(RV).- (Con
Audio) El padre Antonio Grande,
de la diócesis de Rafaela, en la Argentina, que actualmente realiza el servicio de
rector del Colegio Sacerdotal y de la Iglesia Argentina en Roma, nos sigue hablando
de la nueva Evangelización.
Educar para que la fe personal y comunitaria
en Jesucristo aporte a la elaboración de la cultura de nuestro pueblo.
Lucio
Gera entendía, en 1978, que en la vida de nuestro pueblo cristiano se descubren dos
aspectos decisivos que interactúan y a los que la evangelización debe atender:
la fe que lo hace Pueblo de Dios y la propia cultura por la que organiza
la escala de valores de su realización histórica en la vida social.
“... tenemos
dos aspectos a tener en cuenta, dos aspectos de una misma realidad: por una
parte nuestro pueblo, por tener fe en su corazón es Pueblo de Dios, y por otra,
posee una cultura propia, en la que se encarna y vive esa fe. Ambas cosas se
imbrincan e interaccionan. Por lo que nuestra acción evangelizadora debería ir encaminada
a explicitar la fe, en el estilo, la manera, la cultura propia del pueblo.
Será
de gran valor continuar creativamente este modo de reflexión para conocer de modo
actualizado las fortalezas y las fragilidades de las expresiones de fe de nuestro
pueblo; y, también, los dinamismos predominantes en la cultura latinoamericana y caribeña
en cuanto favorecen o dificultan la vida de los creyentes. Esta tarea, permitirá a
los evangelizadores poder discernir las formas convenientes de acompañamiento de nuestro
pueblo en su camino de profundizar la comprensión de su fe y de encarnarla en su
propia cultura. Aparecida en la Tercera Parte del texto, titulada “La
vida de Jesucristo para nuestros pueblos”, despliega propuestas creativas para la
reflexión destacando el aspecto misionero de la evangelización en el tiempo actual.
Quiere movilizar a todos los bautizados a comunicar la alegría de la vida en Cristo
como plenificadora de la persona, de la comunidad cristiana y de toda la sociedad.
“La V Conferencia en Aparecida mira positivamente y con verdadera empatía
las distintas formas de cultura predominantes en nuestro continente. La fe sólo
es adecuadamente profesada, entendida y vivida, cuando penetra profundamente en el
substrato cultural de un pueblo. De este modo, aparece toda la importancia de
la cultura para la evangelización. Pues la salvación aportada por Jesucristo debe
ser luz y fuerza para todos los anhelos, las situaciones gozosas o sufridas, las cuestiones
presentes en las culturas respectivas de los pueblos. El encuentro de la fe con
las culturas las purifica, permite que desarrollen sus virtualidades, las enriquece.
Pues todas ellas buscan en última instancia la verdad que es Cristo (Jn 14,6)” (A
477).
Todo el Pueblo de Dios, en continuidad con las anteriores generaciones,
tiene que aportar al proceso de inculturación del Evangelio en nuestro tiempo,
para dar sentido de vida y esperanza en medio de los desafíos que ponen a prueba la
transmisión de la fe en Cristo. Aparecida afirma:
“Con la inculturación
de la fe, la Iglesia se enriquece con nuevas expresiones y valores, manifestando y
celebrando cada vez mejor el misterio de Cristo, logrando unir más la fe con la vida
y contribuyendo así a una catolicidad más plena, no sólo geográfica, sino también
cultural” (DA 479)
______________________________ GERA, “Comentarios
introductorios a los capítulos de la Evangelii nuntiandi”, en V. AZCUY, C. GALLI,
M. GONZÁLEZ. COMITÉ TEOLÓGICO EDITORIAL, Escritos Teológico-Pastorales de Lucio Gera.
1. Del Preconcilio a la Conferencia de Puebla (1956-1981), 792. Cf. GALLI, “Una
misión para comunicar la vida digna y plena en Cristo”, Pastores 40 (2007) 40-52.