2012-11-08 13:15:39

Mensaje de la Santa Sede por la fiesta hindú de Deepavali: educar a los jóvenes en la paz


(RV).- Como todos los años por estas fechas, se hizo público el mensaje, firmado por el Cardenal Jean-Louis Tauran y por el P. Miguel Ángel Ayuso Guixot, respectivamente presidente y secretario del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, en el que presentan las cordiales felicitaciones de este dicasterio con motivo de las celebraciones de Deepavali, y expresan a los “queridos amigos hindúes” que “la amistad y la fraternidad iluminen cada vez más a sus familias y comunidades.

Este momento de la historia humana, en que varias fuerzas negativas amenazan en muchas regiones del mundo las legítimas aspiraciones a una pacífica coexistencia, los firmantes de este mensaje manifiestan su deseo de aprovechar esta preciosa tradición para compartir con ellos su reflexión sobre la responsabilidad de hindúes, cristianos y demás creyentes a fin de hacer todo lo posible para formar a las personas, especialmente a las jóvenes generaciones, para que sean agentes de paz.

En el mensaje se recuerda asimismo –haciendo alusión a la Exhortación Apostólica Ecclesia in Medio Oriente de Benedicto XVI que la paz no es la simple ausencia de la guerra, ni un pacto o un tratado que asegure una vida tranquila; sino más bien la recuperación de la armonía y un fruto de la caridad. Por esta razón se afirma que tanto padres, como maestros y ancianos, junto a los jefes políticos y religiosos, sin olvidar los agentes de paz y todas las personas empeñadas en el mundo de las comunicaciones y que se interesan por la causa de la paz “están llamados a educar a las jóvenes generaciones”, haciendo crecer esta integridad.

También se afirma que formar a los jóvenes para que sean agentes y constructores de paz es un llamamiento urgente y un empeño colectivo de una acción común. Porque la paz, para que sea auténtica y duradera, debe fundarse en los pilares de la verdad, la justicia, el amor y la libertad, tal como ha escrito el Papa Juan XXIII, en su encíclica Pacem in Terris. De ahí la necesidad de que se enseñe a cada joven a obrar sincera y rectamente en el amor y en la libertad. Mientras se pone de manifiesto que en toda educación a la paz las diferencias culturales se deberían considerar sólo como una riqueza y no como una amenaza o un peligro.

Por su parte, en este mensaje se añade que los Estados y los líderes del ámbito social, político y cultural tienen el importante papel de seguir inspirando a las jóvenes generaciones a caminar por el sendero de la paz para llegar a ser mensajeros de paz. Y teniendo en cuenta que los diversos medios de comunicación influencian considerablemente el modo de pensar, sentir y actuar de la gente, se sugiere que quienes están empeñados en estos campos contribuyan a promover pensamientos, palabras y obras de paz.

(María Fernanda Bernasconi – RV).








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