“Cristianos no sean tibios”: exhortación del Papa Francisco este viernes en Santa
Marta
(RV).-(Audio) Todos los cristianos
tienen el deber de transmitir la fe con coraje. Fue la exhortación que el Papa Francisco
dirigió esta mañana a los fieles presentes en la Misa en la Capilla de la Casa de
Santa Marta. En esta oportunidad el Papa subrayó que Jesús nos invita a tener valor
también en la oración y exhortó a los cristianos a no ser “tibios”. En la Misa - concelebrada
con el arzobispo Claudio María Celli, presidente del dicasterio de las Comunicaciones
Sociales – tomó parte la Guardia Suiza Pontificia con su comandante Daniel Rudolf
Anrig. Al final de la celebración, el Papa les dirigió un saludo particular. El de
ustedes, dijo, “es un hermoso testimonio de fidelidad a la Iglesia” y de “amor por
el Papa”.
“Que el Señor nos dé a todos” la “gracia del coraje” y la "perseverancia"
en la oración. Fue el deseo del Santo Padre que centró su homilía de hoy justamente
sobre el tema del coraje en el anuncio del Evangelio. Todos nosotros cristianos que
hemos recibido la fe, dijo, “debemos transmitirla”, “debemos proclamarla con nuestra
vida, con nuestra palabra”. Pero entonces ¿cuál es esta fe fundamental? Es, subrayó
el Papa, la “fe en Jesús Resucitado, en Jesús que nos ha perdonado los pecados con
su muerte y nos ha reconciliado con el Padre”:
“Y transmitir esto nos pide
ser valientes: el coraje del transmitir la fe. Un coraje, algunas veces, simple. Recuerdo
- disculpen - una historia personal: cuando era niño mi abuela cada Viernes Santo
nos llevaba a la Procesión de las Candelas y al final de la procesión llegaba el Cristo
yaciente y la abuela nos hacía arrodillarnos y a nosotros niños nos decía: ‘Miren
está muerto, pero mañana ¡habrá resucitado!’. La fe entró así: la fe en Cristo muerto
y resucitado. En la historia de la Iglesia ha habido tantos, tantos que han querido
un poco esfumar esta certeza fuerte y hablan de una resurrección espiritual. No, Cristo
¡está vivo!”.
“¡Cristo está vivo” y está “también vivo entre nosotros!”, repitió
el Obispo de Roma exhortando a los cristianos a tener el valor de anunciar su Resurrección,
la Buena Noticia. Pero, recordó, existe otro coraje que Jesús nos pide:
“Jesús
- por decirlo poco fuertemente - nos desafía a la oración y dice así: ‘Yo haré todo
lo que ustedes pidan en mi Hombre, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si
ustedes me piden algo en mi Nombre, yo lo haré… ¡Esto es fuerte! Tengamos el coraje
de ir a Jesús y pedirle así: ‘Tú me has dicho esto, ¡hazlo! Haz que la fe avance,
haz que la evangelización avance, haz que este problema que tengo se resuelva…’. ¿Tenemos
este valor en la oración? ¿O rezamos solo así, como sea, gastando un poco de tiempo
en la oración? O aquel coraje, aquella parresia también en la oración…”.
El
Papa recordó cómo en la Biblia leemos que Abraham y Moisés tienen el coraje de “negociar
con el Señor”. Una valentía “a favor de los demás a favor de la Iglesia” que sirve
también hoy:
“Cuando la Iglesia pierde el coraje, entra en la Iglesia la atmosfera
de tibieza. Los tibios, los cristianos tibios, sin valor… Aquello que hace tanto
daño a la Iglesia, porque la tibieza te ensimisma, comienzan los problemas entre nosotros;
no tenemos metas, no tenemos coraje, ni el coraje de la oración hacia el cielo y ni
siquiera el coraje de anunciar el Evangelio. Somos tibios… Y nosotros tenemos el valor
de inmiscuirnos en nuestras pequeñeces, en nuestros celos, en nuestras envidias, en
las ganas de hacer carrera, en el avanzar egoístamente… En todas estas cosas, pero
esto no hace bien a la Iglesia: ¡la Iglesia debe ser valiente! Todos nosotros debemos
ser valientes en la oración, desafiando a Jesús.” (RC-RV)