La evangelización no debe olvidar a la gente del mar
jueves, 22 de noviembre
(RV)(audio) En el marco del XXIIIº
Congreso mundial del Apostolado del Mar que está teniendo lugar en el Vaticano organizado
por Pontificio Consejo para la pastoral de los Migrantes e Itinerantes. El jesuita
Guillermo Ortiz entrevistó a Mons. Víctor Hugo Palma, obispo de Escuintla en Guatemala.
martes,
20 de noviembre
(RV).- "Mejorar la vida de la gente de mar, prestar
servicios de atención primaria y responder a las necesidades materiales y espirituales
de la gente de mar". Son los objetivos comunes del Apostolado del Mar y de la International
Transport Workers Federation (ITF), que agrupa a 708 sindicatos que representan a
más de 5 millones de trabajadores en todos los sectores de transporte y que recoge
más de la mitad de la gente de mar de todo el mundo.
Estos son algunos de los
temas que este martes, se abordan en el segundo día del XXIII Congreso Mundial del
Apostolado del Mar, en el aula del Sínodo del Vaticano, hasta el 23 noviembre de 2012,
organizado por el Pontificio Consejo para la Pastoral de los Migrantes e Itinerantes,
sobre el tema "La nueva evangelización en el mundo marítimo (nuevas formas y medios
para proclamar las buenas nuevas)".
Durante la jornada se hará hincapié en
las experiencias positivas para promover el bienestar de la gente de mar en el mundo,
como por ejemplo en el sudeste asiático. El Apostolado del Mar acoge con el mismo
espíritu evangélico hombres y mujeres, sin hacer diferencias de religión, raza o cultura.
La señora Apinya Tajit, que opera en el puerto de Sriracha (Tailandia), ha hablado
de la hospitalidad con la que atienden a los marineros en su mayoría de fe musulmana.
Se ha presentado también la experiencia práctica del puerto de Ravenna, donde
han convertido al puerto en un lugar de cuidado y amistad para la gente de mar. Este
servicio es muy valioso, si se piensa que alrededor del 64% de los 1,2 millones de
marineros que hay en el mundo no puede bajar a tierra cuando el buque se encuentra
en puerto, por diversas razones, como manutención de la nave, o las medidas de seguridad
cada vez más estrictas.
El próximo viernes al mediodía el Papa los recibirá
en audiencia. Benedicto XVI reafirmará sin duda el apoyo de la Iglesia a este ministerio
misionero y evangelista, tan esencial para la gente del mar ". Durante la audiencia,
el Papa bendecirá una nueva imagen de María Stella Maris, pintada por el artista taiwanés
Sheen Cheen. (ER-RV)
lunes, 19 de noviembre
(RV).-
Comenzó esta mañana en la Ciudad del Vaticano el 23° Congreso Mundial del Apostolado
del Mar, organizado por el Consejo pontificio de la Pastoral para los emigrantes e
itinerantes sobre el tema de la nueva evangelización en el mundo marítimo.
En
efecto, hasta el próximo día 23, los participantes en este encuentro reflexionarán
sobre los nuevos medios e instrumentos para proclamar la Buena Nueva en este ámbito.
El cardenal Antonio Maria Vegliò, presidente del dicasterio, al inaugurar este evento,
recordó que se trata del mayor Congreso Mundial de la historia del Apostolado del
Mar. Y destacó que se han dado cita en el Vaticano más de 400 delegados procedentes
de 70 países, para recordar los noventa años de la aprobación de sus primeras Constituciones
y de la bendición de este nuevo Apostolado por parte del Papa Pío XI.
“El desarrollo
tecnológico de la industria marítima, los crecientes problemas referentes a la vida
y al trabajo de los marítimos, los desafíos planteados por las nuevas y con frecuencia
restrictivas normativas y la crisis económica mundial – dijo el Purpurado durante
la apertura del Congreso – hacen que el Apostolado del Mar deba evangelizar en condiciones
más bien difíciles”. Y a pesar de todas estas dificultades, el Cardenal Vegliò afirmó
que el mundo marítimo es un terreno fértil para la evangelización.
“Las naves,
en efecto – explicó –navegan los siete mares del mundo y se detienen en todos los
puertos transportando no sólo mercaderías, sino también tripulaciones de diversa cultura,
tradición y religión, creando, para las personas de diversas etnias, la oportunidad
de encontrarse y de apreciar sus diferencias”. De hecho, tripulaciones multinacionales
– prosiguió el Purpurado – viven y trabajan en el estrecho espacio de las naves, alejados
durante meses de sus familias y comunidades cristianas, sin alimento para su fe, que
es con frecuencia como un mecha humeante.
De ahí que la Nueva Evangelización
y el Año de la fe, inviten a cada capellán y voluntario del Apostolado del Mar a profundizar
acerca de su propia fe, a creer en el mensaje evangélico y a ir hacia delante para
proclamar el Evangelio a quienes aún no lo conocen, y para volver a encender esa mecha
con el testimonio cristiano.
El Presidente del Consejo pontificio de la Pastoral
para los emigrantes e itinerantes añadió que este testimonio cristiano debe realizarse
a través de un ministerio de presencia, servicio y solidaridad continuos. Porque para
los marítimos que llegan a puertos extranjeros, lejos de sus ciudades, la presencia
de un centro del Apostolado del Mar, con su capellán y los voluntarios, es siempre
“un faro de luz para ellos que han navegado durante semanas. Y este servicio constante,
realizado con amor para responder a las exigencias de todas las tripulaciones, independientemente
de su credo o nacionalidad, lleva esperanza en los mementos de desaliento. Mientras
la solidaridad hacia los marítimos explotados o abandonados es una expresión del amor
de Cristo por todos”. A la vez que subrayó que sólo con su vida y con frecuencia
sin decir ni una palabra, quienes trabajan en este Apostolado se convierten en agentes
de evangelización. “Y la Iglesia – concluyó – aprecia su trabajo y se siente grata
por lo que hacen”.