Los Uruguayos llamados a la renovación y la maduración de la dimensión social de la
fe
(RV).- Convocados bajo el tema “Dichosa tú que has creído”, 5000 peregrinos procedentes
de todos los rincones del país se congregaron el domingo en Florida, Uruguay, para
homenajear a la Virgen de los Treinta y Tres y celebrar los 50 años de la declaración
del Papa Juan XXIII como Patrona de Uruguay; la apertura a nivel nacional del Año
de la Fe, convocado por Benedicto XVI y los 50 años de Cáritas Uruguaya.
Mons.
Julio Bonino, en su homilía llamó a la renovar la fe y a reafirmarla dándola. “No
hay mejor forma de fortalecer la fe que compartiéndola y por ello es urgente el compromiso
misionero”.
Aludiendo al cincuentenario de la declaración de la Virgen de los
Treinta y Tres como Patrona de Uruguay por parte del Papa Juan XXIII, Mons. Bonino
dijo: “Patrona de nuestro país es un símbolo que ‘solidifica los orígenes culturales,
raciales e históricos del Uruguay’. Esta imagen la tallaron los guaraníes en el siglo
XVIII y fue entregada al indio de Santo Domingo de Soriano, Antonio Díaz. Es el símbolo
de nuestra independencia, identificada con aquellos libertadores los 33 Orientales”.
En
el marco de la celebración del Año de la Fe, el obispo de Tacuarembó destacó que los
obispos del Uruguay asumen con alegría esta iniciativa providencial en particular
porque coincide con los 50 años de la apertura del Concilio Vaticano II, convocado
por el Beato Papa Juan XXIII y continuado por el Papa Pablo VI, que sigue siendo un
faro luminoso en el camino de renovación y fidelidad de la Iglesia actual”. Por este
motivo exhortó al estudio de los documentos conciliares y del Catecismo de la Iglesia
Católica, que constituyen –dijo Mons. Bonino- textos básicos para confirmar, comprender
y profundizar lo que creemos”, enfatizó el Obispo.
Refiriéndose al 50 aniversario
de la Cáritas Uruguaya destacó que es un organismo de la Conferencia Episcopal, que
actúa desde 1962, miembro de la Confederación Caritas Internacional que es la segunda
red de ayuda humanitaria del mundo, presente en 165 países y dedicada a la lucha contra
la pobreza, la exclusión, la intolerancia y la discriminación.
La homilía de
Mons. Bonino concluyó con la lectura de una poesía a la Virgen de los Treinta y Tres,
del padre Ricardo Sosa, sacerdote jesuita de la diócesis de Tacuarembó que pueden
encontrar al final de esta nota de página web.
NOTAS REFERIDAS A LA
CELEBRACIÓN:
Texto del Comunicado de prensa del 11/11/2012 - Conferencia
Episcopal del Uruguay :
“Los rostros sufrientes (…) interpelan el núcleo del
obrar de la Iglesia, de la pastoral y de nuestras actitudes cristianas”
Convocados
bajo el lema “Dichosa Tú que has creído”, unos 5000 peregrinos procedentes de todos
los rincones del país se congregaron hoy, en Florida, para homenajear a la Virgen
de los Treinta y Tres y celebrar los 50 años de la declaración del Papa Juan XXIII
como Patrona de Uruguay; la apertura a nivel nacional del Año de la Fe, convocado
por Benedicto XVI y los 50 años de Cáritas Uruguaya .
Frente al Santuario Nacional,
en la plaza principal de la referida ciudad, a las 10 hs, tuvo lugar la Solemne Eucaristía
presidida por el Obispo de Florida, Mons. Martín Pérez Scremini, y concelebrada por
los obispos de las otras 9 diócesis, sacerdotes y diáconos de todo el país.
Al
iniciar la Solemne Eucaristía, Mons. Pérez Scremini agradeció a cuántos se desplazaron
hacia Florida desde distintos puntos del territorio nacional a caballo, en ómnibus
e, incluso, a pie, para venerar a la Patrona de la Patria. Agradeció, especialmente,
la participación del Obispo de Brescia, Italia, de visita en nuestro país, Mons. Luciano
Monari, y del Obispo Auxiliar de Valparaíso (Chile) y Secretario General del Consejo
Episcopal Latinoamericano (CELAM), Mons. Silva Retamales, quienes concelebraron con
los Obispos uruguayos.
