Padre común de la familia humana

REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz
(RV).- (Audio) La gente sufre mucho en el mundo por el mal y el egoísmo de los que masacran a la humanidad con sus intereses de parte y sus negocios.
Las organizaciones internacionales, que tienen como razón la defensa de la humanidad, son un reiterado y desvergonzado fracaso. Postergan indefinidamente la lucha urgente contra el hambre, la pobreza. Presionadas desde adentro y afuera -por países y corporaciones que atentan contra el bien común y desconocen la dignidad de la persona humana-, postergan definiciones y decisiones que prolongan guerras y hemorragias ya crónicas en el mundo.

¿Quién defiende hoy la humanidad?
El Sucesor de Pedro, ahora Benedicto XVI, no lucha solamente por la familia católica. La voz del Papa, es una voz con autoridad internacional que se levanta semana tras semana, afirmando que la violencia no es jamás el camino de solución de los conflictos, llamando a respetar la enorme dignidad de la persona, denunciando los atropellos a esta dignidad y al bien común; la falta de trabajo para los jóvenes.
El Papa intercede constantemente, no solo ante Dios como sacerdote, sino también ante las naciones y organizaciones, para que no se abandone a los pobres, hambrientos, enfermos; para que se proteja a los niños, a los ancianos, a los más débiles y frágiles.

Los 179 países con un embajador acreditado en el cuerpo diplomático de la Santa Sede confirman la autoridad moral del Papa como Padre común de la familia humana toda y no solo de la familia católica.