Ecuador, una nueva Beata salesiana: Sor María Troncatti
(revisado) (RV).- (Audio) Este 24 de noviembre
en Macas, Ecuador, tiene lugar la beatificación de sor María Troncatti, religiosa
profesa de las Hijas de María Auxiliadora, oriunda de Brescia, Italia. Miembro de
la Cruz Roja durante la guerra, sucesivamente fue misionera salesiana en la Amazonía
donde consagró su entrega al Señor. El prefecto de la Congregación para las Causas
de los Santos, el Cardenal Angelo Amato, preside la ceremonia de Beatificación.
Considerada
como una madre para los habitantes de la Amazonía pertenecientes a la comunidad Shuar,
la religiosa falleció a los 40 años de edad, el 25 de agosto de 1969. La noticia de
su fallecimiento dejó quebrantado al pueblo al que dedicó su vida como médico, enfermera,
catequista y amiga. Su muerte acaeció en un accidente aéreo en Sucúa. La religiosa
había llegado a los Andes proveniente de Italia en el año 1922 y a partir de ese momento
se adentró en la foresta amazónica para no abandonarla hasta su muerte. Los miembros
de la etnia Chunchi, y del vicariato apostólico de Méndez, a partir de ese momento,
fueron su gente, sus hijos y por este motivo la llamaban “Madrecita”.
En una
entrevista concedida a Roberto Piermarini, el cardenal Angelo Amato prefecto de la
Congregación para las Causas de los Santos, presentando su figura, dijo: “Tenía una
innata aptitud materna hacia todos. A los enfermos como a los niños por ella asistidos
no les hacía faltar nada y los rodeaba de todos los cuidados que necesitaban. Visitaba
a los enfermos, aun a los que estaban lejos atravesando la selva y navegando por los
ríos. Era percibida como un ángel. Tenía una actitud profundamente protectora del
pueblo Shuar, por ella afectuosamente llamado ‘mis jibaritos’. Con el admirable apostolado
de la Beata y sus Hermanas espirituales, la misión salesiana ha podido presentar a
Ecuador, y al mundo entero, una serie de maravillosas realizaciones, y a la Iglesia
a un pueblo pleno de vida cristiana”. El Cardenal Amato pone de relieve la actualidad
de esta nueva figura de la Iglesia cuando subraya que como consagrada Sor María Troncatti
nos recuerda que todavía hoy el Señor llama a los jóvenes a donar la propia vida con
todo el corazón puesto en Él y en su reino de amor y de paz. Como religiosa salesiana,
la Beata recuerda a sus Hermanas la necesidad de vivir en plenitud el carisma propio
de las Hijas de María Auxiliadora, religiosas salesianas, dedicado a la educación
de la juventud. Y como misionera, sor María –concluyó- “nos llama al gran deber de
todos de ser intrépidos evangelizadores y heraldos del Evangelio en el mundo” Patricia
L. Jáuregui Romero – Radio Vaticano (revisado)