La homilía estuvo a cargo del Obispo de Tacuarembó,
Mons. Julio Bonino quien llamó a la renovar la fe y a reafirmarla dándola. “No hay
mejor forma de fortalecer nuestra fe que compartiéndola y por ello nuestro urgente
compromiso misionero”.
Asimismo, refiriéndose a la apertura del Año de la
Fe, el Pastor exhortó a los católicos al estudio de los documentos conciliares y
del Catecismo de la Iglesia Católica, “que constituyen textos básicos para confirmar,
comprender y profundizar lo que creemos” y a madurar la dimensión social de la fe.
50 AÑOS DE LA VIRGEN DE LOS TREINTA TRES COMO PATRONA DE URUGUAY:
Al
inicio de su homilía, el Obispo de Tacuarembó se refirió a la celebración del cincuentenario
de la declaración de la Virgen de los Treinta y Tres como Patrona de Uruguay por parte
del Papa Juan XXIII.
“Patrona de nuestro país es un símbolo que ‘solidifica
los orígenes culturales, raciales e históricos del Uruguay’. Esta imagen la tallaron
los guaraníes en el siglo XVIII y fue entregada al indio de Santo Domingo de Soriano,
Antonio Díaz. Es el símbolo de nuestra independencia, identificada con aquellos libertadores
los 33 Orientales”, recordó el Pastor.
AÑO DE LA FE
Mons. Bonino
destacó la convocatoria por parte del Papa Benedicto XVI de un AÑO DE LA FE, que se
inició el pasado 11 de octubre y culminará el 24 de noviembre de 2013 con la finalización
del año litúrgico. “Los obispos del Uruguay asumimos con alegría esta iniciativa providencial
y les recordamos que esta fecha no es casual: coincide con los 50 años de la apertura
del Concilio Vaticano II, convocado por el Beato Papa Juan XXIII y continuado por
el Papa Pablo VI, que sigue siendo un faro luminoso en el camino de renovación y fidelidad
de la Iglesia actual”.
“Es por eso que los exhortamos al estudio de los documentos
conciliares y del Catecismo de la Iglesia Católica, que constituyen textos básicos
para confirmar, comprender y profundizar lo que creemos”, enfatizó el Obispo.
Mons.
Bonino llamó a reafirmar el compromiso de, como discípulos, “volver a la escuela de
la fe” dado que, advirtió, “todo lo que no se renueva se echa a perder”.
“Nuestro
Papa haciendo frente a la crisis del mundo nos propone el camino de la renovación
de nuestra fe, camino de conversión. Digámonos unos a otros que la mejor manera de
reafirmar nuestra fe es dándola. No hay mejor forma de fortalecer nuestra fe que compartiéndola
y por ello nuestro urgente compromiso misionero”, acotó.
50 AÑOS DE CÁRITAS
URUGUAYA Refiriéndose al tercer motivo de celebración de esta Eucaristía, el
Obispo de Tacuarembó señaló que los Obispos quisieron que en la apertura nacional
del Año de la Fe tuviera lugar la celebración de los 50 años de Cáritas Uruguaya.
Explicó
que Cáritas Uruguaya es un organismo de la Conferencia Episcopal Uruguaya, que actúa
desde 1962, miembro de la Confederación Cáritas Internacional, que es la segunda red
de ayuda humanitaria del mundo, presente en 165 países y dedicada a la lucha contra
la pobreza, la exclusión, la intolerancia y la discriminación. En Uruguay el Departamento
de Pastoral Social de la CEU le encomendó en estos años cuatro cometidos específicos
para su servicio: la pastoral penitenciaria, pastoral de atención a la drogadicción,
la violencia en sus diferentes formas, y la participación e incidencia en las políticas
públicas. “En este año de celebración recordamos y rezamos por todos los que han
llevado adelante con fe y amo r iniciativas solidarias de asistencia y promoción de
los más pobres en estos 50 años”, señaló el Pastor..
