El Cónclave, centro de la atención mediática mundial
REFLEXIONES EN FRONTERA jesuita Guillermo Ortiz
(RV).- (Audio)
La comunidad católica
es mundial. Si el conclave se tratará de una elección política para elegir el poder
ejecutivo ¿cuantas urnas harían falta? Pero ese nunca fue el problema a resolver en
la familia católica, porque se trata de otra dimensión, la dimensión religiosa, espiritual
de la fe en Jesús de Nazaret, hijo de Dios, como reconoció Pedro pescador.
También
en el evangelio aparecen multitudes de 5000 hombres sin contar las mujeres y los niños
en torno a Jesús. Dios es padre de todos y el Espíritu de fe y vida plena en el amor
que Jesús resucitado ofrece, lo ofrece a todos. Pero también Jesús llamó especialmente,
eligió, formó y destino a 12 hombres concretos, como apóstoles suyos, les dio el poder
de perdonar los pecados y los envío por el mundo a evangelizar. Y a Pedro le confió
una misión especial: “Pedro: ¿Me amas más que estos? Apacienta mis corderos”.
Desde
aquel tiempo hay una sucesión apostólica in-interrumpida. Los obispos suceden a los
apóstoles y el obispo de Roma, el Papa, es el sucesor de Pedro, principio y fundamento
de la unidad de la comunidad católica.
Aunque la señal de humo blanco, que
indicará sobre el techo de la Capilla Sixtina, que ya hay un nuevo Papa, sea una metodología
un poco primitiva, esta vez alcanzará los lugares más recónditos del planeta, gracias
a las cámaras y micrófonos de los medios del mundo, apuntados con exclusividad sobre
la chimenea. Mientras tanto esperamos al sucesor.
El más nombrado por
los cardenales
(RV).- (Con audio) A pocas horas de que
se abra la Capilla Sixtina para dejar entrar a los 115 electores que nombrarán al
nuevo Pedro, los cardenales insisten a sus comunidades de fieles que recen mucho por
ellos, por el Cónclave, por la elección de un Papa bueno, reunidos en una situación
histórica que actualiza en nuestro hoy, un evento trascendente y fundante como aquel
sucedido en el Cenáculo, cuando los apóstoles reunidos con la Madre de Jesús de Nazaret,
recibieron la efusión del Espíritu de fe para la evangelización.
Y el pasado
fin de semana, después de 6 días de congregaciones, varios cardenales no han tenido
miedo, ni vergüenza y con mucha alegría y coraje han revelado públicamente que el
más nombrado por los cardenales en las congregaciones ha sido Jesús de Nazaret, Hijo
de Dios. Sí, porque la llave del “Conclave” es la fe de Pedro en Jesús de Nazaret. Por
supuesto, en una reunión de seres humanos como es hoy la de los cardenales, todos
los temas de familia están presentes –diferencias incluidas-, pero hay una presencia
muy fuerte, una presencia que funda, que sostiene, que está sobre todo, que penetra
todo y que lógicamente es el más nombrado: Jesús de Nazaret resucitado.
La
misión del Papa es precisamente actualizar la presencia, el magisterio, la victoria
de Jesús, que devuelve el Espíritu de fe, de vida en el amor al hombre desorientado;
que con su amor victorioso del mal y de la muerte conjura la corrupción y transforma
el mundo roto.
Por eso, más allá de una lectura política del Cónclave, como
un enfrentamiento de poderes, de partidos, se trata de un evento de fe, en el marco
del diálogo, de la oración, de la búsqueda de la voluntad de Dios; con la invocación
del Espíritu de fe, vida y amor que inspira, sostiene, impulsa la familia cristiana.
A
san Pedro, que creyó en Jesús hijo de Dios y proclamó y defendió esta fe hasta morir
por Jesús, le rogamos por el próximo Papa.
La Noticia Buena cuesta
mucho
(RV).- (Con audio) Después de haber presentado
la renuncia de Benedicto XVI como un fracaso causado por escándalos internos y desde
una óptica ávida de lucro, incapaces de distinguir el plano espiritual, religioso;
de penetrar el misterio de la fe de Pedro apóstol en Jesús de Nazaret, Hijo de Dios;
obsesionados hoy con la fecha del Conclave del que saldrá el nuevo Papa, muchos medios
de difusión sacan cuentas de lo que gastarán sus enviados especiales al Vaticano,
si el Conclave no inicia ya.
