2012-11-30 11:47:18

Impulsar con valentía la paz duradera, nunca más guerras ni terrorismo


(RV).- RealAudioMP3 La paz necesita decisiones valientes y que se trabaje sin desmayo en ámbito internacional y de parte de los responsables palestinos e israelíes. Satisfacción de la Santa Sede ante la aprobación de la Asamblea General de la Resolución con la que se reconoce a Palestina como estado observador no miembro de Naciones Unidas. En una Declaración, reiterando su interés y esfuerzos, según su naturaleza religiosa y misión universal, la Santa Sede, atenta a la dimensión ética de las problemáticas internacionales, señala que la votación se enmarca en los intentos de dar una solución definitiva, con el apoyo de la comunidad internacional, para alcanzar la paz en la región, afianzada en la justicia y en el respeto de las legítimas aspiraciones de israelíes y palestinos.

«¡Nunca más derramamiento de sangre! ¡Nunca más conflicto¡ Nunca más terrorismo! ¡Nunca más guerra!» fue el apremiante llamamiento de Benedicto XVI concluyendo su peregrinación de paz y esperanza a Tierra Santa, el 15 de mayo de 2009. Llamamiento que la Declaración de la Santa Sede vuelve a presentar con las mismas palabras del Papa: «Rompamos el círculo vicioso de la violencia. Que pueda establecerse una paz duradera basada en la justicia, que haya una verdadera reconciliación y curación. Que sea universalmente reconocido que el Estado de Israel tiene derecho a existir y a gozar de paz y seguridad en el interior de sus fronteras internacionalmente reconocidas. Que sea igualmente reconocido el derecho del pueblo palestino a una patria independiente, soberana, a vivir con dignidad y viajar libremente. Que la ‘solución de dos Estados’ se haga realidad y que no se quede como un sueño».

La Santa Sede recuerda la importancia de la decisión alcanzada en la ONU, que manifiesta el sentir de la mayoría de la comunidad internacional y reconoce una presencia más significativa a los palestinos en Naciones Unidas, aunque este resultado no constituye de por sí una solución suficiente a los problemas existentes en la región. Asimismo, recibiendo con satisfacción la decisión de la Asamblea general de Naciones Unidas, el Comunicado de la Santa Sede recuerda la posición común que la misma y la OLP expresan en su Acuerdo Básico, del 15 de febrero de 2000, con el deseo de sostener un reconocimiento de un estatuto especial internacionalmente garantizado para la ciudad de Jerusalén, con el fin de preservar la libertad de religión y de conciencia, la identidad y el carácter de Jerusalén como Ciudad Santa, y el respeto y acceso a los Lugares Santos que en encuentran en ella.

(CdM-RV)







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