2013-03-27 19:06:42

Será un duro golpe para el matrimonio y la familia en Uruguay


(RV).- (Audio) RealAudioMP3 El 26 de diciembre (2012), el Senado de Uruguay anunció la postergación de la votación de la ley del Matrimonio Igualitario hasta el mes de abril de 2013, después de que la Cámara de Diputados votó por amplia mayoría a favor del proyecto de ley mediante el que se autoriza el casamiento entre personas del mismo sexo y se les conceden los mismos derechos y obligaciones que a las parejas heterosexuales. En este contexto este 27 de marzo, bajo el título “Duro Golpe a la Institución matrimonial en Uruguay”, la Iglesia local se ha pronunciado, en concreto, el Obispo de Salto, Mons. Pablo Galimberti quien expresa a la comunidad católica, a los comunicadores y a la opinión pública, que en efecto, de aprobarse dicha ley, se tratará de un duro golpe sobre el matrimonio y la familia, además de contener una cuota de engaño por llamarlo “matrimonio” y equiparar la unión homosexual con una unión entre varón y mujer. El Obispo de Salto cuestiona el por qué relativizar y desvalorizar una institución ya de por si golpeada como lo es la familia introduciendo profundas modificaciones. En especial alude al por qué no llamar a las uniones homosexuales con un nombre distinto, y por qué no respetar la lógica elemental de llamar a cada cosa por su nombre. Mons. Galimberti observa que tras la insistencia de denominar este tipo de unión matrimonio se percibe, citamos, una oscura intención de desarmar una estructura vincular. El obispo invita a reflexionar, en particular a la comunidad católica para que eleve oraciones y de claro testimonio de fe, según el cual, Dios creó desde el inicio al hombre y la mujer como diferentes y complementarios.
PLJR - @pjuregui – Radio Vaticano


Texto del Mensaje (revisado)
“Duro Golpe a la Institución matrimonial en Uruguay”
A la comunidad católica, a los comunicadores y a la opinión pública:
Este duro golpe caerá sobre el matrimonio y la familia en caso de aprobarse el próximo mes, en el senado, la ley que ya tiene media sanción. La han llamado ley de “matrimonio igualitario”, o sea, entre personas del mismo sexo.
La manera de llamar al proyecto de ley contiene una cuota de engaño. En efecto, al llamarle “matrimonio”, equipara una unión homosexual con el matrimonio entre varón y mujer, unión afectiva pero también corporal plena, con capacidad de engendrar nueva vida y de brindar a los hijos una complementación diferente y complementaria de las figuras de madre y padre, tan importantes para un mejor desarrollo sicológico.
¿Por qué relativizar y desvalorizar una institución, hoy tan golpeada como la familia, introduciéndole profundas modificaciones que van a confundir más que aclarar? Una definición clásica de la justicia es “a cada uno lo suyo”. Según esto, demos a las parejas de varón y mujer los derechos que les corresponden, entre ellos, el de llamarse con toda propiedad “matrimonio”. Y demos a las uniones homosexuales un nombre distinto, por ej. compañeros permanentes o como sea. ¿Por qué no respetar esa lógica elemental que aprendemos desde nuestros primeros balbuceos, de llamar a cada cosa por su nombre, en lugar de implantar “a prepo” la lógica de Babel?
Detrás de esta insistencia se adivina una oscura intención de desarmar una estructura vincular de largo arraigo, motivo por el cual la ministra de Justicia de Francia hablaba de un “cambio de civilización” a una iniciativa similar en su país.
En la manifestación en París a mediados de enero de este año participó la fundadora de la organización gay Homovox, que dijo: “Soy francesa, soy homosexual, la mayoría de los homosexuales no queremos ni el matrimonio ni la adopción de los niños, sobre todo porque no queremos ser tratados del mismo modo que los heterosexuales porque somos diferentes, no queremos igualdad, pero sí justicia” afirmó.
Propongo leer o comentar en los próximos días y semanas este comunicado, invitando a la comunidad católica a elevar oraciones y dar un claro testimonio de fe, según la cual, Dios creó desde el inicio al hombre y la mujer como diferentes y complementarios.
Salto, 27 de marzo de 2013.
+ Pablo Galimberti
Obispo de Salto

Fuente: NOTICEU








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