Mientras tanto, para el creyente católico, lo
que subyace a la experiencia espiritual profunda en este tiempo realmente extraordinario,
es la poderosa fuerza de la fe que resplandece en la imagen frágil pero audaz y valiente
de Benedicto XVI, que con su renuncia es absolutamente coherente con su respuesta
de fe a Jesús de Nazaret y su servicio a su Iglesia. Es precisamente así como Benedicto
XVI abrió la puerta para que la Iglesia continúe la purificación de los graves pecados
de sus miembros, del deseo de “hacer carrera”, de atesorar riqueza y poder, para que
sea el testimonio de fe la punta de lanza de la transmisión de la fe.
Por esto
mismo, los cardenales, con una actitud que revela enorme responsabilidad y sabiduría,
en consonancia con el testimonio bellísimo de fe de Benedicto XVI, se toman todo el
tiempo necesario, para dialogar sobre la realidad de la Iglesia toda y de la Curia
romana, sobre el desafío de la evangelización, sobre el perfil del futuro Papa.
El
deseo es que el tiempo prolongado de exposición mutua, purifique también la lente
de los medios de difusión, para que puedan ver también ellos en la Iglesia, la fuerza
poderosa de la fe en el amor de Jesús que vence el mal y puedan comunicarlo y creer.
El
tiempo que a los medios desespera, es un tiempo fuertemente evangelizador.
Hacia
el Cónclave, pero sin apuro
(RV).- (Audio) La fecha del Cónclave
que elegirá al nuevo Papa, es hoy la pregunta y uno de los temas más importantes de
los más de 5 mil periodistas acreditados en el Vaticano.
Desde el 4 de marzo,
cuando iniciaron las llamadas “congregaciones” previas, previstas en la Constitución
Apostólica que rige la elección de un Papa, hemos visto que los cardenales fueron
llegando poco a poco y sin apuro alguno.
La situación histórica, trascendental
que vive la familia requiere más que un tiempo suficiente para encontrarse, para rezar
personalmente y juntos, para dialogar con Dios y con los hermanos del colegio cardenalicio
informal y formalmente; para entrar poco a poco en el conocimiento hondo de la situación
y los problemas de la Iglesia y en el conocimiento mutuo, para que madure bien y en
profundidad la elección del Pontífice.
En el deporte se llama “concentración”
al tiempo previo de preparación personal y grupal al evento. ¡Cuánto más necesita
de tiempo y profundidad un evento como éste! Por esto, después de la 4 congregación
- el miércoles 6 por la mañana- y antes de la oración que realizaron a puertas abiertas
en el santuario de san Pedro, ante el altar de la cátedra, delante de Jesús resucitado
presente en la Eucaristía, los cardenales entraron en un mayor silencio y concentración,
mientras en las “congregaciones” preguntan y se informan suficientemente, entre otras
cosas, sobre la actividad de la curia romana y la santa sede.
El jesuita Federico
Lombardi dijo en conferencia de prensa: “Es un camino en el que el Colegio Cardenalicio
hace su reflexión para llegar a una decisión, en conciencia, sobre la elección que
cada uno debe hacer del Romano Pontífice. En este sentido, la tradición del Conclave
y del camino del Conclave es también una tradición de discreción y silencio para tutelar
bien la libertad de acercamiento y reflexión de cada uno en un momento tan importante”.
Oración
en el pre-Cónclave
(RV).- (Audio) La oración en el altar
que se levanta sobre la tumba de Pedro Apóstol, es lo más importante del día de hoy
para los cardenales reunidos en el pre Conclave que elegirá precisamente al sucesor
de Pedro.
Una vez más, en la decisión del colegio cardenalicio, queda subrayada
como prioridad la dimensión espiritual; la oración en la obediencia de la fe, que
hace posible que la elección del próximo Papa sea inspiración del Espíritu de Dios
en la mente y el corazón de los cardenales. El mismo Espíritu de Dios que Jesús resucitado
sopló sobre sus apóstoles cuando les dice: “Reciban el Espíritu Santo. A quienes les
perdonen los pecados les serán perdonados y a quienes se los retengan les serán retenidos”.