Seguidamente, Mons. Bonino
animó a los peregrinos a madurar la dimensión social de la fe. “Proclamemos personal
y comunitariamente que Jesucristo es el rostro humano de Dios y el rostro divino del
hombre”, exhortó. En este sentido, subrayó que los cristianos “estamos llamados a
contemplar en los rostros sufrientes de nuestros hermanos, el rostro de Cristo que
nos llama a servirlo en ellos. Los rostros sufrientes de los pobres son los rostros
sufrientes de Cristo. Ellos interpelan el núcleo del obrar de la Iglesia, de la pastoral
y de nuestras actitudes cristianas”.
Al culminar su homilía el Obispo leyó
una poesía dedicada a la Virgen de los Treinta y Tres de la autoría del sacerdote
jesuita de la Diócesis de Tacuarembó, P. Ricardo Sosa.
Al finalizar la Eucaristía,
el Presidente en funciones de la Conferencia Episcopal Uruguaya, Mons, Carlos Collazzi,
anunció que en el marco de la Asamblea de la Conferencia Episcopal Uruguaya celebrada
esta semana, el día viernes se eligieron las nuevas autoridades y adelantó la conformación
del Consejo Permanente de la CEU: Presidente Mons. Rodolfo Wirz (Obispo de Maldonado);
Vicepresidente Mons. Arturo Fajardo (Obispo de San José) y como Secretario General
fue reelecto Mons. Heriberto Bodeant (Obispo de Melo).
“Recemos para que el
servicio de trabajar en unidad y comunión sea eficaz y haga crecer más fuertemente
la misión evangelizadora que el Señor nos confía a todos”, invitó Mons. Collazzi.
Al
finalizar la Eucaristía Mons. Pérez Scremini procedió a la bendición de las imágenes
de la Patrona de la Patria llegadas de distintos lugares y comunidades del país.
En
horas de la tarde, y luego de un tiempo de esparcimiento, los peregrinos continuaron
su homenaje a la Virgen de los Treinta y Tres, con una concurrida procesión desde
el Prado a la Catedral de la ciudad de Florida.
Más fotos en www.iglesiacatolica.org.uy-
Texto de homilía a continuación:
HOMILIA DE MONS. JULIO BONINO EN
LA PEREGRINACIÓN NACIONAL AL SANTUARIO DE LA VIRGEN DE LOS TREINTA Y TRES
En
la invitación que los obispos les hicimos para participar en esta peregrinación nacional
poníamos tres motivos:
-cincuentenario de la declaración de la Virgen de los
Treinta y Tres como patrona principal ante Dios de toda la República del Uruguay
por Juan XXIII
-celebración nacional de apertura del año de la fe 2012-2013
convocado por nuestro papa Benedicto XVI.
-los 50 años de la fundación de Caritas
Uruguaya Cincuentenario de la declaración de la Virgen de los treinta Patrona del
Uruguay "La noble tierra de los uruguayos, hermosa por el verdor de sus praderas
y por sus cuchillas suavemente onduladas, se ufana de ser antigua sede de piedad mariana,
la que, así como sugiere a los cristianos sentimientos religiosos, de la misma manera
lleva con facilidad a todos los ciudadanos al recuerdo de la libertad conquistada
y a los comienzos de la Patria naciente”.
Con estas palabras comienza el Papa
Juan XXIII la bula con la que declara patrona principal de Uruguay a la Virgen de
los Treinta y Tres. Un poco más adelante, después de hablar del origen de esta devoción
continúa diciendo: "Finalmente en nuestros días -lo que nos causa gran alegría- todo
el pueblo de la República venera con amor ardiente a la misma Virgen, la cual, si
de veras ocupa el centro del templo, con razón mayor se debe afirmar que vive en los
ánimos y en las mentes de todos”. Y más adelante “con pleno conocimiento y detenida
deliberación, y con la plenitud de Nuestra Autoridad Apostólica, por virtud de estas
letras y para siempre, constituimos y declaramos a la bienaventurada Virgen María
llamada comúnmente LA VIRGEN DE LOS TREINTA Y TRES, y cuya sagrada imagen es venerada
con mucha devoción en la Iglesia Catedral de Florida, PATRONA principal ante Dios
de toda la República del Uruguay, acordándole todos los derechos y privilegios litúrgicos
que competen debidamente a los Patrones principales de los países”.
