(RV).- (Con
audio) Jornadas y vigilias
de oración precedieron el retiro del Papa a la vida de oración. La oración por
Benedicto XVI de diócesis, movimientos y grupos religiosos en numerosos países del
mundo, hizo de umbral este 28 de febrero a la entrada del pontífice emérito, en el
santuario de la oración, al que se ha retirado el mismo 28 a las 20 horas, cuando
en Roma quedó vacante la Sede del Sucesor de Pedro, hasta la elección del futuro Papa.
Benedicto
XVI en referencia a la vida de oración dijo en su alocución del 27 de febrero: “el
“siempre” es “para siempre”, no es jamás regresar a lo privado. Mi decisión de renunciar
al ejercicio activo del ministerio no revoca esto. No regreso a la vida privada, a
una vida de viajes, encuentros recepciones, conferencias, etc. No abandono la cruz,
sino que me quedo de un modo nuevo ante el Señor crucificado. No llevo más la potestad
del oficio para el gobierno de la Iglesia, sino que quedo al servicio en la oración
en el recinto de san Pedro.” Y en este punto Benedicto XVI citó al monje contemplativo
san Benito. Dijo: “San Benito, cuyo nombre llevo como Papa, me será de gran ejemplo.
El nos ha mostrado el camino para una vida que, activa o pasiva, pertenece totalmente
a la obra de Dios.”
Anteriormente, en el ángelus del domingo 24 Benedicto XVI
había expresado: “El Señor me llama a “subir al monte”, a dedicarme aún más a la oración
y a la meditación. Pero esto no significa abandonar a la Iglesia, es más, si Dios
me pide esto es precisamente para que yo pueda seguir sirviéndola con la misma entrega
y el mismo amor con que lo he hecho hasta ahora, pero de modo más apto a mi edad y
a mis fuerzas”.