Esta
oración de las 17, hora de Roma, en el santuario de san Pedro a puertas abiertas,
es una invitación para toda la familia católica a rezar a san Pedro por la feliz elección
de su sucesor.
En el día de ayer resplandeció la belleza de la unidad y comunión
que estrecha a la familia católica en el Espíritu de fe, con el telegrama de los cardenales
a Benedicto XVI, en el que le agradecen en nombre del colegio y de toda la familia
católica, su luminoso magisterio y su solicitud pastoral por el bien de la Iglesia
y de todo el mundo.
Mientras tanto, en el aula del sínodo, donde hasta ahora
se desarrolla el pre Cónclave, hubo ya más de 33 intervenciones de padres de todos
los continentes, en los que los argumentos fueron entre otros: la actividad de la
Santa Sede, las relaciones entre los episcopados, la renovación de la Iglesia a la
luz del Concilio y la Evangelización en los diversos contextos culturales.
Detrás
del Cónclave
(RV).- (Audio) En el transcurso del
día terminarán de llegar los pocos que faltan de los más de 200 cardenales que decidirán,
entre otras cosas, la fecha del conclave, es decir el día en el que los 115 cardenales,
menores de 80 años, entrarán en la capilla Sixtina para elegir al nuevo Papa, después
de la renuncia de Benedicto XVI el 28 de febrero por edad avanzada.
Pero ¿qué
es lo que está detrás de lo que hoy sucede en el vaticano? Mientras algunos medios
difunden apuestas como en política y otros difusores corruptos, como siempre sucede,
lucran tratando de embarrar la cancha, el pre-cónclave y el cónclave mismo, son en
realidad un evento espiritual y religioso fundamental para la familia católica, porque
está vacante la sede del Sucesor del apóstol Pedro, que hace 2000 años fue el primero
entre sus pares en dar un paso adelante para confesar que Jesús es el Hijo del Dios
vivo, el Mesías.
Después de la respuesta de Pedro a su pregunta: ¿Quién dicen
ustedes que soy? Jesús afirmó: “Esto no te lo ha revelado un hombre de carne y huesos
sino mi Padre del cielo. Y yo te digo: tú eres Pedro, y sobre la piedra de tu fe edificaré
mi iglesia y el infierno no la derrotará. Yo te daré las llaves del reino de los cielos
y todo lo que ates en la tierra será atado en el cielo y todo lo que desates en la
tierra será desatado en el cielo”.
A pocos metros de la gigante y maciza imagen
del apóstol san Pedro en la plaza del santuario y basílica vaticana, dedicada al rudo
pescador convertido en príncipe de los apóstoles, lo que está en juego es su sucesión
en la conducción de la nave de la Iglesia de Jesús de Nazaret, Hijo de Dios, que con
su amor victorioso de la muerte quiere transformar el mundo.
¿Qué
hace hoy Benedicto XVI?
(RV).- (Audio) Desde el momento en
que se hizo efectiva la renuncia al pontificado, el 28 de febrero a las 20hs., Benedicto
XVI entró en el santuario de la oración en Castel Gandolfo.
“El Señor me llama
a “subir al monte”, a dedicarme aún más a la oración y a la meditación” dijo el 24
de febrero en el último ángelus que rezó con los peregrinos en la plaza de san Pedro.
“No abandono la cruz, sino que me quedo de un modo nuevo ante el Señor crucificado.
No llevo más la potestad del oficio para el gobierno de la Iglesia, sino que quedo
al servicio en la oración…”, expresó el 27 de febrero en su última catequesis. Consecuente
con su profunda fe, de que es Jesús mismo el que guía la barca de la Iglesia, Benedicto
XVI sirve hoy a la Iglesia con la oración de la fe.
Y si atendemos su saludo
del 28 por la mañana a los cardenales de la Iglesia, cuando manifestó: “Entre ustedes
está el futuro Papa al que desde hoy ya le prometo mi reverencia y obediencia", concluimos
que Benedicto XVI, en total coherencia con su renuncia, reza en la obediencia de la
fe por el Papa que lo sucederá sucesor de Pedro, principio y fundamento de la unidad
de la familia católica.
