2012-11-02 13:05:22

Año de la fe: camino de la Iglesia en los últimos 50 años desde el Concilio


Memoria histórica

(RV).- Bajo la mirada y bendición de María, el Beato Juan XXIII invocó en Loreto el amparo de la Madre de Jesús y Madre nuestra sobre las familias del mundo, la juventud y sobre la Iglesia, para impulsar el alegre anuncio del Evangelio para una fraterna convivencia de las gentes como signo de más generosa justicia, de más elocuente equidad, a fin de que, sobre todo y sobre todos, resplandezcan los dones de la misericordia del Señor. Con especial atención a los pequeños, los enfermos y los más pobres. Ruego que 50 años después hizo resonar Benedicto XVI. RealAudioMP3


«Más allá de ser una conmemoración, el Año de la fe está vinculado coherentemente con todo el camino de la Iglesia en los últimos 50 años: desde el Concilio».

Eran las palabras de Benedicto XVI, el 11 de octubre de 2012, pocos días después de haber peregrinado al santuario mariano de Loreto, para encomendar a la Madre de Dios este tiempo de gracia, junto con la Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, con el tema «La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana». Tal como hizo el Beato Juan XXIII, el 4 de octubre de 1962:

«Motivos de piedad religiosa movieron a los Papas y personajes ilustres desde hace siglos a acudir en oración a esta Basílica de Loreto. Animados por una fe ferviente en Dios y por la veneración hacía la Madre de Jesús y Madre nuestra, vinieron aquí en peregrinación, a veces en tiempos difíciles, de grave ansiedad para la Iglesia.
En vísperas del Concilio Vaticano II he aquí al humilde sucesor de Pedro que viene a unirse con gesto sencillo a los muchos que le han precedido en este lugar. La peregrinación apostólica de hoy a este antiguo y venerado santuario quiere sellar las súplicas que en todos los templos del Mundo, de Oriente y de Occidente, con actos de dolor y de penitencia, se han elevado a Dios por el feliz desarrollo de la gran asamblea ecuménica, y quiere simbolizar también el camino de la Iglesia hacia las conquistas de aquella espiritual dominación hecha en nombre de Cristo, que es luz de las gentes; dominio que es servicio de amor fraterno, suspiro de paz, ordenado y universal progreso».
Ruego que Benedicto XVI hizo resonar en Loreto, el 4 de octubre de 2012:
«Queridos hermanos y hermanas, en esta peregrinación, que vuelve a recorrer la que realizó el beato Juan XXIII – y que tiene lugar providencialmente el día en que se recuerda a san Francisco de Asís, verdadero «Evangelio vivo» - quisiera encomendar a la Santísima Madre de Dios todas las dificultades que vive nuestro mundo en búsqueda de serenidad y de paz, los problemas de tantas familias que miran al futuro con preocupación, los deseos de los jóvenes que se abren a la vida, los sufrimientos de quien espera gestos y decisiones de solidaridad y amor. Quiero confiar también a la Madre de Dios este tiempo especial de gracia para la Iglesia, que se abre ante nosotros. Tú, Madre del «sí», que has escuchado a Jesús, háblanos de Él, cuéntanos tu camino para seguirlo por la senda de la fe, ayúdanos a anunciarlo para que cada hombre pueda acogerlo y llegar a ser morada de Dios. Amén»

(CdM - RV)







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