Urge impulsar diálogo entre ciencia y fe por el bien de la humanidad, invita el Papa
(RV).- Benedicto XV reiteró la urgencia de impulsar el diálogo y la cooperación entre
ciencia y fe, por el bien de la humanidad, de la paz mundial y de nuestro destino
final, en su denso discurso a la plenaria de la Pontificia Academia para las Ciencias.
Haciendo hincapié en este Año de la Fe, el Papa recibió al final de esta mañana a
los miembros de esta antigua institución pontificia, de alcance internacional, multirracial
en su composición, y no-sectaria en la elección de sus miembros. El trabajo de la
Academia incluye seis grandes áreas: ciencias básicas, ciencias y tecnología de los
problemas globales, ciencia de los problemas del mundo en desarrollo, política científica,
bioética, epistemología. El Pontífice saludó a todos y en particular al Presidente
de la misma academia, Profesor Werner Arber, y al Canciller, Mons. Marcelo Sánchez
Sorondo.
Tras destacar el importante trabajo que realizan, el Santo Padre se
refirió al tema de la presente reunión plenaria, sobre "La complejidad y la analogía
en la ciencia: aspectos teóricos, metodológicos y epistemológicos", que abre una variedad
de perspectivas que apuntan hacia una nueva visión de la unidad de las ciencias. En
particular, ante los importantes descubrimientos y avances de los últimos años, recordando
que sólo el hombre puede desarrollar constantemente su conocimiento de la verdad y
el orden con sabiduría, por su bien y el de su entorno.
El enfoque interdisciplinario
muestra también que las ciencias no son mundos intelectuales desconectados unos de
otros y de la realidad, sino que están interconectados y dirigidos al estudio de la
naturaleza como una realidad unificada, inteligible y armoniosa en su indudable complejidad,
señaló Benedicto XVI, destacando luego que esta visión tiene puntos de contacto fructíferos
con la visión del universo de la filosofía y la teología cristianas. Contemplar y
estudiar la creación, impulsa el conocimiento de la Palabra creadora de Dios y alienta
la reflexión sobre la trascendencia. El Papa recordó la apremiante necesidad de diálogo
y cooperación entre ciencia y fe:
«En la gran
empresa humana de los esfuerzos para descubrir los misterios del hombre y del universo,
estoy convencido de la urgente necesidad de continuar el diálogo y la cooperación
entre los mundos de la ciencia y de la fe en la construcción de una cultura de respeto
del hombre, de la dignidad humana y la libertad, para el futuro de nuestra familia
humana y para el desarrollo sostenible a largo plazo de nuestro planeta. Sin esta
necesaria interacción, los grandes interrogantes de la humanidad quedan fuera de la
razón y la verdad, abandonados a lo irracional, al mito o a la indiferencia, con un
gran daño para la misma humanidad, para la paz mundial y para nuestro destino final».
Renovando
su gratitud e interés por el trabajo que realiza la Pontificia Academia de las Ciencias,
el Santo Padre destacó el Año de la Fe que está celebrando la Iglesia, animando el
fortalecimiento de la relación entre la razón y la fe:
«Queridos
amigos, al concluir estas reflexiones, me gustaría llamar su atención sobre el Año
de la fe que la Iglesia celebra en conmemoración del quincuagésimo aniversario del
Concilio Vaticano II. Agradeciéndoles por la contribución específica de la Academia
para el fortalecimiento de la relación entre la razón y la fe, les aseguro mi profundo
interés en sus actividades y mis oraciones por ustedes y sus familias. Sobre todos
ustedes invoco las bendiciones divinas de sabiduría, alegría y paz».