(RV).- (Con Audio) El padre Antonio Grande,
de la diócesis de Rafaela (Argentina) -quien en la actualidad se desempeña como rector
del Colegio Sacerdotal y de la Iglesia Argentina en Roma, resume su colaboración con
nuestra emisora de los últimos dos meses. En el espacio “En el Espíritu de Aparecida”,
el p. Grande ha desarrollado temáticas relacionadas con la nueva Evangelización. Escuchemos
el programa del jueves 07 de marzo:
(jGO,RC-RV)
Texto
completo del programa n. 8 Realizo una síntesis de lo expuesto en los
ocho programas emitidos durante enero y febrero. Estoy ofreciendo un aporte para la
comprensión de la nueva evangelización desde el magisterio episcopal y la enseñanza
de algunos teólogos y pastoralistas latinoamericanos y del Caribe, recogiendo los
frutos de Aparecida en el horizonte de ir realizando la Misión Continental.También establezco un diálogo con algunos textos del magisterio de Benedicto XVI
y del reciente Sínodo sobre el tema.
Destaqué, en primer lugar, que la iniciativa
de la Buena Nueva de la salvación de los hombres viene de Dios Padre. Él
es la fuente del anuncio de la Buena Noticia que realizó el Señor Jesús, y que
su Iglesia continúa realizando a los diversos pueblos y culturas animada por el Espíritu
Santo.
Después presenté los componentes esenciales y permanentes que se descubren
en una comprensión integradora y dinámica de la acción de la nueva evangelización
fruto de la observación e interpretación de algunas acciones particulares en su desarrollo
progresivo durante un tiempo y en una situación dados. Los enumero, afirmo que la
nueva evangelización:
1) relaciona a los pastores y a los agentes pastorales
(es decir, los bautizados que la protagonizan corresponsablemente) como los sujetos
agentes -siempre necesitan seguir siendo evangelizados-
2) con los miembros
del Pueblo de Dios poco participantes, y, con los demás ciudadanos, como los sujetos
destinatarios o interlocutores -llamados a ser evangelizadores-,
3) mediante
la comunicación del Evangelio (el Señor Jesús que dona una experiencia y un contenido)
que expresa en una cultura el anuncio del kerigma, y promueve la fe que
dignifica a los hombres (particularmente a los pobres y excluidos),
4)
mediante el testimonio personal y eclesial, animado por la Palabra de Dios escuchada
y transmitida con la guía del magisterio eclesial, y, renovado por la celebración
del Señor Resucitado y de la fe del Pueblo de Dios en la Eucaristía dominical.
Este
esquema de reflexión pastoral va guiando mi presentación detallada de esos componentes
esenciales de la acción pastoral.
Toda la Iglesia animada por el Espíritu
Santo es el agente responsable de la nueva evangelización. Esa idea iluminadora
y sugerente la profundicé diciendo que los laicos son protagonistas destacados
de la pastoral orgánica que conduce el obispo.
Y, explicité la conciencia
de estar en una etapa de transición porque la comunidad eclesial va tomando consciencia
que sólo un número reducido de fieles conoce sus deberes y derechos, mientras que
la mayoría del Pueblo de Dios no tiene un total sentido de pertenencia, sino
sólo una referencia de su vida religiosa a la Iglesia. Esta situación exige acción
pastoral con una marcada dimensión misionera.
De este modo, los sujetos
destinatarios llamados a ser interlocutores de la nueva evangelización
son los bautizados alejados de la práctica cristiana, y las personas que todavía no
se encontraron con Jesucristo. Aparecida enseña que la piedad popular
tiene que ser un punto de partida de la reflexión y de la acción pastoral renovada
(DA 262). Es de destacar que la Virgen María continúa el servicio de traer
su Hijo el Señor Jesús a nuestros pueblos y es el ícono de la nueva evangelización
(DA 272).