El Pueblo de Dios; los peregrinos entrevistados por
Radio Vaticana; están conmovidos por el testimonio de la obediencia en la fe de Benedicto
XVI; por la impactante coherencia de lo que predicó con sus decisiones en el gobierno
de la Iglesia hasta el final. Rogamos hoy al Señor que nos ayude a ver la belleza
transparente de la fe de Benedicto y que aprovechemos su impactante testimonio en
este momento singular de la familia católica.
De la Acción a
la Contemplación, Benedicto XVI
(RV).- (Con audio) Jornadas y vigilias
de oración precedieron el retiro del Papa a la vida de oración. La oración por Benedicto
XVI de diócesis, movimientos y grupos religiosos en numerosos países del mundo, hizo
de umbral este 28 de febrero a la entrada del pontífice emérito, en el santuario de
la oración, al que se ha retirado el mismo 28 a las 20 horas, cuando en Roma quedó
vacante la Sede del Sucesor de Pedro, hasta la elección del futuro Papa.
Benedicto
XVI en referencia a la vida de oración dijo en su alocución del 27 de febrero: “el
“siempre” es “para siempre”, no es jamás regresar a lo privado. Mi decisión de renunciar
al ejercicio activo del ministerio no revoca esto. No regreso a la vida privada, a
una vida de viajes, encuentros recepciones, conferencias, etc. No abandono la cruz,
sino que me quedo de un modo nuevo ante el Señor crucificado. No llevo más la potestad
del oficio para el gobierno de la Iglesia, sino que quedo al servicio en la oración
en el recinto de san Pedro.” Y en este punto Benedicto XVI citó al monje contemplativo
san Benito. Dijo: “San Benito, cuyo nombre llevo como Papa, me será de gran ejemplo.
El nos ha mostrado el camino para una vida que, activa o pasiva, pertenece totalmente
a la obra de Dios.”
Anteriormente, en el ángelus del domingo 24 Benedicto XVI
había expresado: “El Señor me llama a “subir al monte”, a dedicarme aún más a la oración
y a la meditación. Pero esto no significa abandonar a la Iglesia, es más, si Dios
me pide esto es precisamente para que yo pueda seguir sirviéndola con la misma entrega
y el mismo amor con que lo he hecho hasta ahora, pero de modo más apto a mi edad y
a mis fuerzas”.
¡Gracias Querido Padre Benedicto!
(RV).-
(Con audio) Radio Vaticana; “la
Voz del Papa”, ha tenido el honor de ser tu voz durante casi ocho años de Pontificado.
Trabajamos
con orgullo y cariño difundiendo tu voz, que continúa suscitando esperanza en el amor
victorioso de Jesús que transforma el mundo; tu luminoso magisterio que nos impulsa
a buscar el encuentro con Jesús y los hermanos.
La voz de los Papas registrada
desde 1931, es el tesoro de Radio Vaticana. Tu voz nos queda grabada también en el
corazón, como un sello profundo y bien definido de tu asombroso testimonio de fe
en Jesús Hijo de Dios que guía la barca de la Iglesia.
Hoy agradecemos con
veneración tu fe humilde y grande, tu heroísmo, tu valentía, tu coraje; tu amor por
la Iglesia de Jesús.
Sabemos que continuamos presentes en tus oraciones.
Cecilia
de Malak, María Fernanda Bernasconi, Raúl Cabrera, Claudia Alberto, Griselda Mutual,
Mónica Zorita, Eduardo Rubió, Patricia Jáuregui, Patricia Ynestroza, jesuita Guillermo
Ortiz. Redacción Programas en Español de RV.
Enorme
respeto por Benedicto XVI
(RV).- (Con audio) Además de merecerlo,
Benedicto XVI tiene el enorme respeto de los hombres de fe y también de muchísimas
otras personas de buena voluntad, que leen en su renuncia un acto heroico de fe, libre,
conciente, totalmente coherente con lo que hizo durante su pontificado.
Dentro
y fuera de la Iglesia, el amor a la Iglesia de Benedicto XVI nos deja asombrados.
Y como la ha hecho con la misma serenidad, sencillez, humildad y grandeza de todos
los días de los casi 8 años de pontificado, también lo ha podido decir con claridad,
serenidad, sencillez humildad y grandeza, como cuando en la catequesis del 27 expresó:
“siempre he sabido que en la barca está el Señor, siempre he sabido que la barca de
la Iglesia no es mía, no es nuestra, sino que es suya y él no la deja hundirse; es
él quien la conduce, ciertamente también a través de los hombres que ha elegido, porque
así ha querido”, para después afirmar que la decisión de su renuncia por la disminución
de sus fuerzas, no es “por mi bien sino por el bien de la Iglesia”.
