Manifestar la alegría de ser cristianos y de pertenecer a la Iglesia, el Papa a los
artistas itinerantes
(RV).- (Con audio) Tal como estaba previsto, Benedicto XVI celebró un encuentro este
mediodía con la gente del espectáculo itinerante, en el ámbito de su peregrinación
de dos días a Roma en que se han dado cita casi siete mil artistas de diversos países
europeos y de EEUU, deseosos –tal como les dijo el Papa– de “manifestar (...) la alegría
de ser cristianos y de pertenecer a la Iglesia”.
Después de saludar y agradecer
al Cardenal Antonio Maria Vegliò, Presidente del Consejo pontificio de la Pastoral
para los emigrantes e itinerantes, que, en colaboración con la Diócesis de Roma y
con la Fundación “Migrantes” de la Conferencia Episcopal Italiana, ha organizado este
evento, el Santo Padre manifestó su gratitud a los demás representantes que ofrecieron
su testimonio y un pequeño espectáculo, así como a quienes han contribuido a preparar
esta cita que se coloca en el Año de la fe, “ocasión importante para profesar abiertamente
la fe en el Señor Jesús”.
Hablando en italiano, el Papa dijo:
Lo
que ante todo caracteriza su gran familia es la capacidad de usar el lenguaje particular
y específico de su arte. La alegría de los espectáculos, la alegría recreativa del
juego, la gracia de las coreografías, y el ritmo de la música constituyen precisamente
una vía inmediata de comunicación para ponerse en diálogo con pequeños y grandes,
suscitando sentimientos de serenidad, de felicidad y de concordia. Con la variedad
de sus profesiones y la originalidad de las exhibiciones, ustedes saben sorprender
y suscitar maravilla, ofrecer ocasiones de fiesta y de sana diversión.
A
estos queridos amigos, el Obispo de Roma también les dijo que precisamente a partir
de estas características y con su estilo, están llamados a testimoniar esos valores
que forman parte de su tradición, a saber: el amor por la familia, el interés por
los pequeños, la atención a los minusválidos y a los enfermos, la valoración de los
ancianos y de su patrimonio de experiencias. Porque como les dijo el Santo Padre:
En su ambiente se conserva vivo el diálogo entre las generaciones, el sentido
de la amistad, y el gusto por el trabajo en equipo. Acogida y hospitalidad les son
propias, así como la atención para dar respuesta a los deseos más auténticos, sobre
todo de las jóvenes generaciones. Sus oficios requieren renuncia y sacrificio, responsabilidad
y perseverancia, valor y generosidad: virtudes que la sociedad actual no siempre aprecia,
pero que han contribuido a formar, en su gran familia, a enteras generaciones.
El
Papa también les dijo que conoce los numerosos problemas ligados a su condición itinerante,
como la instrucción de sus hijos, la búsqueda de lugares aptos para los espectáculos,
las autorizaciones para las representaciones y los permisos de de residencia para
los extranjeros. Por esta razón afirmó que mientras espera “que las Administraciones
públicas, reconociendo la función social y cultural del espectáculo itinerante, se
empeñen por la tutela de su categoría”, los animó, a ellos y a la sociedad civil,
“a superar todo prejuicio y buscar siempre una buena inserción en las realidades locales”.
Y añadió textualmente:
Queridos hermanos y hermanas, la Iglesia se alegra
por el empeño que demuestran y aprecia la fidelidad a las tradiciones, de las que
con razón se sienten orgullosos. Ella misma que es peregrina, como ustedes, en este
mundo los invita a participar en su misión divina a través de su trabajo diario. La
dignidad de todo hombre se expresa también en el ejercicio honesto de las profesionalidades
adquiridas y en el poner en práctica esa gratuidad que permite no dejarse determinar
por intereses económicos. De este modo, también ustedes, mientras prestan atención
a la calidad de su realizaciones y de los espectáculos, no dejen de vigilar a fin
de que, con i valores del Evangelio, puedan seguir ofreciendo a las jóvenes generaciones
la esperanza y el aliciente que necesitan, sobre todo ante las dificultades de la
vida, de las tentaciones del desánimo, de la cerrazón en sí mismos y del pesimismo,
que impiden percibir la belleza de la existencia.
Hacia el final de su
alocución, Benedicto XVI destacó que si bien la vida itinerante impide formar parte
establemente de una comunidad parroquial y no facilita la participación regular en
la catequesis y el culto divino, también en su mundo es necesaria una nueva evangelización.
Por esta razón les deseó que puedan encontrar, en las comunidades en las que se detienen,
personas acogedoras y disponibles, capaces se salir al encuentro de sus necesidades
espirituales.
Y les dejó una recomendación, inspirada en la Exhortación apostólica
Familiaris consortio de Juan Pablo II:
Pero no olviden que es la familia
la vía primaria de transmisión de la fe, la pequeña Iglesia doméstica llamada a hacer
conocer a Jesús y su Evangelio, y a educar según la ley de Dios, a fin de que cada
uno pueda llegar a la plena madurez humana y cristiana (Cfr. Familiaris consortio,
2).
Tras desearles que “sus familias sean siempre escuelas de fe y de
caridad, palestras de comunión y de fraternidad, el Papa les recordó a estos queridos
artistas y trabajadores del mundo del espectáculo itinerante, cuanto afirmó en su
homilía de la Misa del 24 de abril de 2004 por el inicio de su Pontificado: “No hay
nada más bello que ser alcanzados, sorprendidos por el Evangelio, por Cristo. No hay
nada más bello que conocerlo y comunicar a los demás la amistad con Él”. Porque como
reafirmó Su Santidad, “sólo en esta amistad se abren realmente las grandes potencialidades
de la condición humana. Sólo en esta amistad nosotros experimentamos lo que es bello
y lo que libera”. Después de asegurarles la cercanía de la Iglesia, que comparte
su camino, el Papa encomendó a todos ellos a la Santa Virgen María, “Estella del camino”,
para que con su materna presencia los acompañe en todos los momentos de la vida; y
antes de impartirles de corazón su bendición apostólica a todos ellos y a sus familias,
junto a sus comunidades, Benedicto XVI los saludó en francés, inglés y alemán, mientras
en nuestro idioma dijo:
Queridos amigos
profesionales del espectáculo itinerante, en la Exhortación Apostólica post-sinodal
Verbum Domini, en el párrafo dedicado a los emigrantes, manifestaba mi deseo de que
«se hagan ellos mismos anunciadores de la Palabra de Dios y testigos de Jesús Resucitado,
esperanza del mundo» (n. 105). Hoy con gran confianza repito también a Ustedes este
deseo, y a los agentes de pastoral, que os acompañan con admirable dedicación.