"Todos comprometidos en la renovación de la fe". Termina la primera fase del Sínodo
(RV).- En la Oficina de prensa de la Santa Sede al mediodía ha tenido lugar, una Conferencia
de prensa de los presidentes delegados del Sínodo para informar de los trabajos de
la Asamblea sinodal, un día después que ayer tarde fuera presentado la Relatio
post disceptationem.
Han intervenido el cardenal John TONG HON, obispo
de Hong Kong (China); el Cardenal Francisco ROBLES ORTEGA, Arzobispo de Guadalajara
(México); el cardenal Laurent MONSENGWO PASINYA, Arzobispo de Kinshasa (Congo); Mons.
Ján BABJAK, arzobispo Metropolita di Prešov para los católicos de rito bizantino.
Los
prelados han hecho un balance de esta primera parte del Sínodo sobre la Nueva evangelización
y han trazado los límites, el contexto y el material sobre el cual ahora los padres
sinodales, tras las discusiones generales en Aula del Sínodo, se disponen a tratar
y evaluar en grupos lingüísticos, en los llamados Círculos menores. Círculos menores
reunidos ya a partir de hoy, mañana y tarde, para elaborar la lista de “preposiciones”
y el borrador del “Mensaje Final” del Sínodo.
“La nueva evangelización no es
un programa temporal, sino una manera de ver el futuro de la Iglesia y de vernos todos
comprometidos en la renovación de la fe, porque el anuncio del Evangelio es la misión
primordial de la Iglesia”. Así se expresó ayer tarde, en presencia del Papa, el cardenal
estadounidense, Wuerl Donarl, ponente general de la Asamblea sinodal, presentando
el "Informe después de la discusiones generales", y que contiene los temas más importantes
del Sínodo, útiles para la preparación de los documentos finales.
“Hoy especialmente
-señaló el arzobispo de Washington-, el ministerio de la Iglesia se encuentra en una
fase de revisión de su manera de llevar la Palabra de Dios en un contexto nuevo, globalizado,
lleno de retos y donde hay una gran ignorancia de la fe, especialmente en los países
de antigua tradición cristiana”. En la práctica, el relator general del Sínodo destacó
que lo que necesitamos es una “renovación espiritual que la Iglesia debe proclamar
y aplicar”.
El cardenal Wuerl recordó todos los problemas más acuciantes del
Sínodo: el diálogo interreligioso, especialmente con el mundo musulmán; la violencia
y la reducción de la libertad religiosa; el compromiso ecuménico; los medios de comunicación,
que requieren un nuevo lenguaje y una nueva forma de comunicación en la Iglesia.
Grande
es el desafío que plantea la nueva evangelización en el contexto de la cultura y por
lo tanto en la relación entre persona-comunidad-sociedad. Por ello, un gran aporte
puede provenir del “Atrio de los Gentiles”, así como de las obras de justicia social
y de caridad de la Iglesia con los pobres y los que sufren.
A continuación,
el cardenal Wuerl indicó algunos "instrumentos" válidos para un nuevo anuncio del
Evangelio: las parroquias, las pequeñas comunidades, las escuelas, las universidades,
las peregrinaciones, los catequistas. Pero es sobre todo el matrimonio, la familia,
la Iglesia doméstica, dijo el cardenal Wuerl, la institución que logra transmitir
la fe en las situaciones más difíciles, a formar a la persona humana, que hoy tiene
necesidad de apoyo en un mundo secularizado.
El cardenal Wuerl dedicó un amplio
espacio a los sacerdotes y consagrados insustituibles para la nueva evangelización
en una época donde escasea las vocaciones. Pero recordó igualmente la necesidad de
integrar a los laicos a todos los niveles en la organización de la iglesia local,
ya que todos los católicos deben convocar a la gente a la práctica de la fe.
El
informe del cardenal Wuerl contiene 14 preguntas, a las que tendrán que responder
los Padres sinodales, preparando así el terreno para la elaboración de los documentos
finales de la Asamblea sinodal.
“Ahora que la Iglesia es consciente de sus
dificultades, tensiones, preocupaciones, pecados y su debilidad humana -acabó diciendo
el purpurado-, es hora de mirar un nuevo Pentecostés, para vivir la Palabra de Dios
y compartirla con alegría”. (ER – RV)