Así, el
discernimiento espiritual de Benedicto, sobre una materia tan importante y “grave”,
se transforma en un acto heroico de fe profundamente evangelizador. Benedicto XVI
que nos convocó al año de la fe y a la nueva evangelización lo ha hecho no solamente
con palabras. Hoy nos sacude con su testimonio eficaz e impecable.
Como
otro Cristo, el Papa
(RV).- (Audio) “Pasó haciendo el
bien” dice de Jesús el evangelio. Y como Vicario de Jesús, podemos decir igual de
Benedicto XVI durante su pontificado.
Jesús en el evangelio advierte a sus
discípulos que serán perseguidos, apresados, llevados a los tribunales a causa de
su nombre. Y que incluso habrá quienes matándolos por ser sus discípulos dan gloria
a Dios.
Veo al Papa Benedicto, desde el inicio de su papado, perseguido por
medios de difusión que lo apresaron en imágenes distorsionadas, que pretendieron matarlo
con slogans y desinformación, a tal punto, que me viene la imagen que el profeta Isaías
describe del servidor sufriente que da la vida por sus amigos y que después resulta
clave para comprender el núcleo del Evangelio de Jesús de Nazaret.
Allí el
profeta escribe: “no tenía apariencia ni presencia… Un hombre habituado al sufrimiento,
varón de dolores. Lo consideramos abandonado de Dios…” Y afirma: sin embargo el cargó
con los pecados de muchos y en sus llagas fuimos curados”.
Benedicto, sin
apariencia ni presencia -mediática ciertamente- cargó sobre sí tantos graves pecados
y errores de la Iglesia misma. Y asumió con claridad y valentía la defensa de la dignidad
de la persona y el bien de la familia humana toda, sin otras armas que la verdad humilde
de la fe.
Jesús en su momento afirma: “Cuando sea levantado en alto, es decir
en la cruz, atraeré a todos hacia mí”, y vemos hoy al Papa Benedicto expuesto ante
todas las miradas del mundo; ante las ávidas cámaras y micrófonos, especialmente en
las vísperas de su renuncia al Pontificado. Hoy la decisión coherente, sabia, valiente,
humilde del bueno y gran Benedicto nos transparenta a Jesús crucificado. Por eso,
aquello que para los ojos del mundo sin fe, parece un rotundo fracaso, para la fe
de nuestro Papa y de la Iglesia, es el camino de la cruz de Jesús, conocido y aceptado
libre y voluntariamente, que Jesús hace hacia la victoria de la resurrección. Pero
no solamente para la propia resurrección, sino también para la resurrección de la
Iglesia. Es indudablemente una cuestión de fe.
La Grandeza Humilde de
Benedicto
(RV).- (Audio) Como la denuncia de
Juan Bautista en el desierto es tan fuerte y grande, es un profeta gigante, sin embargo
cuando habla de Jesús dice: “es necesario que yo disminuya para que él crezca”, con
plena conciencia de que él es solamente un testigo, la voz de aquel que bautiza con
el fuego del Espíritu.
Cuando Juan está encarcelado por enrostrar la verdad
a los que viven mal y hacen daño a la gente, Jesús dijo a sus discípulos que Juan
es el más grande en el reino de los cielos. Entiendo que la grandeza de Juan Bautista
es la conciencia en la fe de lo que él es, porque sabe que el verdaderamente grande
es Dios.
Esta conciencia y afecto que están en el núcleo del mandamiento principal,
se percibe en la decisión de Benedicto XVI de renunciar el ministerio Petrino el 28
de febrero.
Lejos de ser una derrota, la renuncia del bueno y gran Papa Benedicto,
es una victoria más de la fe humilde; de la conciencia, en la fe, de que Dios es verdaderamente
el más grande; de que el verdadero protagonista de la transformación del mundo roto
es Jesús, que bautiza en el fuego del Espíritu de amor y perdón; una victoria de la
conciencia de que la fe de Pedro en Jesús hijo de Dios es el corazón de la familia
católica y que la misión del Sucesor de Pedro es guiar a la familia católica según
esta fe, como una misión recibida y no como un poder acaparado.
