2013-04-11 12:24:53

Respetar el orden, derrotar el mal, tutelar la verdad, como los grandes magistrados de la historia de la humanidad, alienta el Papa


(RV)- RealAudioMP3 En Argentina, el Centro de Información Judicial ha publicado la carta que Francisco envió al presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti. Habiendo recibido con gran alegría el mensaje que el mismo le hizo llegar, con motivo de su elección como Obispo de Roma, el Santo Padre agradece las bellas palabras colmadas de exquisita delicadeza y pide «al Señor que le retribuya con gran generosidad esa muestra de aprecio y cercanía».

«Tal y como me solicita en su amable carta, cuente con mi plegaria», escribe en su misiva el Papa Francisco al Presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina y añade que le hablará a Dios de él y del importante quehacer que desempeña y le dirá que «le ayude en su ardua labor y que asista con su luz y su gracia a cuantos imparten Justicia en los distintos Tribunales de ese amado País». Tras poner de relieve que administrar la justicia es una de las más insignes tareas que el hombre puede ejercer, el Obispo de Roma, añade que ciertamente no es fácil y, a menudo, no faltan dificultades, riesgos o tentaciones.

Alentando a que «no se puede perder el ánimo», el Santo Padre recuerda que para ello es de «gran utilidad tener siempre presentes los bellos ideales de ecuanimidad, imparcialidad y nobles miras, que caracterizaron a los grandes magistrados que han pasado a la historia de la humanidad por la rectitud de su conciencia, los conspicuos valores que los distinguían y la irreprochabilidad con que llevaron a cabo su servicio al pueblo».

El servicio al pueblo «va uncido a la búsqueda continua de dar en todo momento a cada uno lo que es debido», escribe también el Papa Francisco, explicando que «se tata de respetar el orden, derrotar el mal, tutelar la verdad». Y que «los que se dedican a ello han de estar adornados de virtudes humanas, en particular grandeza de espíritu, prudencia, sabiduría, integridad y fortaleza. Se requiere asimismo diligencia y abnegación en el desempeño de las propias obligaciones, pues cuando la justicia llega tarde o no llega se engendra mucho dolor y sufrimiento, la dignidad humana queda lastimada y el derecho postergado».

Antes de despedirse del presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina, Francisco le ruega que tenga la bondad de transmitir a quienes trabajan en los Tribunales de Justicia argentinos su saludo más cordial, «junto con una súplica» que formula «humildemente»: «recen por mí, pues mucho lo necesito».

La intensa carta del Obispo de Roma - escrita en el Vaticano, el 23 de marzo pasado - antes de impartir su Bendición Apostólica, prenda de abundantes dones celestiales, termina invocando para todos «el amparo de María Santísima, Speculum iustitiae, para que continúe cuidándolos con amor de Madre».

(CdM – RV)








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