Su Santuario
es considerado “Patrimonio Nacional”.
Patrona de nuestro país es un símbolo
que “solidifica los orígenes culturales, raciales e históricos del Uruguay”. Esta
imagen la tallaron los guaraníes en el siglo XVIII y fue entregada al indio de Santo
Domingo de Soriano, Antonio Díaz. Es el símbolo de nuestra independencia, identificada
con aquellos libertadores los 33 Orientales.
Cuando comenzaba este siglo los
obispos les decíamos acerca de la devoción mariana y refiriéndonos al evangelio que
se acaba de proclamar: En la región montañosa de Judea, María, la Virgen de Nazaret
que estaba encinta, visitó a su prima Isabel que, a su vez, esperaba dar a luz a su
hijo Juan. Al recibirla en su casa, Isabel, llena del Espíritu Santo, le dijo con
voz muy fuerte: “Dios te ha bendecido más que a todas las mujeres, y ha bendecido
a tu hijo. ¿Quién soy yo, para que venga a visitarme la madre de mi Señor?" (Lc 1,
42-43). María, la humilde esclava, alabó largamente a su Señor y dijo: "desde ahora
siempre me llamarán bienaventurada; porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes
cosas" (Lc 1, 48).
2. Desde entonces, la Iglesia ha aclamado a María bienaventurada.
Cada pueblo creyente la ha llamado familiarmente con un nombre distinto, peculiar,
de acuerdo a su cultura y a su historia. "Tal vez se podría hablar de una específica
'geografía' de la fe y de la piedad mariana, que abarca todos estos lugares de especial
peregrinación del Pueblo de Dios, el cual busca el encuentro con la Madre de Dios
para hallar, en el ámbito de la materna presencia de 'la que ha creído', la consolidación
de la propia fe".
3. Los uruguayos denominamos a María con nombres nacidos
de nuestra geografía y de nuestra historia creyente: Virgen de los Treinta y Tres,
del Verdún, de los Dolores, de la Merced, del Pilar, de Luján, de Guadalupe, de las
Flores, de la Gruta de Lourdes, del Carmelo, del Rosario, la Inmaculada. Cada uno
de estos nombres habla de nuestra memoria histórica de María, de la experiencia de
su presencia maternal en nuestra tierra y de nuestro amor filial hacia ella. Nos visitó
como a su prima Isabel, se quedó y permanece entre nosotros, en la fe del pueblo uruguayo
que la aclama como "Estrella del alba", "Capitana y Guía". Como en Caná de Galilea,
María, madre solícita, intercede ante Jesús por nosotros: "No tienen vino" (Jn 2,
3), ni pan, ni trabajo, ni paz...; y a nosotros nos dice: "Hagan todo lo que él les
diga" (Jn 2, 5). Y el agua se convirtió en vino.
Hoy renovamos nuestro amor
filial a nuestra madre del cielo viniendo en peregrinación desde las mas diversas
localidades de nuestro país para dar gracias a nuestro Padre Dios por el don que su
Hijo nos regaló desde la cruz, cuando representados por Juan nos dijo “He aquí a tu
madre”. Ciertamente así como sucede en la familia humana, la Iglesia-familia se genera
en torno a una madre, quien confiere alma y ternura a la convivencia familiar. Ella
atrae multitudes a la comunión con Jesús y su Iglesia, como lo experimentamos hoy
en este su santuario nacional. Así como ella nos dio al Salvador del mundo, así nos
trajo el evangelio a nuestra Patria. ¡Cómo no vamos a repetir diciéndole, una y mil
veces, Dios te salve María llena eres de gracia, bendita eres entre todas las mujeres
y bendito es el fruto de tu vientre Jesús!
