Vencer miedos para dar razón de la esperanza, Ángelus con el Papa
(RV).- (Audio) El Sucesor de Pedro,
en su saludo a los peregrinos de lengua española, suplicó que el ejemplo de fidelidad
al Evangelio del primer mártir “ayude a los cristianos a vencer sus miedos e inercias,
para que así puedan dar razón de su esperanza a quien se la pidiere, con audacia y
sabiduría”.
Con la imagen de Jesús en el pesebre de la Plaza de San Pedro,
rodeada de peregrinos de diversas partes del mundo –muchos de los cuales habían tenido
su encuentro con Jesús en la Eucaristía en las misas de la mañana celebradas en el
santuario-, el Papa Benedicto rezó la oración mariana del Ángelus en el día de san
Esteban.
“La fiesta de San Esteban prolonga el fervor de la Navidad y se convierte
en una invitación a pedir al Niño Dios que renueve nuestra fe y la haga más activa
por la caridad”, expresó en español el obispo de Roma, motivando la súplica a vencer
los miedos e inercias. Para concluir deseando a todos nuevamente “una santa y feliz
Navidad”.
"La novedad del anuncio está en la profundidad de la inmersión
en Cristo"
(RV).- (Audio) En su reflexión previa
a la oración del Ángelus el Papa explicó que en Esteban “se verificó plenamente la
promesa de Jesús reportada por el texto evangélico de hoy, que los creyentes llamados
a dar testimonio en circunstancias difíciles y peligrosas no serán abandonados e indefensos:
el Espíritu de Dios hablará en ellos”. Después de referirse al primer mártir el
Papa expresó: “también nosotros estamos llamados a fijar la mirada sobre el Hijo de
Dios que en el gozoso de la Navidad contemplamos en el misterio de su Encarnación”.
Manifestó que con el Bautismo y la Confirmación, con el precioso don de la fe alimentada
por los Sacramentos de la Iglesia, especialmente por la Eucaristía, “Jesucristo nos
ha unido a Sí y quiere continuar en nosotros, con la acción del Espíritu Santo, su
obra de salvación, que todo lo rescata, mejora, eleva y conduce a cumplimiento. Dejarse
atraer por Cristo, como hizo san Esteban, significa abrir la propia vida a la luz
que nuevamente la llama, la orienta y la hace recorrer el camino del bien, el camino
de una humanidad según el diseño del amor de Dios”. Finalmente Benedicto XVI explicó
que “san Esteban es un modelo para todos aquellos que quieren colocarse al servicio
de la nueva evangelización”, y afirmó que “La novedad del anuncio está en la profundidad
de la inmersión en el misterio de Cristo, de la asimilación de su palabra y de su
presencia en la Eucaristía, de modo que Él mismo, Jesús vivo, pueda hablar y actuar
en su enviado. En sustancia, el evangelizador se hace capaz de llevar a Cristo a los
demás de manera eficaz cuando vive de Cristo, cuando la novedad del Evangelio se manifiesta
en su misma vida”. jesuita Guillermo Ortiz-RV
TEXTO PALABRAS DEL
PAPA EN IDOMA ESPAÑOL ÁNGELUS 26.12.12
"Dirijo un cordial saludo a
los peregrinos de lengua española aquí presentes y a cuantos participan en esta oración
mariana a través de los medios de comunicación social. La fiesta de San Esteban prolonga
el fervor de la Navidad y se convierte en una invitación a pedir al Niño Dios que
renueve nuestra fe y la haga más activa por la caridad. A Él también le suplicamos
que el ejemplo de fidelidad al Evangelio de este primer mártir ayude a los cristianos
a vencer sus miedos e inercias, para que así puedan dar razón de su esperanza a quien
se la pidiere, con audacia y sabiduría. De nuevo deseo a todos una santa y feliz Navidad.
Muchas gracias".
TEXTO PALABRAS DEL PAPA EN IDIOMA ITALIANO
ÁNGELUS 26.12.12
Queridos hermanos y hermanas: Cada año, el
día después de la Navidad del Señor, la liturgia nos hace celebrar la fiesta de san
Esteban, diácono y primer mártir. El libro de los Hechos de los Apóstoles nos lo presenta
como a un hombre lleno de gracia y de Espíritu Santo (cfr At 6,8-10; 7,55); en él
se verificó plenamente la promesa de Jesús reportada por el texto evangélico de hoy,
que los creyentes llamados a dar testimonio en circunstancias difíciles y peligrosas
no serán abandonados e indefensos: el Espíritu de Dios hablará en ellos (cfr Mt 10,20).
