(RV).- Benedicto XVI envió un mensaje al Director general de la FAO, José Graziano
da Silva, con motivo de la Jornada mundial de la alimentación que, como escribe el
Papa, se celebra este año mientras los efectos de la crisis económica afectan cada
vez más las necesidades primarias, incluyendo el derecho fundamental de toda persona
a una nutrición suficiente y sana, agravando especialmente la situación de cuantos
viven en condiciones de pobreza y subdesarrollo.
Tras manifestar su complacencia
por la elección de dedicar esta Jornada a la reflexión sobre el tema “Las cooperativas
agrícolas nutren el mundo”, el Santo Padre afirma que no se trata sólo de dar apoyo
a las cooperativas como expresión de una diversa forma de organización económica y
social, sino de considerarlas un verdadero instrumento de la acción internacional.
Y añade que la Iglesia católica, como se sabe, considera también el trabajo y la empresa
cooperativa como modos para vivir una experiencia de unidad y de solidaridad, capaz
de superar las diferencias e incluso los conflictos sociales entre las personas y
entre los diversos grupos.
El Papa agrega que la Iglesia, junto a su enseñanza
y acción desde siempre ha sostenido el modelo de las cooperativas puesto que está
convencida de que su actividad no se limita sólo a la dimensión económica, sino que
contribuye al crecimiento humano, social, cultural y moral de cuantos forman parte
de ellas y de la comunicad en la que están insertadas.
Al renovar la atención
de la Iglesia y empeño de sus instituciones para que la humanidad pueda estar verdaderamente
libre del hambre, el Papa invoca abundantes bendiciones de Dios Omnipotente sobre
el Director General de la FAO, los Representantes de las Naciones Acreditadas ante
este organismo y sobre cuantos trabajan en la Organización contribuyendo a la obtención
de sus finalidades.