien común, es necesaria una expresa prohibición de cualquier
forma de destrucción de embriones humanos, o de su utilización para fines comerciales,
industriales o de experimentación.
Nuestro país tiene una sabia y humanista
tradición jurídica de protección de la vida humana desde la fecundación. Esta protección,
lejos de ser expresión de una visión religiosa, es manifestación del respeto que merece
cada vida humana y que está en la base del funcionamiento del sistema de derechos
humanos.
En el plano internacional se verifica un intenso debate en torno a
la protección de la vida embrionaria. En Europa se ha lanzado la iniciativa "Uno de
nosotros" que promueve que en todo el ámbito de la comunidad europea se proteja a
los embriones humanos contra toda forma de manipulación y destrucción. Por ello es
importante definir el reconocimiento del inicio de la vida humana desde la existencia
del embrión. El Papa Francisco en persona ha alentado esta iniciativa en su alocución
del 12 de mayo de 2013 afirmando: "invito a mantener viva la atención de todos sobre
el tema tan importante del respeto por la vida humana desde el momento de su concepción”.