Benedicto acepta
haber disminuido en sus fuerzas físicas y pasa la herencia a tiempo, para que Cristo
siga creciendo en la fe de la familia católica con un nuevo Papa con más vigor.
Querido
buen Papa (RV).- (Audio) Contrariamente a la
ofensiva de periodistas y medios de difusión, que durante su pontificado insistieron
en preveer y anunciar el rechazo de la gente al Papa Benedicto XVI, como ha pasado
en todos sus viajes y encuentros con la gente, también el aviso de su renuncia el
próximo 28 de febrero, despertó en el pueblo de Dios la gratitud por el servicio extraordinario
que el Papa ha desarrollado y el deseo de manifestarle visiblemente el cariño y el
afecto que se ganó. Con su magisterio ayudó a profundizar la fe en que solo el amor
de Cristo puede transformar el mundo roto, curarlo del mal del que también debe purificarse
la Iglesia, para llenarse de la vida plena de Dios.
Este afecto en la fe está
en el credo católico: “Creo en la santa Iglesia católica, apostólica, romana”. El
sentir del pueblo de Dios se llama “sensus fidelium” que implica que el Papa es infalible
en lo que hay que creer, en el contenido de la fe. Pero también que el pueblo de Dios
es infalible en el modo de creer, en el modo de expresar la fe. Una vez elegido
Papa, por la fe, el creyente católico dejó de ver a Ratzinger, al hombre, para ver
en él al Sucesor del Apóstol Pedro, al Vicario de Cristo en la tierra; al principio
y fundamento visible de la unidad de la iglesia.
Esto se vive hoy en Roma.
Peregrinos de todo el mundo llegan al santuario de san Pedro para manifestar la gratitud
y el aprecio por Benedicto XVI en los últimos encuentros de su pontificado. La plaza
de san Pedro y la vía de la Conciliación con sus alrededores, tienen en este momento
los mismos preparativos que se hicieron para la beatificación de Juan Pablo segundo.
La
familia católica no es huérfana, tiene un Padre común: el Papa. Benedicto ha sido
un padre extraordinario de la fe. El pueblo de Dios lo añorará.
Jesús
tiende la mano a Pedro
(RV).- (Audio) Es a Pedro, el famoso
pescador de Galilea, a quien Jesús le tiende la mano cuando intenta caminar sobre
las aguas y no puede, como una imagen clara de la misión del Hijo de Dios que es salvarnos
de la violenta tempestad del mal, que pretende hacer naufragar la barca de la familia.
Sin la fe el hombre no puede.
Al mismo Pedro que al inicio tuvo miedo y que
después confiesa abierta y claramente su fe en el Hijo de Dios, es a quien Jesús le
dice: sobre la piedra de tu fe fundaré mi iglesia y el poder del infierno no la derrotará.
Por
lo tanto, vencer la tempestad del mal, el egoísmo, la muerte, el poder del infierno
con el poder de la fe en el Amor más poderoso de Dios que nos libera, está en el centro
mismo de la misión de Jesús y de la función de Pedro en la familia católica.
Con
la fe crecida y firme de Pedro arrepentido de sus negaciones, después de la resurrección
Jesús le dice: “Yo he rezado por ti para que tu fe no venga a menos. Y tú, una vez
convertido fortalece a tus hermanos.
Durante ocho años el Papa Benedicto, sucesor
de Pedro, dio un testimonio de fe valiente en la lucha contra la tempestad del mal.
La suya no es la figura de un Pedro que al inicio tiene miedo, sino la de un Pedro
crecido y fortalecido en el don de la fe, que ha desgastado todas sus fuerzas físicas
en esa lucha contra el mal dentro y fuera de la Iglesia.
Por eso su renuncia,
lejos de ser una derrota, es una victoria más de la fe; de la conciencia clara y serena
de que el mismo Jesús, fundador de la Iglesia, es quien guía a su Iglesia de pastores
según su corazón, en cada tiempo y momento, para continuar luchando contra la tempestad
del mal.
