Mensaje del Papa para la Campaña de fraternidad Brasil 2013
(RV).- Inicia hoy en el Brasil la Campaña de Fraternidad 2013 sobre el tema "Juventud
y Sociedad", mientras el lema que acompañará la iniciativa se basa en un versículo
del profeta Isaías: "Heme aquí, envíame". Nacida bajo el impulso de renovación del
Concilio Vaticano II, la primera Campaña de Fraternidad fue lanzada en 1964. El Papa
Benedicto XVI ha mandado un mensaje en el que se une a esta iniciativa cuaresmal.
El
Santo Padre quiere que “los jóvenes sean protagonistas integrados en una sociedad
que los acoja, demostrando la confianza que la Iglesia deposita en cada uno de ellos.
Esto requiere de guías - sacerdotes, consagrados o laicos - que permanezcan nuevos
por dentro, que puedan hacer camino, mostrando solidaridad y dando testimonio de salvación,
que la fe en el seguimiento de Jesucristo alimenta cada día. El Papa invita a los
jóvenes brasileños a buscar cada vez más el sentido de la vida en el Evangelio de
Jesús, la certeza de que es a través de la amistad con Cristo que experimentamos lo
que es bello y lo que nos redime.
(ER-RV)
Texto completo del
Mensaje del Papa
Queridos hermanos y hermanas,
Ante
nosotros se abre el camino de la Cuaresma, impregnado de oración, penitencia y caridad,
que nos prepara para vivir y participar más profundamente en la pasión, muerte y resurrección
de Jesucristo. En el Brasil, esta preparación ha encontrado un válido apoyo y estímulo
en la Campaña de Fraternidad, que este año llega a su quincuagésima realización y
se reviste ya de las tonalidades espirituales para la XXVII Jornada Mundial de la
Juventud en Rio de Janeiro en julio próximo: de ahí su tema “Fraternidad y Juventud”,
propuesto por la Conferencia Episcopal Nacional con la esperanza de ver multiplicada
en los jóvenes de hoy la misma respuesta que dará a Dios el profeta Isaías: “¡Heme
aquí: envíame!”(6,8).
Con alegría me uno a esta iniciativa cuaresmal de la
Iglesia en el Brasil, enviando a todos y a cada uno un cordial saludo en el Señor,
a quien confío los esfuerzos de todos cuantos se empeñan por ayudar a los jóvenes
a convertirse – como ya les pedí en San Pablo – “protagonistas de una sociedad más
justa y más fraterna inspirada en el Evangelio” (Discurso a los jóvenes brasileños,
10/05/2007). Los “signos de los tiempos”, en la sociedad y en la Iglesia surgen también
a través de los jóvenes; menospreciar estos signos o no saberlos discernir es perder
ocasiones de renovación.
Si están presentes, estarán también en el futuro.
Queremos jóvenes protagonistas integrados en una comunidad que los acoge, demostrando
la confianza que la Iglesia deposita en cada uno de ellos. Esto requiere de guías
- sacerdotes, consagrados o laicos - que permanezcan nuevos por dentro, no importa
la edad, que puedan hacer camino sin imponer direcciones, mostrando empatía solidaria,
dando testimonio de salvación, que la fe en el seguimiento de Jesucristo alimenta
cada día.
Por eso, invito a los jóvenes brasileños a buscar cada vez más el
sentido de la vida en el Evangelio de Jesús, la certeza de que es a través de la amistad
con Cristo que experimentamos lo que es bello y lo que nos redime: “Mira: esto ha
tocado tus labios; tu culpa ha sido borrada y tu pecado ha sido expiado” (Is 6,7).
De ese encuentro transformador, que deseo a cada joven brasileño, surge la plena disponibilidad
de quien se deja invadir por un Dios que salva: “Heme aquí, envíame a mí" A mis compañeros
"- ayudándoles a descubrir el poder y la belleza de la fe en medio de los desiertos"
(espirituales) del mundo contemporáneo, en el que se debe tomar sólo lo que es esencial:
(...) el Evangelio y la fe de la Iglesia, de la cual los documentos del Vaticano II
son una expresión luminosa, como es el Catecismo de la Iglesia católica »(Homilía
en la apertura del Año de la Fe, 11/10/2012).
Que el Señor conceda a todos
la alegría de creer en Él, de crecer en su amistad, de seguirlo en el camino de vida
y testimoniarlo en todas las circunstancias, para transmitir a la siguiente generación
la inmensa riqueza y belleza de la fe en Jesucristo. Con el deseo de una fructífera
Cuaresma en la vida de cada brasileño, especialmente de las nuevas generaciones, bajo
la protección maternal de Nuestra Señora de Aparecida, concedo a todos una especial
Bendición Apostólica
Vaticano, 8 de febrero de 2013
Benedicto XVI
(Traducción
del portugués: Raúl Cabrera -Radio Vaticano)