Mensajes de Navidad de obispos en Patagonia y del Perú
(RV).- Los obispos de la región Patagonia-Comahue quieren en su mensaje a los fieles
compartir con ellos la esperanza de una alegría siempre nueva. Dicen que “celebrar
la Navidad no solo es recordar un nacimiento sucedido hace 2000 años, sino celebrar
un nacimiento actual: porque Jesucristo, Señor de la historia, nace hoy en nuestras
vidas y en nuestra realidad. Recuerdan que esta Navidad tiene una característica especial:
acontece dentro del Año de la Fe que el Papa Benedicto XVI nos propuso vivir. En su
carta Porta Fidei “nos alienta a redescubrir el camino de la fe para iluminar de manera
cada vez más clara la alegría y el entusiasmo renovado del encuentro con Cristo”.
Los
prelados de la Patagonia nos invitan a volver la mirada hacia el nacimiento de Belén.
El pesebre no es un lugar lindo, cómodo, confortable. Es cierto que le faltan muchas
cosas al Niño Jesús, pero estaba presente lo más importante para su vida: su mamá,
la Virgen, que lo envolvió en pañales y lo recostó a su lado mientras José lo cuidaba.
Hoy también nuestras familias y nuestra sociedad se presentan en varios de sus aspectos
como el pesebre de Belén: con algunas carencias, pero con un amor generoso hacia sus
hijos.
Creemos, dicen los obispos, que Jesús elige hoy también nacer en este
pesebre. No rechaza nacer allí. Este nacimiento renueva nuestra esperanza, porque
demuestra que Dios nos ama y quiere una vez más caminar entre nosotros. Así este nacimiento
nos invita a elegir también nosotros el pesebre, es decir, elegir una vida en sobriedad
sin ostentaciones, estar cerca de los necesitados, fundar nuestra alegría más en las
personas que en las cosas, en la comunión de la familia.
Asimismo, los
pastores de la Conferencia Episcopal peruana, también instan a contemplar cómo la
grandeza Divina se reviste de humildad y fragilidad en el Niño Dios. Y señalan que
la Navidad es un tiempo para volver nuestro corazón hacia Jesús y para dirigir nuestra
mirada hacia los más débiles e indefensos. Navidad es la celebración de la vida. La
vida es el primer derecho de todo ser humano y debe estar por encima de cualquier
otro derecho o valor social, político, económico, psicológico y familiar.
Si
una sociedad no asegura la vida de los no nacidos, es una sociedad que vive como una
tragedia su misión fundamental, la cual consiste en dar, reconocer, proteger y promover
la vida de todos. En este contexto navideño, los obispos de Perú invitan a todos los
hombres de buena voluntad, a crear lazos de solidaridad y de fraternidad, a abrir
caminos justicia y de perdón que nos ayuden a formar una nueva civilización fundada
en el amor. Que el primer villancico de la historia cantado por los Ángeles: “¡Gloria
a Dios en el cielo y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad!”(Lc 2,14) sea
el programa de todos los peruanos en el nuevo año que se avecina. (ER –RV)