Detrás de la renuncia
(RV).- (Audio) Diversidad de opiniones,
conflictos reales e imaginados; escándalos como los vatileaks, para los que, por diversas
razones, no pueden entrar en el misterio de la Iglesia; en su dimensión espiritual
y religiosa, son la causa de la renuncia del Papa. Si es por eso, ya el mismo Jesús
le habla a Pedro de “las puertas del infierno” precisamente cuando se refiere a las
llaves de la Iglesia.
Hoy todos enfocan la mirada sobre la persona de Benedicto
XVI, pero el Papa es lo que es por Jesús de Nazaret, Hijo de Dios y por la familia
que fundó con su nacimiento entre nosotros, con su muerte y resurrección, y con la
efusión de su Espíritu de Amor en esta familia. Jesús organizó como familia la
respuesta de fe de sus discípulos. Durante su vida pública formó, fortaleció, probó
él mismo a sus discípulos. Un día preguntó a los apóstoles que él había elegido y
llamado: “Ustedes, quién dicen que soy”. Adelantándose a los otros Pedro respondió:
“Tu eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”. Jesús aclaró entonces que eso que pensaba
y sentía Pedro no es algo natural, no es un simple ejercicio de razón, sino el don
de la fe: “Esto no te lo ha revelado hombre de carne y huesos, sino mi Padre”. Y ahí
lo hace Papa, el primero, y lo sigue formando para esto. Le dice: Tú eres Pedro y
sobre la piedra de tu fe edificaré mi iglesia y el poder del infierno no la derrotará.
Te daré las llaves del reino de los cielos, lo que ates en la tierra quedará atado
en el cielo y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo. Jesús Hijo
de Dios lo pone a Pedro como pastor de la fe de los que creen en él. Esta fe organizada,
institucionalizada como familia es lo que está detrás de la misión de los sucesores
de Pedro apóstol y de lo que sucede hoy en el vaticano con el Papa como centro.
Los
obispos que –también según la fe- son sucesores de los apóstoles, aquellos que fueron
creados cardenales y que tienen menos de 80 años elegirán en el cónclave un nuevo
Sucesor de Pedro, porque Benedicto XVI considera que por su edad avanzada –casi 86
años-, sus fuerzas se han debilitado tanto que hoy -después de casi 8 años de trabajo
intenso, eficaz, sabio, valiente-, el buen Papa entiende que ya no puede ejercer adecuadamente
el ministerio petrino y que renunciará el 28 de febrero próximo, para que otro con
más vigor tome el timón de la barca de la familia católica. Se trata de la dimensión
religiosa y espiritual de la fe católica; de continuar remando mar adentro con toda
la fuerza de la fe de la familia, porque la barca debe continuar hacia buen puerto,
como hasta ahora, con un vigoroso timonero.
Es una cuestión de fe. No hay parangón.
Pero sobre esta fe se funda la Iglesia de Jesús fascinante, pero que inquieta y molesta
a los que no viven bien.
Nos habló de Jesús
(RV).- (Audio)
El Papa Benedicto
nos habló de Jesús no solamente en sus libros sobre “Jesús de Nazaret”. Cada domingo
en la reflexión previa a la oración mariana del ángelus tomaba el evangelio del día,
lo mismo que en sus homilías y las catequesis de los miércoles.
Como Sucesor
de Pedro, Jesús y su evangelio inspiraron sus encíclicas y su férrea defensa de la
dignidad de la persona y el bien de la familia humana toda y no solamente la católica.
Mientras las organizaciones internacionales continúan sumando desvergonzados fracasos,
aliadas a los intereses corporativos y de parte, Benedicto ha sido la única voz internacional
y que solo en razón de la verdad, ha pedido constantemente el cese de la violencia,
la guerra, los atropellos.
Con Jesús como centro de su magisterio, el profundo,
claro, sereno y valiente Benedicto XVI -que se definió a sí mismo como “colaborador
de la Verdad”-, pasará a lo historia de los grandes padres de la Iglesia. Y para el
que escucha y lee atentamente su actualización del misterio de Jesús hoy, Benedicto
XVI es un verdadero faro que ilumina el camino que Jesús muestra al hombre desorientado
y gravemente herido de nuestro tiempo y el venidero.
Benedicto XVI nos deja
un magisterio valiente, que aún nos espera intacto, si queremos transformar el mundo
roto con el Amor de Jesús victorioso del mal y de la muerte.