2013-01-06 18:52:00

“Ofensiva diplomática de la Santa Sede”


(RV).- (Con audio) RealAudioMP3 Mañana el Santo Padre celebrará el acostumbrado encuentro de principio de año con el Cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, que pone de manifiesto que la diplomacia vaticana está al servicio del hombre.

Y a las 16,00, hora de Roma, desde el estudio 3 de nuestra emisora, RV se transmitirá en audio y vídeo el debate, en lengua inglesa, entre cuatro embajadores que representan diversos Continentes. Se trata de los representantes diplomáticos de Suecia, Ulla Gudmundson, de Australia, John McCarthy, de Filipinas, Mercedes A. Tuason y de Reino Unido, Nigel Backer, sobre el discurso que por la mañana Benedicto XVI les dirigirá.

De modo que invitamos a nuestra audiencia a seguir este debate por el canal de www.youtube.com/radiovaticanavideo.

Actualmente, la Santa Sede mantiene relaciones diplomáticas plenas con 179 Estados y está presente, además, en numerosas Organizaciones internacionales, comenzando por la ONU, donde es un “Estado Observador”.

Sobre la importancia de la diplomacia vaticana, ante todo al servicio de la paz, nuestro colega Alessandro Gisotti conversó con el historiador de la Universidad católica de Milán, Agostino Giovagnoli, quien entre otras cosas afirma que ciertamente este elevado número de Estados que quieren mantener relaciones con el Estado más pequeño del mundo es muy significativo por el prestigio moral del que goza la Santa Sede y naturalmente el Santo Padre, en especial.

Por esta razón afirma que, en su opinión, se trata del punto de llegada de una laga historia. Una historia que comenzó en la edad moderna, cuando la figura del Papa ha sido definida cada vez más frecuentemente como la figura del “padre común”: padre común porque se interesa por el destino de todos los pueblos y no del de algunos contra otros. Y precisamente sobre la figura del padre común se comenzó a desarrollar esa diplomacia de la Santa Sede que ha sido desde sus orígenes, una diplomacia de paz.

Porque como explica el profesor Giovagnoli, el Papa intervenía en las luchas entre los Estados para tratar de favorecer la paz. Este papel se fue ampliando después cuando el Papado perdió su poder temporal, y desde este punto de vista se convirtió en una gran ventaja, puesto que, paradójicamente, la pérdida del poder temporal acrecentó mucho el prestigio moral del Papa. Por tanto, también esta diplomacia es especial, ya que no está en defensa de intereses políticos y económicos de un Estado, sino en realidad, del interés del mundo entero, de lo que se deduce su originalidad.

Ciertamente prosigue el profesor Giovagnoli las representaciones diplomáticas de la Santa Sede también son presencias que sostienen la realidad de la Iglesia católica en los diversos países. De modo que su función es mucho más amplia. De hecho, no es casual que extienda a terrenos como la salud, las iniciativas sociales o la paz. Y todo esto en armonía con la convicción de que hay una relación muy fuerte entre la Iglesia católica, que de por sí es, precisamente, “católica”, o sea universal, y la que el Magisterio de los Papas en el siglo XX, pero no sólo, ha definido en numerosas ocasiones “la familia humana”, como si fuera un empeño directo de la Santa Sede sostener a la familia humana en sus diversas articulaciones. Lo que advierten muy bien los pueblos que, en este sentido, aprecian de modo particular esta diplomacia.

Por otra parte, el historiador Giovagnoli explica que la calificación de “Observador” parecía inicialmente reductiva. Pero en realidad, hoy, también desde el punto de vista de la Santa Sede, esta calificación es muy ventajosa porque permite a la Santa Sede intervenir sobre muchas cuestiones importantes en los organismos internacional sin tener que asumirse responsabilidades impropias como podrían ser o como son a veces las responsabilidades, por ejemplo, de las Naciones Unidas con respecto a las intervenciones militares.

En este sentido, añade, se evidencia aún más, el papel de paz que desarrolla esta diplomacia.

En cuanto al hecho de que son 179 los países con los que la Santa Sede mantiene relaciones diplomáticas –si bien falta la República Popular China–, el profesor Giovagnoli explica que es una novedad que recientemente, en su mensaje Urbi et orbi de Navidad, el Papa haya dirigido sus felicitaciones a la nueva leadership china. Porque generalmente, los Pontífices en los últimos decenios se han dirigido a los católicos en China, y también al pueblo chino, pero no se registran mensajes directos a la dirigencia, a las autoridades de la República Popular China, tanto más en un momento tan importante como el del mensaje Urbi et orbi.

Y añade que no se trata de un hecho aislado, puesto que hace algunos meses, el Cardenal Filoni ha escrito un artículo sobre la oportunidad de las relaciones directas entre la Santa Sede y el gobierno chino, al menos en vía preliminar. También en este ámbito, explica, se asiste a una “ofensiva diplomática de la Santa Sede” y del mismo Papa, ofensiva naturalmente en sentido bueno, para desarrollar también en esta dirección las relaciones de recíproco respeto y de colaboración.

(María Fernanda Bernasconi – RV).







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