Angelus Papa: Que los ricos se abran a la generosidad
(RV).- (Audio) Este mediodía tuvo
lugar el primer rezo mariano del Ángelus del Papa correspondiente al Año de la Fe.
La reflexión previa a la oración mariana, estuvo dedicada a la liturgia dominical.
Al citar la Parábola de “El hombre rico”, del Evangelio de Marcos, Benedicto XVI nos
recordó que “Jesús siendo rico se hizo pobre por nosotros a fin de enriquecernos con
su pobreza” y explicó que el modo de acceder a la “verdadera felicidad” solo puedes
ser el de seguir las huellas de Jesucristo, mediante la “lógica del don”. El Sucesor
de Pedro recordó que "la historia de la Iglesia está llena de ejemplos de personas
ricas, que han usado los propios bienes en modo evangélico, alcanzando también ellos
la santidad", y citó el ejemplo de san Francisco, santa Isabel de Hungría y de san
Carlos Borromeo. Tras el rezo mariano del Ángelus el Papa indicó que ayer, en
Praga, fueron proclamados los primeros Beatos del Año de la fe: Federico Bachstein
y trece hermanos de la Orden de los Frailes menores, mártires: “ellos nos recuerdan
que creer en Cristo significa estar dispuestos también a sufrir con Él y por Él”,
puntualizó Benedicto XVI. Los primeros beatos del Año de la fe (Audio)
Saludos
del Papa en nuestro idioma. (Audio)
TEXTO AUDIO
SALUDOS DEL PAPA EN NUESTRO IDIOMA
Saludo con afecto a los peregrinos
de lengua española presentes en esta oración mariana. La liturgia de la Palabra de
este domingo nos pide una adhesión incondicional a la persona de Jesucristo, de modo
que, superando el mero cumplimiento externo y formal del precepto divino, seamos capaces
de poner nuestro corazón en el Único que da la vida. Que la Santísima Virgen, Sede
de la Sabiduría, nos ayude a acoger el don de la fe, para que, abandonados en el amor
de Dios, respondamos con generosidad a su llamada. Feliz domingo.
TRADUCCIÓN
DEL ANGELUS DOMINICAL 14.10.12 Queridos hermanos y hermanas:
El
Evangelio de este domingo (Mc 10,17-30) lleva como tema principal el de la riqueza.
Jesús enseña que para un rico es muy difícil entrar en el Reino de Dios, pero no es
imposible; en efecto, Dios puede conquistar el corazón de una persona que posee muchos
bienes e impulsarla a la solidaridad y a compartir con quien tiene necesidad, con
los pobres, es decir, a entrar en la lógica del don. En este modo se coloca sobre
el camino de Jesucristo, el cual –como escribe el apóstol Pablo- «siendo rico, se
hizo pobre por nosotros, a fin de enriquecernos con su pobreza» (2 Cor 8,9).
Como
muchas veces sucede en los Evangelios, todo inicia de un encuentro: el de Jesús con
un hombre que «poseía muchos bienes» (Mc 10,22). Él era una persona que desde su juventud
observaba con fidelidad todos los mandamientos de la Ley de Dios, pero que no había
encontrado la verdadera felicidad; y por esto le pregunta a Jesús sobre cómo hacer
para «para heredar la Vida eterna» (v. 17). Por una parte él se siente atraído, como
todos, por la plenitud de la vida; por la otra, estando acostumbrado a contar sobre
sus propias riquezas, piensa que también la vida eterna se pueda de alguna manera
«adquirir», tal vez observando algún mandamiento especial. Jesús comprende el deseo
profundo que hay en aquella persona, y –señala el evangelista- posa su mirada llena
de amor sobre de él: la mirada de Dios (cfr v. 21). Pero Jesús, también comprende
cual es el punto débil de aquel hombre: y es el de su apego a sus muchos bienes; y
por ello le propone de darlo todo a los pobres, de modo que así, su tesoro –y por
lo tanto su corazón- ya no esté más sobre la tierra, sino en el cielo, y añade, «ven
y sígueme» (v. 22). Aquel tal, sin embargo, en vez de acoger con gozo la invitación
de Jesús, se fue apenado (cfr v.23), porque no es capaz de despegarse de sus riquezas,
que nunca podrán darle la felicidad y la vida eterna.