El diácono Esteban, en efecto, obró, habló y murió animado por el Espíritu Santo,
testimoniando el amor de Cristo hasta el extremo sacrificio. El primer mártir viene
descrito, en su sufrimiento, como imitación perfecta de Cristo, cuya pasión se repite
hasta en los detalles. La vida de san Esteban está enteramente plasmada por Dios,
configurada a Cristo; en el momento final de la muerte, de rodillas, él eleva la oración
de Jesús en la cruz, confiándose al Señor (cfr At 7,59) y perdonando a sus enemigos:
"Señor, no les tengas en cuenta este pecado"(v. 60). Lleno del Espíritu Santo, mientras
sus ojos están por apagarse, él fija la mirada en “Jesús, que estaba de pie a la derecha
de Dios” (v. 55), Señor de todo y que a todos atrae a Él.
En el día
de san Esteban, también nosotros estamos llamados a fijar la mirada sobre el Hijo
de Dios que en el gozo de la Navidad contemplamos en el misterio de su Encarnación.
Con el Bautismo y la Confirmación, con el precioso don de la fe alimentada por los
Sacramentos, especialmente por la Eucaristía, Jesucristo nos ha unido a Sí y quiere
continuar en nosotros, con la acción del Espíritu Santo, su obra de salvación, que
todo lo rescata, mejora, eleva y conduce a cumplimiento. Dejarse atraer por Cristo,
como hizo san Esteban, significa abrir la propia vida a la luz que nuevamente la llama,
la orienta y la hace recorrer el camino del bien, el camino de una humanidad según
el diseño del amor de Dios. Finalmente, san Esteban es un modelo para todos
aquellos que quieren colocarse al servicio de la nueva evangelización. El demuestra
que la novedad del anuncio no consiste propiamente en el uso de métodos o técnicas
originales, que ciertamente tienen su propia utilidad, sino en el ser colmados del
Espíritu Santo y dejarse conducir por El. La novedad del anuncio está en la profundidad
de la inmersión en el misterio de Cristo, de la asimilación de su palabra y de su
presencia en la Eucaristía, de modo que Él mismo, Jesús vivo, pueda hablar y actuar
en su enviado. En sustancia, el evangelizador se hace capaz de llevar a Cristo a los
demás de manera eficaz cuando vive de Cristo, cuando la novedad del Evangelio se manifiesta
en su misma vida. Recemos a la Virgen María, para que la Iglesia, en este Año de la
fe, vea multiplicarse a los hombres y a las mujeres que, como san Esteban, saben dar
un testimonio convencido y valeroso del Señor Jesús. Traducción: Patricia
L. Jáuregui Romero
Reiterando que el día después de la Navidad, conmemoramos,
el martirio del diácono Esteban, Benedicto XVI hizo hincapié también en francés,
inglés, alemán, portugués y polaco, que este primer mártir muestra que el nacimiento
del Hijo de Dios inauguró para la humanidad «una nueva era, la del amor»:
«El
amor hace caer las barreras entre las personas», subrayó el Papa en francés, añadiendo
que nos «hace hermanos en la reconciliación, por medio del perdón dado y recibido».
«Que la intercesión de San Esteban, fiel al Señor hasta el final, sostenga a los cristianos
perseguidos y que nuestra oración los aliente!», pidió el Santo Padre, invitando
a perseverar sin temor en el testimonio de la fe.
Con su bienvenida y saludos
en inglés, el Santo Padre deseó que, al igual que san Esteban, seamos bendecidos por
la gracia de Dios para tener el valor de hablar y defender la verdad de nuestra fe
en público, con caridad y constancia.
San Esteban vio los cielos abiertos
y al Hijo del hombre de pie a la diestra de Dios, recordó Benedicto XVI en sus palabras
en alemán, evocando los Hechos de los Apóstoles y recordando que con su testimonio
y su martirio, confirma el mensaje de la Encarnación, mostrando que el hombre que
se vuelve hacia Cristo, Palabra divina, se encuentra con Dios y queda transformado
por el poder del amor en la nueva creación de Dios en él.
Benedicto XVI, también
en portugués, deseó a los peregrinos que su venida a Roma llene de paz y alegría
sus corazones, con una adhesión viva a Cristo, como hizo san Esteban. Y concluyó su
evocación de san Esteban, con sus saludos en polaco, deseando que por intercesión
del primer mártir pidamos a Dios para que en la vida cotidiana, nunca nos falten la
sabiduría y la valentía, la fe y el amor, que encuentran su cumplimiento en la gloria
del Señor.
En sus saludos a los peregrinos de lengua italiana, en particular
a los jóvenes del Movimiento de los Focolares, provenientes de muchos países del mundo
el Papa deseó que el ejemplo de la beata Chiara Badano los ayude en el camino de la
fe y concluyó con sus mejores deseos de alegría, en la luz y en la paz de la Navidad
del Señor.