Maria inspiración cercana para aprender
a ser discípulos y misioneros de Jesús en este año de la fe.
En este día en
que explicitamos con nuestra presencia de peregrinos la conciencia de hasta qué punto
Maria se ha hecho parte del caminar de nuestro pueblo uruguayo, en que nos admiramos
de la profundidad con que ha entrado en el tejido de nuestra historia nacional, recordamos
las palabras que Benedicto XVI nos dijo cuando vino a la Conferencia en Aparecida
“María
santísima, la Virgen pura y sin mancha es para nosotros escuela de fe destinada a
guiarnos y a fortalecernos en el camino que lleva al encuentro con el Creador del
cielo y de la tierra. El Papa vino a Aparecida con viva alegría para decirles en primer
lugar: permanezcan en la escuela de María”. Y él, en una carta dirigida a todos los
fieles y comunidades de la Iglesia Católica, nos ha convocado a celebrar un AÑO DE
LA FE, que se inició el pasado 11 de octubre y culminará el 24 de noviembre de 2013
con la finalización del año litúrgico. Los obispos del Uruguay asumimos con alegría,
esta iniciativa providencial y les recordamos que esta fecha no es casual. Coincide
con los 50 años de la apertura del Concilio Vaticano II, convocado por el Beato papa
Juan XXIII y continuado por el papa Pablo VI, que sigue siendo un faro luminoso en
el camino de renovación y fidelidad de la Iglesia actual. Es por eso que los exhortamos
al estudio de los documentos conciliares y del Catecismo de la Iglesia Católica, que
constituyen textos básicos para confirmar, comprender y profundizar lo que creemos.
Así
pues, este día en forma conjunta, como Iglesia que peregrina en nuestra patria,
hacemos de esta celebración la apertura del año de la fe, Reafirmemos pues nuestro
compromiso de como discípulos, proponernos volver a la escuela de la fe. Todo lo
que no se renueva se echa a perder. Nuestro Papa haciendo frente a la crisis del mundo
nos propone el camino de la renovación de nuestra fe, camino de conversión. Digámonos
unos a otros que la mejor manera de reafirmar nuestra fe es dándola. No hay mejor
forma de fortalecer nuestra fe que compartiéndola y por ello nuestro urgente compromiso
misionero.
Confiemos estos propósito a la Virgen de los 33, proclamada en el
evangelio” Bienaventurada porque ha creído”(Lc 1,45).
Los 5O años de Caritas
Uruguaya Hagamos resonar entre nosotros, que queremos renovar nuestra fe las palabras
de la carta de Santiago. ”¿Qué provecho saca uno cuando dice que tiene fe , pero no
la demuestra con su manera de actuar? ¿será esta fe la que lo salvará? Si a un hermano
o a una hermana le falta ropa y el pan de cada dia, y uno de ustedes les dice: Que
les vaya bien; que no sientan frío ni hambre, sin darles lo que necesitan ¿de qué
les sirve? Así pasa con la fe si no se demuestra por la manera de actuar; está completamente
muerta. Y sería fácil rebatir a cualquiera: Tu tienes la fe y yo hago el bien, ¿dónde
está tu fe que no produce nada? Yo por mi parte te mostraré mi fe por el bien que
hago.” (St 2,14ss.)
En la primera encíclica que nuestro Papa escribió para
todas las Iglesias del mundo nos recordó con claridad esta verdad señalando “La naturaleza
ìntima de la Iglesia se expresa en una triple tarea: anuncio de la Palabra de Dios,
celebración de los sacramentos y servicio a la caridad Son tareas que se implican
mutuamente y no pueden separarse una de otra. Para la Iglesia, la caridad no es una
especie de actividad de asistencia social que también se podría dejar a otros, sino
que pertenece a su naturaleza y es manifestación irrenunciable de su propia esencia.
Como
les decía al principio quisimos que en la apertura nacional del año de la fe tuviera
lugar la celebración de los 50 años de Caritas Uruguaya. Tal vez no todos tengamos
idea de cual es la identidad de esta organización eclesial, tal vez para algunos les
suene este nombre en relación al reparto de ropa y de alimentos entre los más pobres.
