REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz-RV
(RV) (Audio) La imagen
de hoy es un verdadero escándalo para los que piensan o quieren un dios temible, vengador
y justiciero. Porque en Jesús, Dios se hizo “uno más de los nuestros”, cuando nació
de María Nazaret, cuidado por José carpintero. Hecho hombre en el vientre de María,
Dios se hace pequeño, débil, pobre, necesitado; vulnerable como lo muestra la tortura
y su ejecución en la cruz. Es un Dios que “entra en nuestra historia cargando sobre
sí el peso de la vida humana”; un Dios que no tiene otro poder que el del servicio
por amor, paciente, humilde. Un Dios que nos da gratuitamente su vida en el amor y
por amor.
Dijo el sucesor de Pedro: “Con la palabra «encarnación» se quiere
expresar el misterio del Verbo, el Hijo de Dios, que se ha hecho carne. En Jesús,
Dios ha asumido la condición humana en su integridad para sanarla completamente. Como
dice san Ireneo, el Hijo de Dios se ha hecho hombre para que el hombre llegase a ser
hijo de Dios. En la encarnación también Dios no da solo alguna cosa sino que se da
a sí mismo, entregándonos a su propio Hijo por nosotros. Así también nosotros, debemos
actuar en nuestras relaciones movidos por la gratuidad y el amor”. (Catequesis del
miércoles 9 de enero de 2013)