Ecos del Patio de los Gentiles en la Ciudad de México
(RV).- El Museo Soumaya, uno de los escenarios mexicanos promotores de las expresiones
más emblemáticas de cultura universal, es la siguiente etapa, este 8 de mayo, del
Patio de los Gentiles que del 6 al 9 marca la ruta itinerante de la iniciativa que
se desarrollada con el patrocinio del Consejo Pontificio de la Cultura, el dicasterio
que preside el cardenal Gianfranco Ravasi. Este miércoles el purpurado vaticano
ofrece una ponencia sobre “La emergencia educativa: por una educación más humana y
realista”. El evento asume una importancia primordial en el marco del diálogo interreligioso
e intercultural en el País latinoamericano, pero también se enlaza con la presentación
del documento “Educar para una nueva sociedad”, fruto de la reflexión de los Obispos
de la República Mexicana. La Conferencia del Episcopado Mexicano nos ha compartido
el texto del discurso de bienvenida pronunciado por el Secretario Genaral de la CEM,
Mons. Eugenio Lira Rugarcía:
Eminentísimo Sr. Cardenal Gianfranco Ravasi Presidente
del Consejo Pontificio de la Cultura y de la Pontificia Comisión de Arqueología
Sagrada:
La Conferencia del Episcopado Mexicano le da la más cordial bienvenida,
agradeciendo que haya aceptado compartirnos los amplios y profundos conocimientos
que el Señor le ha permitido adquirir, en la presentación del documento “Educar para
una nueva sociedad”, fruto de la reflexión de los Obispos de la República Mexicana,
y por la tarde, en el II Encuentro Fe y Cultura “Laicidad y trascendencia”.
Ciertamente,
ambos temas tocan a la esencia de la persona humana, de la que la cultura, en sus
diversas manifestaciones, tiene una determinada visión. Por eso, el Concilio Vaticano
II, del que estamos celebrando el quincuagésimo aniversario en este Año de la Fe,
destacaba su importancia fundamental para el desarrollo del ser humano.
Erich
Fromm (1900-1980) decía: “La existencia… no es una respuesta, sino una pregunta” .
Por eso, siglos antes, Aristóteles (384 a.C.-322 a.C.) había constatado: “Todos los
hombres desean saber”. Efectivamente, todos sentimos la necesidad de conocer la realidad;
de abarcarla en su profundidad y amplitud, porque somos conscientes que de eso depende
el comprendernos a nosotros mismos y a los demás, saber cómo relacionarnos adecuadamente
con todo, y cómo dirigirnos hacia nuestra plena y definitiva realización.
En
esta búsqueda, no podemos resignarnos a conocer sólo “las leyes que gobiernan la secuencia
y la semejanza de los fenómenos”, como proponía Auguste Comte (1798-1857); sentimos
la necesidad de comprender cuál es el origen y el destino de todas las cosas.
“Lo
verdadero es lo que es” , decía san Agustín. Por eso, al definir el conocimiento de
la verdad, Tomás de Aquino (1224-1274) afirmaba: “la verdad es la adecuación de la
inteligencia con el objeto”. Basándose en esto, Jaime Balmes (1810-1848) comentaba:
“Un entendimiento claro, capaz y exacto, abarca al objeto entero; le mira por todos
sus lados, en todas sus relaciones con lo que le rodea”.
Quien comprende esto,
descubre la necesidad de abarcar la totalidad de lo real, y no sólo su dimensión material
y temporal. Para lograrlo, Dios ofrece a nuestra inteligencia el don de la fe. De
ahí que el beato Juan Pablo II afirmara: “La fe y la razón son como las dos alas con
las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad”.
“La
verdad –explica Benedicto XVI–, rescatando a los hombres de las opiniones y de las
sensaciones subjetivas, les permite llegar más allá de las determinaciones culturales
e históricas y apreciar el valor y la sustancia de las cosas”.
Con esta convicción,
los obispos de México, en el documento “Educar para una nueva sociedad”, proponemos
elementos para un proceso formativo que tenga en cuenta la pregunta fundamental sobre
el sentido último de la existencia; un proceso que muestre la razonabilidad de la
fe en correspondencia con las aspiraciones fundamentales del corazón humano en una
realidad histórica concreta, promoviendo los valores humanos universales, la defensa
de la familia y de la vida humana, y el cuidado del medio ambiente.
Lo hacemos,
convencidos de poder transmitir esta certeza, incluso en ambientes laicos, que, correctamente
comprendidos, deben ser espacios abiertos al diálogo y al mutuo enriquecimiento. En
este sentido son laudables los esfuerzos que realiza el Consejo Pontificio de la Cultura,
que el próximo lunes cumplirá su trigésimo aniversario, y que bajo la sabia guía de
Su Eminencia, favorece el encuentro entre el mensaje salvador del Evangelio y las
culturas.
Gracias, Sr. Cardenal por aceptar dialogar con nosotros. “El diálogo
–decía usted el presentar su tesis doctoral en Puebla– presupone… la profundización
de un logos, un discurso, pero sobre todo la trama (día), entre dos logoi diferentes”.
Y concluía: “Es necesario redescubrir el encuentro y no el choque entre fe y cultura,
entre sociedad y espiritualidad, entre mundo económico-político y ética” .
Estamos
seguros que hoy Su Eminencia nos ayudará a encontrar los caminos para lograrlo. Muchas
gracias y bienvenido. Fuente: CEM PLJR @pjuregui – Radio Vaticano