(RV).- “Estamos muy contentos. Tenemos Papa de nuevo”, dijo el Cardenal Arzobispo
de Madrid, Antonio Mª Rouco Varela, al día siguiente de la elección del Sucesor de
Pedro. Tras explicar que “el Cónclave se ha terminado el segundo día, como muchos
esperábamos y pedíamos. Lo hacíamos buscando intercesores en la familia franciscana:
San Antonio de Padua, que es un gran intercesor para resolver problemas de todo tipo,
y la tarea de que el cónclave dure poco. Han sido, por tanto, dos días, ya que al
quinto escrutinio ha sido elegido el Papa. Nos alegramos por esa razón, que tiene
que ver con la unidad de la Iglesia y con la fecundidad de su presencia y de su acción
en la sociedad y en el mundo”.
Y “porque se ha demostrado la comunión católica.
Lo católico tiene un significado primero, que es universal, y que en la elección del
Santo Padre se ha expresado y se ha mostrado con claridad, hasta con belleza, una
belleza que viene de la profesión de la fe en Jesucristo: el enlazar a los hombres,
sus pueblos, con el amor de Cristo, que tiene su expresión también en la forma como
está ahora configurado el Colegio Cardenalicio, que es un cuerpo muy internacional.
Hay que usar la palabra internacional, ya que no tenemos otra mejor para expresar
una universalidad que trasciende límites de naciones, límites culturales, que se funde
en la unidad del Espíritu, unidad de profesión de la fe en Jesucristo, como marco
e, incluso, como fórmula para vivir y concebir la vida”.
El Cardenal Arzobispo
de Madrid dijo que “en la elección del Papa, la Iglesia se ha mostrado como es: una
comunión de Iglesias en la unión de la Iglesia universal, que reconoce en el Obispo
de Roma el Sucesor de Pedro y, por lo tanto, el Pastor de todos los pastores, el Pastor
de todos los fieles. Y que se alegran muchísimo por tener de nuevo Pastor: el Obispo
de Roma y Pastor de la Iglesia universal”.
Refiriéndose al nombre elegido
por el Sucesor de Pedro, Francisco, el purpurado español señaló que “es un Papa que
no viene de Europa: viene de América, de la América hispana, que fue evangelizada
por la Iglesia que vivía y que vivió en España desde el comienzo de la historia del
cristianismo, desde la primera predicación de los apóstoles”.
Resumiendo su
biografía, el Card. Rouco recordó que “era Arzobispo coadjutor de Buenos Aires desde
1997, arzobispo titular desde 1998, y cardenal desde el año 2001”. Y que su relación
con España “es muy profunda, desde el punto de vista de la Iglesia y de la historia
de la Iglesia” ya que “es jesuita”. Así, destacó “su labor de formador de jóvenes
jesuitas, tanto intelectual como espiritualmente”, algo que “le ha ocupado muchos
años de su vida”; o que ha sido un “director de ejercicios espirituales, muy conocido
y muy apreciado”, y que “dirigió espiritualmente a muchas personas de toda vocación
y de toda procedencia: seglares, religiosos, obispos, sacerdotes”.
De hecho,
dirigió los “ejercicios espirituales para los Obispos españoles en enero del año 2006”.
Y “Su relación con España es por esa vía de la vocación de jesuita, y de haber vivido
esa vocación muy a fondo”.
Volviendo a la elección del nombre, Francisco,
el Arzobispo de Madrid añadió que “tiene que ver con esa historia suya de joven universitario
que termina su carrera de Química, que se hace sacerdote, jesuita, novicio... Y con
todo el itinerario de la formación de la Compañía de Jesús, marcada por san Ignacio,
y que le lleva a una forma de vivir su sacerdocio, y su espiritualidad, también en
sus años de obispo y Arzobispo de Buenos Aires, y Cardenal de la Iglesia”. Así, resaltó
la importancia de la figura de San Francisco de Asís en la conversión de San Ignacio
de Loyola, fundador de la Compañía, que le lleva a dejarlo todo “por seguir al Señor
hasta la radicalidad”. Como más tarde haría San Francisco Javier. “La elección de
ese nombre –Francisco- es significativa, no se puede ignorar. Y tiene mucho que ver
con la línea de renovación de la Iglesia que se inició en el Vaticano II, que continuó
a través de los grandes Papas del post vaticano II, y con ese decir Sí a Cristo y
al Evangelio por encima de cualquier cosa”.
El Cardenal Rouco tuvo ocasión
de conocer un poco más de cerca al entonces Cardenal Bergoglio en el año 2006, con
motivo de la visita que realizó a Buenos Aires “invitado por distintas instituciones
de la Iglesia en Argentina”. Por eso, afirma que el nuevo Santo Padre es “como un
hermano, sencillo y cercano, de gran autenticidad personal. Yo hablaba con él como
con un compañero querido”.