Las estrellas caerán pero Él permanecerá Domingo 33 del Tiempo Ordinario, jesuita
Guillermo Ortiz
(RV).- (Con audio) Desde el átomo y la
célula, hasta las infinitas constelaciones de galaxias, todo parece una danza armoniosa. ¿Podría
el universo auto sincronizarse, ordenarse a sí mismo, solo, sin el amor inteligente
del creador como fundamento y sentido? Sin embargo todo tiene “fecha de vencimiento”.
Jesús en el evangelio afirma que las mismas estrellas caerán. Todo se hundirá como
una simple escenografía.
En los lugares sísmicos y de posibles catástrofes
naturales, se suelen hacer ensayos y pruebas de rescate, de salvataje. Pero si se
derrumban hasta las estrellas y el universo entero pierde su sincronía ¿de qué podría
aferrarme? ¿Qué es lo firme? ¿A qué me aferro cuando veo que todo se viene abajo? Aún
cuando no se trate del tiempo anunciado por Jesús, entro en angustia profunda hoy
mismo, si caen mis “seguridades”. Y sobre todo cuando el amor y los afectos que me
sostienen oscilan, vacilan, tambalean. ¿Qué es lo firme, lo seguro para ti y para
mí, cuando nos corroe la angustia por la “fecha de vencimiento” de todo?
Esperanza
en la angustia
En el mismo evangelio donde Jesús afirma que hasta las estrellas
caerán, dice que esto sucederá cuando aparezca él, Jesucristo nuestro Señor, con todo
el poder de su amor, para reunir a los elegidos.
Es importante animarse a imaginar
esto para hacer “catarsis”; tomar conciencia de esta realidad “apocalíptica”, donde
aquello que parece más firme, infinito, indestructible, eterno, como las estrellas
del cielo; todo aquello a lo que nos aferramos a veces de modo enfermizo, adictivo,
se rompe, cae, se desvanece, mientras aparece Jesús con toda la belleza y la fuerza
de su Amor que ha superado la prueba de la muerte, del mal, del sufrimiento. Aparece
Jesús como la “piedra angular” del templo del universo; como el poderoso cimiento
que sostiene todo realmente, aunque no lo veamos, aunque no tengamos fe.
Estos
sí son sentimientos encontrados: la angustia devastadora y la esperanza nueva ante
la visión de Cristo glorioso; de su Cuerpo vivo, resucitado, después de maltratado
y asesinado. Nos pasa cada día cuando, angustiado porque parece que no puedo solo,
recurro a Dios sobre el límite de las fuerzas y también de la fe.
Oración:
Dios Amor y Vida plena, cada día descubrimos la belleza, pero también la caducidad
de lo creado y de nosotros mismos. Ayúdanos a conocer a Jesucristo tu Hijo, para que
en la angustia de ver que todo tiene “fecha de vencimiento”, nos aferremos, por la
fe, a Aquel que ha sometido la muerte, el mal y reina victorioso, como principio,
fundamento, sentido y fin de todo. Que creamos que él nos sostiene ahora con su amor
y nos seguirá sosteniendo.
Del Evangelio de Marcos (13,24-32) En aquel
tiempo dijo Jesús a sus discípulos ese tiempo, después de esta tribulación, el sol
se oscurecerá, la luna dejará de brillar, las estrellas caerán del cielo y los astros
se conmoverán. Y se verá al Hijo del hombre venir sobre las nubes, lleno de poder
y de gloria. Y él enviará a los ángeles para que congreguen a sus elegidos desde los
cuatro puntos cardinales, de un extremo al otro del horizonte. Aprendan esta comparación,
tomada de la higuera: cuando sus ramas se hacen flexibles y brotan las hojas, ustedes
se dan cuenta de que se acerca el verano. Así también, cuando vean que suceden todas
estas cosas, sepan que el fin está cerca, a la puerta. Les aseguro que no pasará esta
generación, sin que suceda todo esto. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras
no pasarán. En cuanto a ese día y a la hora, nadie los conoce, ni los ángeles del
cielo, ni el Hijo, nadie sino el Padre.» «Tengan cuidado y estén prevenidos porque
no saben cuándo llegará el momento”.