Es a este punto
que Jesús da a sus discípulos –y también a nosotros hoy- su enseñanza: «¡Qué difícil
será para los ricos entrar en el Reino de Dios!» (v. 23). Ante estas palabras, los
discípulos permanecieron desconcertados; y todavía más aún después de que Jesús hubo
añadido: «Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre
en el Reino de Dios». Pero, viéndolos atónitos les dijo: «Para los hombres es imposible,
pero no para Dios, porque para él todo es posible» (cfr vv. 24-27). Así comenta San
Clemente de Alejandría: «Que esta parábola enseñe a los ricos que no deben descuidar
su salvación como si ya fuesen sido condenados, ni deben arrojar al mar la riqueza
ni condenarla como insidiosa y hostil a la vida, sino que deben aprender en algún
modo a usar la riqueza y procurarse la vida» (¿Quién será el rico que se salvará?
Tratado, 27, 1-2). La historia de la Iglesia está llena de ejemplos de personas ricas,
que han usado los propios bienes en modo evangélico, alcanzando también ellos la santidad.
Pensemos en san Francisco, en santa Isabel de Hungría o san Carlos Borromeo. Que la
Virgen María, Sede de la Sabiduría, nos ayude para acoger con gozo la invitación de
Jesús, para entrar en la plenitud de la vida. Traducción de Patricia L. Jáuregui
Romero
SALUDOS DEL PAPA EN DISTINTAS LENGUAS TRAS
EL REZO DEL ÁNGELUS
Como cada domingo después del rezo mariano,
el Santo Padre ha saludado a los fieles y peregrinos reunidos en la plaza de san Pedro
en distintas lenguas.
Hablando a los peregrinos de lengua francesa en
el comienzo del Año de la Fe, Benedicto XVI ha dicho que el Evangelio de hoy nos invita
a abandonarlo todo para seguir a Jesús. “No tengan miedo de vivir y proclamar nuestra
fe en Dios”. Hoy en día, vivir para Dios nos obliga a tomar decisiones para poder
seguir adelante. A veces son difíciles. Pero sabemos que Dios está con nosotros y
nos ayuda a hacer el bien, porque su gracia siempre nos precede. En este mes del Rosario,
dirijamos nuestra mirada a la Virgen María. Ella fue capaz de aceptar y vivir la Palabra
de Dios. ¡Confiemos a Él también nuestras familias y todos los participantes reunidos
aquí en el Sínodo que reflexionan y debaten sobre la Nueva Evangelización!
Saludando
a todos los fieles de habla inglesa presentes en la plaza, el Papa ha indicado que
durante este Año de la fe podemos, al igual que el hombre rico del evangelio de hoy,
tener el coraje de preguntarle al Señor qué más podemos hacer, sobre todo por los
pobres, los que están solos, los enfermos y los que sufren, para ser testigos y herederos
de la vida eterna que Dios nos promete.
Luego, el Santo Padre dirigiéndose
a sus compatriotas y fieles de lengua alemana, ha vuelto a insistir en el evangelio
de hoy, en el que Jesús responde a un hombre que le pregunta sobre la forma segura
de conseguir la vida eterna. El Señor le aconseja dejar todo su dinero a los pobres.
Dios quiere transformar nuestros corazones para que seamos capaces de expresar nuestro
amor al mundo y cumplir su voluntad. Dios nos conduce al verdadero tesoro, en comunión
con él, que es inagotable.
“Saludo cordialmente a los polacos -ha dicho
finalmente Benedicto XVI. Hoy, en Polonia, y también en las parroquias polacas en
el mundo, que se celebra el "Día del Papa" con el lema: "Juan Pablo II - El Papa de
la familia". Gracias por este signo de unidad con la Santa Sede, por vuestras oraciones
y por el apoyo a los jóvenes becarios de la Fundación "Obra del Nuevo Milenio", que
preparan esta jornada. Deseo que en cada una de las familias polacas brille el fuego
vivo de la fe, la bondad y el amor evangélico. Os bendigo de corazón. (ER –RV)