Haya otros que ven estas prácticas como pertenecientes al pasado y piensan que Cáritas
es algo más.
Cáritas Uruguaya es un organismo de la Conferencia Episcopal Uruguaya,
que actúa desde 1962, miembro de la Confederación Caritas Internacional que es la
segunda red de ayuda humanitaria del mundo, presente en 165 paises y dedicada a la
lucha contra la pobreza, la exclusión, la intolerancia y la discriminación. En Uruguay
el Departamento de Pastoral social de la CEU, le encomendó en estos años cuatro cometidos
específicos para su servicio: La pastoral penitenciaria, pastoral de atención a la
drogadicción, la violencia en sus diferentes formas, y la participación e incidencia
en las políticas públicas. En este año de celebración recordamos y rezamos por todos
los que han llevado adelante con fe y amor iniciativas solidarias de asistencia y
promoción de los más pobres en estos 50 años. Y recordando aquella frase de Federico
Ozan am “No nos hagamos ver, pero si dejémonos ver, para con humildad animarnos y
aprender”, se ha convocado a compartir las experiencias solidarias que se dan en nuestras
diócesis para llegar a asignar lo que hemos llamado el Premio Cáritas a la solidaridad.
Es un reconocimiento a personas, propuestas o instituciones que fieles a su compromiso
de fe cristiana junto a las personas más pobres, construyen una realidad mejor.
Que
en este año de la fe, nos animemos unos a otros a madurar la dimensión social de nuestra
fe. Proclamemos personal y comunitariamente que Jesucristo es el rostro humano de
Dios y el rostro divino del hombre. Como nos dice el documento de Aparecida la opción
preferencial por los pobres está implícita en la fe cristológica en aquel Dios que
se ha hecho pobre por nosotros para enriquecernos con su pobreza. Esta opción nace
de nuestra fe en Jesucristo. Y por eso los cristianos estamos llamados a contemplar
en los rostros sufrientes de nuestros hermanos, el rostro de Cristo que nos llama
a servirlo en ellos. Los rostros sufrientes de los pobres son los rostros sufrientes
de Cristo. Ellos interpelan el núcleo del obrar de la Iglesia, de la pastoral y de
nuestras actitudes cristianas “Cuanto lo hicieron con uno de estos mis hermanos mas
pequeños, conmigo lo hicieron”.” Cuando des un banquete, invita a los pobres, a los
lisiados y a los ciegos” (Lc 14,13).
Desde Caná de Galilea, la Virgen nos dijo”
Hagan lo que Él les diga”, nosotros hoy ponemos nuestra disposición a obedecer a nuestra
Madre. Y finalmente los invito a dirigirnos a ella, con las palabras de un sacerdote
que en nuestra Diócesis de Tacuarembó compuso esta poesía, el padre Ricardo Sosa,
sacerdote jesuita: Recorriendo el mundo virgen peregrina Llegaste un día a
nuestro Uruguay Para ser la Madre del solar de Artigas Y de los pioneros de
la libertad. Treintay tres valientes, desde la Agraciada “libertas o muerte”
juran ante ti, Emprendiendo el sueño de la audaz Cruzada Que gestó las glorias
de este gran país. En nuestras angustias, gozos y esperanzas, vamos hacia Cristo
con tu protección, para que su vida colme nuestras ansias de paz y justicia,
bienestar y unión. Que nuestras familias, Virgen de la patria, Defiendan la
vida, don del Creador; Compartan alegres bienes y bonanzas y sean santuario
de fe y oración. Pueda todo gaucho, Virgen campesina, con trabajo asiduo cooperar
con Dios: rondas mañaneras, tropeadas y esquilas y cada domingo fiesta de fogón. En
la noche oscura, velas como Madre Con las luminarias de la Cruz del Sur, Arrullando
el sueño de los orientales como acostumbrabas mecer a Jesús. Virgen de la patria Don
de eternidad: Madre Inmaculada Reina de la paz AMEN.